Esta entrada debe comenzar con un mea culpa. Es justo y necesario. Es nuestro deber y salvación. Reconozco que cuando supe que le hacían una serie a la Veneno, levanté una ceja. Y ya cuando se confirmó que la hacían los Javis, me eché a temblar. Es que ni me apetecía echarle un vistazo por cotilleo. Pero estrenaron el primer capítulo en plena pandemia y me decían los que me conocen «Tienes que verla, que te va a gustar». Yo que soy muy obediente, hice caso y me pasmé vivo. La cosa ha ido a más, cada vez más flipado y alucinado hasta llegar al quinto capítulo. Ya no necesito más ni que acabe la serie para poder decir una sóla palabra a los Javis:
Lo que han hecho con Veneno no es una serie, es un milagro. Sorprende el nivel de atrevimiento al que han llegado, en el que no esconden ni pollas, ni vergüenzas ni críticas brutales a programas que emitió la misma cadena que les ha financiado. Es uno de sus puntos fuertes: el relato de la televisión y del modo en que funcionan los programas que necesitan de gente como la Veneno para subsistir, provocando infinidad de juguetes rotos (¿Podemos decir ya que el capítulo cinco es un prodigio al respecto?).
Todo es esplendoroso y apabullante en una serie en la que se han dejado la piel con cada escena y se ha cuidado el detalle con una minuciosidad llena de cariño por el material con el que se trabaja. Es difícil distinguir la recreación de la serie de las escenas que fueron realidad. Un detallismo que se convierte en el truco para traspasar la pantalla.
Ha habido tantos momentos acojonantes que no sabría con cual quedarme, pero se agradece que cada capítulo tenga una entidad propia, casi un ritmo distinto y planteamientos que no se repiten. ni se acomodan en lo fácil. Luego te tiras horas dándole vueltas a lo que has visto y no se te quita de la cabeza; porque deja poso.
Emocionarme hasta el resuello sí que no me lo esperaba yo. Y esos guiños maravillosos a la cultura popular y televisiva de este país, con colaboraciones y apariciones que te dejan traspuesto y que van más allá del homenaje para convertirse en arte. Emoción de la buena, escenas que se quedan grabadas en la memoria para siempre.
No leeras por aquí que es una serie perfecta, pero tampoco creo que aspire a una perfección que le hubiera restado verdad y autenticidad. Tal vez lo más flojo son algunas actuaciones.
Pero es que llega un momento en que da igual y también se entiende, en un proyecto donde era fundamental que el reparto se ajustara a la realidad transexual. Que yo soy de la opinión de que un actor hetero puede hacer de marica o trans tranquilamente, pero es que en una serie que gira en torno a la Veneno, hubiera sido ir contra las intenciones artísticas y la filosofía del proyecto. Eso sí, que no se me olvide el prodigio de naturalidad que es Paca la Piraña.
Más allá de la ambientación tan currada o de la representación de momentos que todos hemos visto con una fidelidad milimétrica, lo más apasionante de esta pequeña gran obra es el cariño hacia el personaje principal. A Cristina la tratan con una ternura, un mimo y un cuidado que pone los pelos de punta. Con todo lo sórdido que hay alrededor del personaje, tienen mucho mérito, aunque también es cierto que partían del enfoque de un cariño que ya le dedicó Valeria Vegas en su biografía (Ni puta ni santa). Por eso es muy de agradecer que los Javis no optaran por eliminar la voz narradora y se incorpore como la otra protagonista, el chico que se hace mujer mientras se nos cuenta como cambió Joselito para convertirse en La Veneno.
Es imposible no sentir empatía por un personaje que bordeó la tragedia en todo momento y que sabía más que nadie de supervivencia en un mundo hostil. Hay que resaltar que la elección de tres actrices para interpretarla en distintas épocas, ha sido todo un acierto. Y eso que la idea parecía más bien una ocurrencia, pero queda estupendo con los cambios físicos que exigía el papel a lo largo de los años.
Es curioso que partiendo de un personaje aparentemente frívolo y de la televisión basura, hayan conseguido ser más profundos que otros que dicen que te cuentan cosas importantes y luego na de na. El retrato que hacen del mundo de la prostitución, por poner un ejemplo, es espeluznante y con un aire de autenticidad que pocas veces has visto en la ficción patria.
Estoy feliz de haberme quitado los prejuicios y disfrutar de esta maravilla. No seas tonta y disfrutala tú también, porque acontecimientos como este se ven muy pocos en las televisiones de nuestro país.
