¡Póntelo, pónselo!

Entrada escrita a medias por MuTarr y El científico loco

Hace unos días leímos en la redacción la noticia de que había aparecido el primer caso de un individuo contagiado de VIH mientras estaba con PrEP y nos quedamos impactados, aunque a algunos de nosotros no nos causó una gran sorpresa. Era de esperar, como vamos a ver dentro de un momento.

Antes de nada, un poco de contexto. Por fortuna, vivimos en una época donde las medidas de prevención contra las infecciones de transmisión sexual han aumentado tanto en número como en efectividad con respecto a hace apenas unos pocos años. Centrándonos en el caso del VIH, hoy en día se consideran aparte del preservativo otros dos métodos de prevención muy efectivos: la TasP y la PrEP, por sus siglas en inglés. La TasP (Treatment as Prevention, tratamiento como prevención) consiste en el uso consistente de tratamientos anti-retrovirales por parte de las personas seropositivas no solo como tratamiento personal, sino como forma de evitar nuevas transmisiones. La idea subyacente es la siguiente: si conseguimos que la carga viral disminuya hasta límites indetectables, la probabilidad de transmisión del virus baja enormemente (de hecho, los estudios no han encontrado hasta la fecha ningún caso de transmisión por esta vía). El argumento sostiene que si todos conociéramos nuestro estado serológico y los medicamentos anti-retrovirales se usaran de forma universal y consistente, dejaría de haber nuevas transmisiones y dentro de 40-50 años el VIH estaría auto-erradicado de la faz de la Tierra.

La PrEP, Pre-Exposure Prophylaxis o profilaxis de pre-exposición, es un cóctel anti-retroviral análogo al que se toma para contener la infección, pero indicado para personas seronegativas. Los estudios clínicos en EEUU, país donde está aprobado (y de hecho, oficialmente recomendado para trabajadores del sexo y hombres que tienen sexo con otros hombres) el uso de la PrEP, mostraban hasta ahora que la toma consistente (es decir, tomada siguiendo las pautas establecidas por el médico y sin saltarse dosis) de PrEP disminuye el riesgo de infección a casi cero. La aprobación de la PrEP en Estados Unidos no estuvo exenta de polémicas, pero lo cierto es que desde que está en funcionamiento las tasas de transmisión dentro de los colectivos anteriormente mencionados han bajado bastante. A todo esto, hablar de PrEP en España continúa siendo un ejercicio de ciencia-ficción y, visto lo visto (estamos en un país lamentable en el que el Ministerio de Sanidad racanea miserable y criminalmente a miles de enfermos de Hepatitis C el medicamento que puede salvarles la vida), continuará siéndolo durante bastante tiempo. No así en otros países de nuestro entorno, como Reino Unido o Francia, donde los ensayos clínicos están muy avanzados y la PrEP estará disponible en poco tiempo. La cuestión sobre si la PrEP se puede convertir o no en excusa para que se generalicen las prácticas de riesgo es apasionante, pero se trata de un tema que da mucho de sí y creemos que es mejor dejar para otro post más adelante.

La cuestión es: la noticia que ha motivado este post, ¿Qué nos quiere decir? ¿No decían los estudios que la PrEP bajaba a prácticamente cero la probabilidad de transmisión? Entonces, ¿Cómo se ha podido infectar la persona a la que se refiere el caso clínico recién demostrado? ¿Eran malos los estudios previos? ¿A qué carta nos quedamos?

Atroz con Leche te enseña, Atroz con Leche entretiene.

La noticia no nos ha sorprendido, decíamos, y tampoco ha causado gran conmoción en el ámbito académico. Era algo que tenía que ocurrir tarde o temprano. El VIH es un virus que tiene una alta tasa de mutación y por eso cada cierto tiempo aparecen cepas del mismo que son resistentes a los medicamentos anti-retrovirales existentes. Por ese motivo es necesario sacar continuamente nuevos medicamentos. La lucha contra el VIH es una eterna carrera en la que hay que cambiar de caballo cada poco tiempo. Ya existen desde hace años cepas resistentes al cóctel que compone Truvada (el medicamento que se usa para la PrEP), y solo era cuestión de tiempo que alguien en PrEP se viera expuesto a una de estas cepas. El virus resistente atraviesa la PrEP casi como si ésta no existiera. Y tenemos un nuevo caso de infección que, además, sabemos que no va a poder combatirse ni con emtrictabina ni con tenofovir (los principios que componen Truvada).

