Federico, Sofía y Soleá

Soleá Morente debe de ser de esas personas que ni come, ni duerme ni ve la tele porque el nivel de trabajo que lleva en los últimos años es de vértigo; entre conciertos, sus propios discos y las colaboraciones uno se pregunta cómo lo hace para no morir del infarto.  Su último disco (Aurora y Enrique) lleva unos meses en la calle y sin duda debería aparecer en todas las listas de lo mejor del año por varias razones, aunque lo indiscutible es la cantidad de temazos que tiene dentro con una producción a-co-jo-nan-te.

 

 

El disco que dedica a sus padres tiene su culmen en el siguiente vídeo en el que la cantante (al lado de la foto de Enrique Morente) pone dos canciones para que las escuche su madre (Aurora) y la emoción salta de la pantalla.

 

 

Pero Soleá hoy viene a este blog por acompañar a Sofía Comas, otra mujer inquieta que fundó la banda Tucán, tiene varios proyectos escénicos entre manos y es compositora, cantante y actriz.

 

 

El mano a mano que da lugar a una preciosa canción con letra de García Lorca y en concreto una poesía de los Sonetos del Amor Oscuro, que es uno de mis poemarios favoritos en la historia de la literatura en castellano. El conjunto de poemas no vio la luz hasta 1980 porque la familia (ni el franquismo ni la censura) era reticente a publicarlos en castellano, en una nueva demostración de que sus parientes más cercanos intentaron esconder cualquier evidencia de la homosexualidad del poeta, algo que siempre ha ido contra la propia figura de Federico y su trascendencia para las letras universales.

 

 

En esos once sonetos es evidente el homoerotismo que desborda sus rimas y que anda en permanente lucha contra la represión y el sufrimiento de reconocerse como marica en una época (años treinta) donde apenas había referencias.  Precisamente ahora están de plena actualidad  porque la colección Arroyo de la Manía acaba de sacar una nueva edición que contiene en facsímil los apógrafos manuscritos de algunos de estos sonetos (conservados por Lorca entre sus papeles).

 

 

Y ahora prepárate a disfrutar de esta pequeña maravilla entre Sofía y Soleá, una canción donde sus voces consiguen la profundidad y melancolía necesarias para que se pongan los pelos de punta. Pero antes, la letra de García Lorca donde parece gritar al ser consciente de que lo suyo no tiene cura…

 

Ay voz secreta del amor oscuro!
¡ay balido sin lanas! ¡ay herida!
¡ay aguja de hiel, camelia hundida!
¡ay corriente sin mar, ciudad sin muro!

¡Ay noche inmensa de perfil seguro,
montaña celestial de angustia erguida!
¡Ay perro en corazón, voz perseguida,
silencio sin confín, lirio maduro!

Huye de mí, caliente voz de hielo,
no me quieras perder en la maleza
donde sin fruto gimen carne y cielo.

¡Dejo el duro marfil de mi cabeza,
apiádate de mí, rompe mi duelo!
¡que soy amor, que soy naturaleza!

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