Una película sobre posesiones. Que es algo que ya nos han contado montones de veces anteriormente. Así que no da miedo. Ni impresiona. Ni nada. Su única baza es jugar con el rollo del mockumentary. Pero eso ya se ha hecho antes. Muchas veces. Lo había hecho, concretamente en 2009, Olatunde Osunsanmi en La cuarta fase, protagonizada por Milla Jovovich. Y, claro, aquello en aquel momento sí que impresionaba, la verdad. Pero ahora estamos ya curados de espantos.
Total, que cinematográficamente The Atticus Institute está muy cuidada y muy bien construída. Pero que el resultado es muy meh.