Todo empezó con un FAV. La historia os la contó nuestro líder MM aquí.
Marcar como favorito un tuit con una polla como un antebrazo no es, en absoluto, algo destacable. Yo he hecho favorito (y hasta he retuiteado) aparatos reproductores masculinos mucho más grandes. El problema vino por quién lo había hecho: Alfonso Merlos, homófobo recalcitrante convencido y orgulloso, una cabeza visible de 13TV. Vamos, que las risas estaban aseguradas.
Y ahí empezaron a venir los chascarrillos: que si Alfonso laMerlos, que si 13TV va a cambiar su nombre por 22TV (y gordita),… Pues lo que viene siendo normal cuando se le pilla a uno con el carrito del helao y, además, ha hecho bandera del “odio a los sodomitas”.
Pero hete aquí que, entonces, tuvo que hablar Lucía Etxebarría –cuñada de pro, cuñada 100% y sin destilar, como bien la bautizó (civilmente) mi querido @orquienpatines-. Tuvo que hablar, digo, porque lo que comentó fue esto:
Ya empezamos. Tonterías sobreprotectoras. Homofobia de izquierdas.
Uno, que le gusta Twitter más que a un tonto un lápiz, le contestó un poco educadamente intentándole hacer salir de su error.
Aunque, pasado el tiempo, he de decir que el error fue mío. Y de los gordos. Jamás se me ocurrió que me podría pasar. Pero claro: no contaba con los Etxtebarrilibers. Para los que no lo sepáis, Etxebarrilibers son aquellos que defienden a Lucía Etxebarría. Pero con esa premisa, normalmente, además, están en un punto de feminazismo homodefensivo tal que si eres hombre y heterosexual, directamente les caes mal y pueden denunciarte a las altas esferas de la Ley de Twitter. Eres homófobo casi por no ser gay. Bueno, una cosa lóquer que te cagas.
¡Qué cruz de tarde! Ni un poco de caso le hice a mi (santo) novio. Que la culpa en ese campo es mía, pero ese es otro tema que ya trataremos en sucesivos posts. O no, porque tampoco me gusta a mí hablar de mí mismo, ya lo sabéis.
Respuestas de lo más variopinto me llegaron, que iré poniendo a modo de bukkake tuitero conforme ilustro mis pensamientos. Sobre todo de un energúmeno en concreto y una feminazi autodiagnosticada (que lo primero es reconocerlo, ahí la chica va bien).
No me quiero enzarzar en eso. Ese no es el tema principal. Para mí (y este espacio es mío, así que me lo voy a follar como me dé la gana, que se vaya poniendo vaselina) el problema más grave de todas estas contestaciones –que reflejan la manera de pensar de mucha gente en este país- es la sobreprotección que la gente da a los gays, como si fuéramos los nuevos negros.
O sea, que un homosexual puede hacer chistes de homosexuales, pero un heterosexual no, porque claro, se entra en homofobia. O sea, que para poder hacer chistes de negros tienes que ser negro, para poder meterte con los judíos tienes que haber pasado tu Bar Mitzva, para que no te crujan por hacer gracias sobre un borracho tienes que beber más de 5 copas al día,… Nos podemos meter con los de nuestra misma “especie”. Pues menudo aburrimiento.
No hablo por todos los gays (aunque lo parezca) pero sí por muchos cuando digo que la cosa no es tan complicada: vive y deja vivir. A mí, con que no te metas con mi forma de ser y de actuar, como si en tu cabeza me pones a caldo y me llamas comepollas. No voy a hablar de la educación caucásicoheteropatriarcal que nos pone a los que no somos blancos, heterosexuales y hombres como menos personas que el resto. Es un tema demasiado importante como para tratarlo en un blog. Haría falta un doctorado que, por decisión propia, no tengo.
Yo, en el caso de Alfonso Merlos, he entendido muy bien: un homófobo reconocido, que ha hecho discursos contra la sodomía basados, por supuesto, en la religión católica; un ser que menosprecia a los homosexuales porque no son como dicen unos señores que no pueden tener relaciones sexuales porque otro señor decidió hace siglos que era perjudicial para la expansión de la palabra de un libro que se creó hace más años; ese señor que va de “gente buena” frente al resto, que como no son como él, son “gente mala”; ese mismo señor con todo lo anterior, ha sido pillado in fraganti diciendo en una foto sobre una polla como una lata de Red Bull “esto me gusta”.
