Ayer viernes (escribo esto el sábado 31 de enero) me desayuné con esto
La noticia fue portada de meneame, esa web a la que de vez en cuando llegan nuestros post más insustanciales sobre nuestra musa Mariló, y que sirve fundamentalmente para que los CM de las empresas se den de palmaditas en la espalda los unos a los otros por el incremento de tráfico. El caso es que nosotros publicamos la noticia en instagram y los comentarios, especialmente uno sobre los noventa, me hicieron recordar la película de la que toma nombre este post.
Corría el año 88, yo tenía 16 años y mi hermano uno más, y una novia. Como nuestros padres dejaban la casa libre de las cinco y media que llegábamos del colegio (yo estaba en COU y mi hermano trabajaba ya) me daba pasta para que me fuera al cine todos los días después de salir de clase, para poder estudiar tranquilamente a con su novia. Y me enamoré. El interfecto en cuestión es este
Brian Kerwin. Y la película en cuestión era «Trilogía de Nueva York «. En ella un entretainer feo y con voz más fea todavía, enamoraba a dos hombres guapísimos (primero uno y luego otro, no os vayáis a creer).
El final de la película no os lo voy a contar, pero es un alegato a favor de la normalidad. Eso que nos falta en estos momentos, dadas las noticias que casi todos los días nos encontramos en la prensa. Normalidad es que dos novios se puedan dar de la mano en una cafetería sin que les llamen la atención, o que si te invitan al una comida familiar no tengas que pensar un minuto en quién va a ir para que tu familia no tenga que dar explicaciones a esa tía del pueblo que ves dos veces al año cuando te vea con tu marido. Y estamos, aunque parezca mentira, muy lejos de todo eso. Probad a ir cogidos de la mano en Cáceres, o a dar un beso a tu chico en Parla. Estamos muy muy lejos.
Pero lo peor es que nos estamos relajando. No nos importa lo que pase fuera de nuestros guetos, de nuestros bares y de nuestros círculos de amigos. Vemos normal que cuando nuestros compañeros de trabajo de ponen a hablar de las broncas con sus novias nosotros callemos, o usemos un lenguaje neutro y confuso. Y no es así. Todavía queda mucho por hacer, pero nos pensamos que lo tienen que hacer otros.
Os dejo el primer monólogo de «Trilogía de Nueva York » con la esperanza de que os emocione tanto como me emocionó a mi en su momento.
Y, como bonus track, una canción: se cuenta que Los Planetas querían llamar a esta canción «día del orgullo gay». A mi me gustaría que fuera el himno que se escuchara cuando pasaran las carrozas por el Paseo del Prado. Muy atentos a la letra.
Me gustaría que cuando pasasen cosas como la expulsión de dos personas de una cafetería en Granada, fuésemos todos a pedir explicaciones. Y si las explicaciones no nos convencen, tomáramos medidas. Como en la canción.
Bravo!! No puedo estar más de acuerdo!!
Yo sólo pude ver esa peli una vez…Me puso tan malo que estuve días teniendo pesadillas.
Pues yo la vi como diez veces en el cine. Es lo que tiene ser cinéfilo financiado.
Habría que decir el nombre de la cafetería para boicotearla!!
Cafetería Avenida Madrid, en la calle cuyo propio nombre indica.
A mí esta es de esas películas que me marcaron (probablemente por lo mismo a lo que se refiere MM). Y quiero reivindicar a un enorme Harvey Fierstein, que aquí está ma-ra-vi-llo-so.
Harvey Fierstein, Anne Bancroft, Brian Kerwin, están todos genial
Totalmente de acuerdo.
Yo ya puse mi granito de arena al asunto y deje un mensaje en siglo XXI para mañana Lunes…ahora toka que los neohippies hipster vintages de pull&bear d la redaccion dl programa lo emita ó sean participes de un silencio gelido que nos arrastra hacia un mundo sin sonrisa.
Ciencia ficción iba a llamarse «dia internacional su orgullo gay» cierto. La historia viene en el libro de Nando Cruz de Lengua de Trapo.