Para rematar la faena, ocurre un proceso bien conocido por los biólogos y epidemiólogos: la selección de organismos resistentes. El principio es fácil de entender: si generalizas el uso de un fármaco que es efectivo contra un microorganismo, a medio plazo estás favoreciendo la propagación de las mutaciones resistentes a dicho fármaco. Pasados unos años, la variante resistente al fármaco será la más extendida, en vez de minoritaria, y entonces se vuelve a estar en el mismo problema que al principio, solo que agravado por la nueva resistencia del microorganismo dañino. Éste es el motivo por el que siempre nos aconsejan usar de forma responsable los antibióticos, porque si no, a la larga, acaban triunfando las “súper-bacterias” resistentes a todo lo conocido.

El problema de base es que la PrEP se percibe entre sus usuarios como una alternativa al uso del condón. “PrEP: la pastilla que jubilará al preservativo” decían los titulares de muchos medios de comunicación no hace tanto. Cuando realmente la recomendación sanitaria nunca ha sido usar la PrEP como alternativa al condón, sino como complemento al mismo.

Pero eso no es todo. La PrEP sólo es efectiva (hecha ya la llamada de atención previa) contra una infección de transmisión sexual, el VIH. Hay muchas más. El número de casos de Hepatitis C y otras ITSs (Infecciones de Transmisión Sexual) se han disparado en el España; la gonorrea multi-resistente ya se ha expandido por todo el globo. Y por si no ha quedado claro: multi-resistente quiere decir que NO hay antibióticos que la curen. Ninguno. Y a los investigadores se les están acabando las opciones. ¿Sabéis que desde hace veinte años apenas se han descubierto nuevos antibióticos? No por falta de empeño; sencillamente es que el abanico de opciones a la hora de matar a una bacteria sin dañar al organismo que la alberga es mucho más limitado de lo que parece a primera vista. Enfermedades que se consideraban casi extintas como la tuberculosis vuelven con fuerza. Enfermedades que hasta hace poco tenían fácil cura, como la gonorrea, son ahora incurables. Se espera que la sífilis vaya por el mismo camino, y suma y sigue.

Desde esta web, nos queremos poner serios y hacer tres llamamientos:

1.- Al Gobierno entrante, que recupere las campañas de información, prevención y concienciación que tan buen resultado dieron como el “Póntelo, pónselo» de los 90. En los últimos años el dinero destinado en proyectos de prevención ha caído más del 75% y por lo tanto, cuanto menos dinero más infectados. Es cierto que las campañas de corte tradicional ya no tienen el efecto de antaño por muy diversos motivos, pero no por ello debemos abandonar la vía de la campaña informativa.

2.- A todos, por favor, no os dejéis engañar. El VIH es una enfermedad que va a marcar toda vuestra vida. Sí, la gente ya no se muere como antes por el VIH, pero eso no quiere decir que tu vida vaya a ser igual. Ésta enfermedad va a condicionar lo que te queda de vida. Los infectados de VIH desarrollan muchos problemas asociados a los fármacos: cardiopatías, lipodistrofias, sin contar que si no te cuidas cualquier infección puede llevarte al otro barrio, junto con el amplio y lamentable espectro de discriminaciones, rechazos, actitudes serofóbicas y demás mierdas que amargan injustamente la vida de tantas personas. Que en materia de educación y convivencia esta sociedad nuestra ha avanzado muy poquito o nada en los últimos cuarenta años.

3.- El conocimiento es poder, la información es un arma. El mayor problema, tal vez, sea que una gran mayoría de personas portadoras de una ITS no saben que lo son. Así, es muy difícil cuidarse a uno mismo y cuidar a los demás. Es fundamental recordar la importancia de hacerse pruebas periódicas: son sencillas, son baratas, son cada vez más rápidas. Sólo desde el conocimiento de la realidad se pueden tomar decisiones acertadas, no solo acerca de la vida sexual de cada uno, sino en cualquier otro ámbito. Informaros y haceros las pruebas.

Que no te vendan la moto con “Si yo estoy sano”; “Es que con el condón se me baja”; “Si por una vez no pasa nada”; “Esto no va conmigo”. Nadie se merece ninguna enfermedad, pero está en tu mano evitar pillarlas. A día de hoy, el preservativo sigue siendo el mejor aliado contra las ITS. Así que ya sabes: Póntelo, pónselo.