Y sí, los chascarrillos en Twitter han ido por “BUAH, HA FAVEADO UNA POLLA”. Pero es que el que ha faveado una polla es el señor Merlos. Y el señor Merlos no es que no haya reconocido su homosexualidad, no. Es que el señor Merlos ha dicho que los sodomitas donde mejor están es en el Infierno (la cadena perpetua de los católicos).
Todo el chascarrillo no va porque sea gay. Que igual ni es eso. Igual es envidia por micropene. O un FAV de “yo también la tengo igual, qué grandes somos”. El chascarrillo viene porque lo del Señor Merlos es una hipocresía de manual. Esa doble moral que le gusta a los católicocaucasicoheteropatriarcas, ese “estoy en contra del aborto, pero a mi hija la ha preñado el jardinero, así que va a hacer una visita urgente a su tía la de Londres”, ese “mi mujer en casa mientras yo me voy de putas, pero eso no son cuernos, es tomarse una copa plus”. Ahí está el chascarrillo.
Internet, y sobre todo Twitter, es un patio de colegio. Y si se te cae una Coca-Cola en la entrepierna van a decir que te has meado. Y van a hacer broma de ello. Y, seguramente, tu mote durante mucho tiempo va a ser “el meón” (A menos que te llames Francisco, que entonces será “Franpisco”, que a veces los motes son de lo más originales).
Y sí, está mal. A veces. Todo depende de cómo se mire. Porque cuando “el meón” no se mete con nadie y está leyendo con su Coca-cola en un rincón del patio y es tan torpe que se le cae encima, pues es pasarse. Pero cuando Franpisco es el bully de la clase, está bien que tome un poco de su propia medicina.
Lo de Alfonso Merlos no ha sido un ataque homófobo de la derecha. Lo de Alfonso Merlos ha sido un “te han pillao con el carrito del helado” de manual. Y yo hago bromas y no creo que mis amigos heterosexuales lo hagan “porque es gay”. Lo hacen porque es un puñetero hipócrita.
Por mi experiencia, los homófobos tengo que decir que existen. Existen desde la ignorancia, existen desde el desconocimiento, existen desde el estar armarizado… Existen. Y hay que erradicarlos. Y lo conseguiremos. Pero hay formas y formas.
Entiendo la sobreprotección a la que se ha llegado con respecto a los gays (y todo el colectivo LGTBXQWRHBJP en general): a los heterosexuales os gusta mucho sobreproteger. Lo habéis hecho con las mujeres, lo habéis hecho con los las distintas razas,… Pero de verdad, no hace falta.
Una cosa es el respeto, es decir, no ir diciendo por ahí “vaya pedazo de maricón eres” o “hostia puta lesbiana, lo que le falta es una buena polla, yo sí que le hacía disfrutar y no la novia”, por ejemplo. Pero otra cosa es pasarse de educado y que ahora un tío no pueda hacer mofa de que a otro le gusten las pollas, máxime cuando se ha puesto como un energúmeno criticando justamente el que a alguien le gusten las pollas.
El lenguaje se crea con la Historia. Y la Historia ha sido homófoba (al igual que machista). Somos las personas quienes, con nuestro día a día, hemos de cambiar eso. Pero también hemos de entender que el lenguaje es como es y no podemos cambiarlo en dos patás. Son las pequeñas cosas las que hacen que un lenguaje cambie. Por ejemplo, mis amigos y yo nos llamamos “maricón” y así deshomosexualizamos la palabra. De hecho, ahora mismo “maricón” tiene, al menos en el sentir general, más significado de “cobarde” o hasta de “malo” que de “homosexual”. Cuando dices “qué maricón eres” no estás haciendo alusión a su orientación sexual, si no a que te ha hecho una putada de manera subrepticia. Excepto con “Mariano Maricón”. Eso es un clásico y punto.
Esto no entra en lucha con reivindicar derechos y criticar la homofobia, no. Esto, simplemente, es un pequeño aviso a navegantes porque nos estamos pasando ya. Que una cosa es evitar la homofobia y otra tener que ir con un avisador para evitar meternos con cualquier colectivo. Al menos, a mí, no hace falta que me sobreprotejáis.
Si me encontráis en un callejón y me están intentando dar una paliza sí, protegedme, que yo me quiero mucho y me hago daño en seguida. Y si veis que alguien ofende a un homosexual, pero ofender de comentarios peyorativos y con menosprecio, salid en mi defensa. Pero si a un homófobo recalcitrante le están dando lo suyo y lo de su prima llamándolo maricón, no habléis por mí y digáis que están cayendo en la homofobia. No me hace falta porque no me siento ofendido. No creo que sea homofobia. Creo que es otra cosa. Y hasta voy a estar riéndome, seguramente, en cuanto me entere. No sé si me explico bien.
