Los ministéricos estamos con un susto en el cuerpo de no te menees viendo como TVE sigue sin renovar y como las privadas continúan con su juego sucio buscando a la audiencia (esa que manda en todo) y porque el próximo lunes colocan a La Voz y Bajo Sospecha en la misma franja horaria, En pleno ecuador de temporada (¡Ya sólo quedan cuatro episodios, horreaur!) vamos desentrañando poco a poco esta adicción furiosa y entre tantísimas virtudes (por ejemplo lo rico que está Nacho Fresneda) hay una que queda clara; el cuidado en los detalles más nimios que hacen que tú, como friki fuera del armario, te toques del gusto y disfrutes. Días después de la emisión del episodio te relames al comprobar como los creadores de tan gran droga televisiva te han hecho un guiño a ti, que como talifán de otra grandísima serie (tú y otros talifanes como tú) has sabido reconocer. Se trata del bufete de abogados que defiende al judío converso que Torquemada trata de ajusticiar.
1 comentario en “Los detalles de El Ministerio del Tiempo”
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Y ese organillero del siglo XIX que era clavadito a Bertín Osborne, ¿qué? #SoyMinistérico