A ver. Siempre fui muy crítico con «los Javis». Quienes se refieren a si mismos como «un fenómeno» pierden automáticamente todo mi respeto.
Por otro lado sería una necedad valorar un trabajo sin separarlo de lo que te transmite su autor como persona/personaje y aquí es cuando me quito no solo el sombrero, sino el cráneo entero.
Sin duda es lo mejor que se ha hecho en décadas.
Enhorabuena
Dmalignus, estoy de acuerdo, lo mejor es no abstraerse de que detrás de esta digna serie están esos dos narcisistas patológicos (y Valeria, que es otra para echar de comer aparte)…
Tan narcisista que Valeria se ha hecho famosa por un libro de honra, mima y cuida a un personaje como la Veneno. Pero es imposible que alguien como tú se dé cuenta…Que pena que no se pudiera elegir quién puede o no puede ver algo, porque está claro que en concreto tú, no mereces una serie así. Y no solo lo digo por este comentario; es en general, que ya son años leyéndote mientras desprecias todo y la impresión que queda siempre es que solo es un reflejo de lo que llevas dentro. Quiérete un poquito como maricón y verás como todo cambia (¿Ves? Yo también sé hacer diagnósticos psicológicos de salón)
Pregúntale a la familia de Veneno qué opinión tienen de ella… Y no se hizo famosa por ese libro, ella metió la cabeza en los medios por meterse en el entourage de Alaska y su marido
Está la familia de la Veneno como para dar lecciones de nada, jajaja.
No sé si has visto la serie, que empiezo a dudarlo, pero si la has visto no te has enterado de nada. Pero nada de nada.
*es abstraerse
Cada capítulo es apabullante, me deja sin habla.
Echo de menos un poco la época del ambiente en Almería, pero se comprende para no dar más vueltas sobre el tema.
Y que decir de la Piraña, es que es así, no lo puede negar; cuando la ví por primera vez, tenía yo 18 años e iba acojonado a un pub (Almería la noche) donde actuaban travestis, con un primo, apareció ella guapísima, hecha una sirena, y después de hacer un número de la Eartha Kitt, se acerca a la gente (muchos matrimonios mayores) y me dice: yo te conozco a tí, de la ferretería Vulcano, y tu vas mucho con tu madre, y allí es donde el dueño me mete mano en el almacén.
Ay, Joselito, acabar así. Que desgaciá es la vida.
La serie es ficción, la mayoría de las cosas que contaba la Veneno eran fantasías, estaba diagnosticada con una enfermedad mental. Y no fue una transexual ejemplar. Era muy transfoba.
No deberías confundir transfobia con defensa personal en un entorno como en el que se movía.
No cariño, no lo confundo, solo hay que indicar que Veneno estaba diagnosticada con una enfermedad mental… Pero de ahí a que nos la vendan como si hubiera sido la Emmeline Pankhurtst del Parque del Oeste sólo se entiende desde la ficción, que me parece muy respetable, ojo.
Ahora nos vas a descubrir que en realidad no se tiró a Ricky Martin y nos dejas muertaaaaassss
No me refiero a lo de Ricky Martin, chiquilla, me refiero a esa pretensión de dibujar a Veneno como si fuera Rosa de Luxemburgo (ese discursito final del episodio 1), cuando nunca se implicó en ninguna forma de activismo y en sus apariciones televisivas fue una homófoba y tránsfoba de cagarse la perra.
Ni la serie ni la biografía son hagiográficas y en ningún momento han escondido las miserias y oscuridades del personaje. Lo de inventar mentiras se dice en la serie como cinco mil veces y el valor del personaje no lo es por su activismo (en ningún momento se mantiene eso), sino el testimonio de una vida durísima que le provocó las distorsiones que tan bien se sabe retratar. Por otro lado…¿Como se puede ser transfoba viviendo con Paca la Piraña y haciendote la biografía Valeria Vegas?
Ella siempre se definió como travesti, nunca como mujer y llamaba a los transexuales maricones, si te parece poca transfobia. Digáis lo que digáis fue una misógina, homófoba y tránsfoba, aunque te reconozco que te meabas de la risa con ella/él
Pues yo también llamo a todos los homosexuales maricones…A ver si voy a ser homófobo también…
Llamas a los homosexuales maricones porque lo son, pero las transexuales se consideran mujeres, no maricones, cariño
La pregunta clave…Una transfoba viviría con una trans y trabajaría con otra durante años para que le hiciera la biografía?
Ni has entendido al personaje ni has entendido la serie. Una verdadera pena
Pingback: Nos queda Paca La Piraña | Atroz con leche