Termino con una viñeta muy antigua que ahora mismo está en el candelero por lo de Charlie Hebdo. Si el humor no puede afectar a nadie, no puede criticar a nadie, no puede ser incisivo con nadie, el humor va a terminar por ser así.
AMÉN
Aplauso, standing ovation y mamazo de escándalo en el backstage. Maricón.
ASÍN ES, CORAZÓN!!!
Se mezclaron dos cosas: la falta de comprensión lectora de LA CUÑADA y acólitos, y la sobreprotección al pobre lobby gay.
Si para alguien que lee «Jaaa!! Merlos MARICÓN!!» ahí hay una ofensa a los gays, el problema lo tiene esa persona, pues MARICÓN SÓLO ES UNA OFENSA SI EN TU CABEZA MARICÓN ES OFENSIVO. <—Ups, tara al descubierto.
Ejemplos de chistes con igual resultado en risas:
-Cristiano Ronaldo faveando un tuit de en el que ponga "La mejor camiseta del mundo" y foto de la del Barça.
-Luis de Guindos faveando un tuit del ministro VarouFucker en el que ponga "El pueblo griego es soberano y el BCE no manda sobre nosotros".
-Pdr Snchz faveando un tuit en el que Mariano Rajoy ponga "La recuperación económica es evidente"… #OhWait
Pero es que LA CUÑADA estaba muy ocupada buscándole tres pies al gato al asunto (algunos dirían que en su perpetua búsqueda de notoriedad) como para ENTENDER de qué se reía la gente…
Y luego llega lo de la protección. Los maricones, como especie en extinción que somos hemos de ser cuidados y mimados. No tratados con igualdad, no, sino con algodones y con programas de cría en cautividad como si fuéramos linces. Igual que las mujeres, que también son una especie en extinción. Y los negros, que quedan pocos, y los que tienen Windows Phone, etc.
Ay… lo que nos queda…
El concepto «reserva de cría de homosexuales» me parece tan bonito y tan cerdo al mismo tiempo que sólo puedo que aplaudirte ;______)
Pues sí, la verdaZ
Lo estaba escribiendo y pensando… oye, pues ni tan mal… :___)
Mi pregunta es si toda esta lucha de egos virtual tiene alguna repercusion en la vida real, o si todo activismo delante de una pantalla solo sirve pa hacer 4 chistes malos y ganar falsos amigos o followers d esos (donde +de la mitad son empresas & mercadotecnia), con la consecuente maximizacion del ego…
En mi caso no tiene nada que ver con eso (si es a eso a lo que te refieres). A mí Twitter, si bien es cierto que es agradable tener followers porque te permite más interacciones, no es más que una forma más de comunicación y de reírme. Por eso es tan importante para mí.
Pero no simplifiques tanto a «lucha de egos» una red social que se ha convertido en uno de los mayores medios de comunicación de la segunda década del S XXI, Axo. Es como llamar a la televisión «eso donde ponen series y te meten anuncios».
Twitter (Internet en general, que sería el medio en sí) es un nuevo medio de comunicación y de opinión y, como tal, tiene estas cosas. Me parece erróneo que Lucía Etxebarría haga un alegato de homofobia de izquierda y se ponga en contra de todo el mundo por el simple hecho de destacar. Cuando habla en la radio tengo la posibilidad de llamar por teléfono e igual me lo coge, igual no. Cuando escribe en Twitter simplemente puedo contestarle y rebatir sus opiniones.
Esto me da pie a hacer un texto en el que explico mi opinión sobre la sobreprotección del mundo homosexual al que hemos pasado de la homofobia y el oscurantismo.
De nuevo, una forma de comunicación. Es así de «sencillo». No tiene nada que ver con el ego.
Pues Lucía Etxebarría me ha hecho un follow a raíz de retuitear y comentar este artículo en twitter. Creo que me va a tirar una compresa usada.
yo vivo muy lejos de todo esto, en distancia y en cultura, y me sorprende agradablemente la naturalidad de todo el artículo. Me gusta pensar que proteger a los gays es como proteger a las mujeres, hay que saber cuando es oportuno. Yo parto de la base de que todo humano es frágil y merece protección, pero si es un chulo pues ya no. No conocía al Lamerlos éste del que habláis, y leyendo todo esto he aprendido muchas cosas.
Es lo que tiene no ver ciertos canales, que uno no se entera.
En fin, que muchas gracias.