La familia gilipollas de «Un lugar tranquilo»

Ay chica, empecé a escribir esta sección cuando leía unanimidad atroz en una película y a mí se me arrugaba el morro. «Un lugar tranquilo» es una peli digna de estar aquí, porque la crítica y el público han salido encantados (¡Un 6´8 en Filmaffinity!) y el taquillazo se augura tan redondo que la sitúan por debajo de IT en la liga de las más taquilleras (en cuanto al género de terror se refiere). Pues chica.  si te dijera que  yo estuve todo el tiempo con un WHATTHEFUCK en la boca de pitiminí ¿Cómo te quedas? A partir de aquí…                                                           

                                                  SPOILERS SIN FIN

Y es que la historia parte de un punto muy atractivo; una familia debe vivir en silencio porque al parecer unos extraterrestres o marcianos o monstruos (no se explica)  han invadido el mundo y al primer sonido, te meriendan entera. No me voy a parar en los monstruos esos, hijos putativos de Alien, que hay que tener el morro muy gordo para no intentar salirse de una puta vez del canon con el que hizo historia el famoso xenomorfo. Claro que luego te los imaginas conduciendo una nave espacial (con esas patas de cangrejo) para venir a La Tierra a comernos a todos y me da la risa.  Tampoco me voy a quejar de que el graznido que emiten lo hayamos escuchado ya millones de veces en otros monstruos y hasta en los dinosaurios, que el que lo registró debe haberse hecho de oro vendiendo derechos. Aquí los que tienen mucha tela que cortar son la familia, absoluta protagonista y muy necesitada de que les den hostias sin fin, porque mira que le pasan desgracias, chica, pero pocas para las que se merecen, POR GILIPOLLAS. Y no aprenden, ellos no aprenden, ellos no son profesores como otrosss…

El montón de cosas lelas, tontas y gilipollescas que hacen al cabo del metraje es para darles el premio Darwin de honor. Pero yo lo entiendo, chica, porque el punto de partida se agota en veinte minutos (con lo chachi que hubiera quedado en un corto…) y a ver cómo te lo montas en el guión para que se desarrolle la trama ¿Y cómo se lo montan? Pues con sustos y blandenguería y no le pidas más. Todo son sustos que te ves venir a la legua porque claro…Sólo pueden ser sustos de sonido. Y la familia, pues en todo lo suyo, haciendo ruido sin fin, que les faltan bocinas, cascabeles y unos cencerros para andar por la casa y por los exteriores tan ricamente. No han quitado ni un jarrón chino, ni un cristal, ni una Lladró; todo lo que pueda hacer ruido, está en esa puta casa de GILIPOLLAS.

Qué vamos, que parece mentira con lo que han sufrido ya ( en los primeros quince minutos uno de los hijos pasa a formar parte de un menú de lo más nutritivo…ejem) hayan aprendido algo.

 

Lo primero que no han aprendido es cómo colocar unas buenas cerraduras y defensas en puertas y ventanas, porque se les cuelan los meriendaniños como si fueran moscas  Me dirás que no pueden hacerlo por el ruido, pero bien que les dio para llenarlo todo de cámaras y hasta fuegos artificiales han puesto, pero oye, las puertas, ni tocarlas, hombreporDios. Y les pasa al menos en tres escenas en las que no sabes como se les cuelan los bichos en la casa, pero ahí los tienes, con cara de toma pan y moja. Lo fuerte, lo chungo es que a medio de la película descubrimos que la familia se construyó un zulo encofrado donde se puede estar libre de peligro y hablar sin tener que usar la lengua de signos  …¡¡Y no lo están utilizando!!

Una vez que ha pasado la primera media hora de sorpresa (es un decir…), empiezas a hacerte preguntas y chica, la historia no aguanta ni un repaso sin que se hunda el tenderete ¿Cómo es de peligroso cagar en ese mundo después de cenar en un mexicano? ¿Se acabaron los eructos? ¿Roncar es pena de muerte? 

El mundo está colapsado pero ellos tienen electricidad para dar y regalar, no vemos placas solares por ningún sitio…¿Le ha salido al guionista del coño o cómo va eso?  Pues sí, como te voy a explicar, chica, le sale todo del coño al guionista y lo debe tener bien infectado, porque vaya, todo son malas ideas. El guionista no sé si será GILIPOLLAS, pero muy dotado para el oficio sí que no está.  Hay lanzas, hay ballestas, hay arcos, hay piedras con aristas…¿Y qué elige la familia para defenderse de los monstruos? Efectivamente, los fusiles más bestias y ruidosos del mercado.

Lo de ir descalzos muy buena idea tampoco es  (excepto dentro de la casa) porque con una buena zapatilla andas protegido y luego no te pinchas con nada (como así ocurre) y las hay que no hacen nada de ruido, que no todo tienen que ser stilettos para andar por la tarima, chica. 

Y todo se resume en un guión caprichoso donde todo es porque sí (o por el coño del guionista, como decía antes). Los monstruos están a punto de zamparse a uno bien ruidoso, pero si escuchan otro ruido, salen corriendo. Si se te engancha una madeja de lana en un clavo, lo lógico sería desandar lo andado y soltarlo; pues chica, que va, mucho mejor tirar a ver si en el estirón rompes  algo y montas una escandalera que parece la tuna cantando canciones heavys ¿Y después de clavarte el clavito que pinchó a Pablito, qué haces? Pues lo dejo y no lo quito, a ver si así también se pincha el niño, el padre, los vecinos y la santísima trinidad.

El trigo guardado en el silo en este largometraje es tan caprichoso como el guión, que unas veces te traga y otras no (como los pimientos de Padrón). Y todo en la misma escena sin cortarse un pelo.

Y ya que sea la familia la que descubre que si  disparas a los monstruos a la boca o les pones ultrasonidos, los matas, es la repanocha chocha, porque…¿Y el ejercito? ¿Para qué pagamos impuestos que van al ejercito si luego una niñata es la que descubre lo de los ultrasonidos? ¿Y los cazas del ejercito para matar desde el aire donde están? ¿Pero es qué nos toman por GILIPOLLAS?

Pero sin duda los que se llevan la palma son esos dos niños (el niño, la niña y la madre que los parió) que no hacen más que desobedecer, meterse en líos peligrosísimos y hacer chuminadas muy ruidosas, todo el día en el campo (que muy preocupados a sus padres no se les ve, la verdad). Osea, unos niñatos que no pueden ser más GILIPOLLAS. Culpa de los padres, claro, que si les hubieran dado dos sopapos a tiempo estarían todos sanos y coleando. Pero sin hacer ruido.

En fin, chica, que lo peor que puedo decir es que «Un lugar tranquilo» parece una hija bastarda de Shyamalan con ínfulas y pretensiones, que ya es lo puto peor. Y mi puntuación en mierdas gilipollescas de uno a cinco es de…

1 comentario en “La familia gilipollas de «Un lugar tranquilo»”

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