Por fin ha llegado el día: Jamie Spears (recordemos que es alcohólico y con problemas con el juego), dejará de ser el tutor legal de su hija Britney Spears. Un control que ha durado trece años y que ha convertido a la cantante en una máquina de dinero para un grupito de gentuza que la ha explotado sin miramiento ni decoro, llegando a situciones tan locas como el padre ha gastado más de un millón y medio (del dinero de la propia Britney para mantener su tutela). La guinda de esta situación desquiciada es que ella no tenía derecho a elegir abogado ya que no se la consideraba apta ¿Cómo te quedas?
El patrimonio de la cantante se calcula en unos sesenta millones, una cantidad discretita (es posible que si buscas seguro que lo llevas ahora mismo en el bolsillo). El tutelaje tóxico llegó a ser de tal calibre que según contó ella este mismo verano, había instalado micrófonos en toda la casa y llegó a obligarla a ponerse un DIU, que no se puede ser más despreciable.
Hasta aquí las noticias del presente en los que intenté manejar cierta objetividad informátiva.
Viene ahora mi opinión totalmente subjetiva (con toda la mala hostia) y para explicarme debemos irnos al 2007, cuando Britney les proporcionaba a los paparazzis más de un 20% de su facturación (cada fotografía se pagaba a un millón de euros) y un día, hasta el mondongo, se lió a dar paraguazos.
Ocurrió que hasta el más desinformado a esas alturas ya sabía que la cantante atravesaba serios desequilibrios mentales que la prensa deseaba forzar llevándola a unos límites inmorales. Pero eso a muchos les dio igual y la convirtieron en la diana de todos los chistes, con una presión mediatica horrorosa para alguien que vivía al borde de la quiebra emociona. Porque si la prensa lo hacía es porque había un público que se comportaban como hienas, deseando ver caer a un nuevo ídolo (y si no se caía, lo empujaban ellos) . Llegó a convertirse en payasa mundial y durante mucho tiempo, hubo apuestas a ver quién la palmaba antes, si Amy o Britney, que vaya gracia, eh? Pa troncharse. Nada de la solidaridad y la empatía que se ve ahora. Todo eran risas y cachondeo en una carrera que tomaba un camino que ningun medio se tomaba en serio, lleno de curvas y de unos obstáculos que, vistos en perspectiva, evidenciaban que algo raro ocurría. Pero les dio igual. El cachondeo ha acompañado a la Britney en estas útimas décadas pese al beso de Madonna que la encumbraba como sucesora, porque la Ambición Rubia también lleva toda su vida artística danto taconazos,, queriendo que la tomen en serio.
Hará bien Britney en mirar al frente y olvidarse de rencores porque ella es diosa y se merece un descanso emocional. Pero yo no soy ella, no me debo a nadie y puedo decir que te conozco y a mí no me la das. Ahora en las redes pareces la más concienciada y se te ve rabiosa con todas las injusticias que ha sufrido Britney, pero a mí no me la das porque yo estuve allí y te vi. Recuerdo cuando te carcajeabas de sus problemas mentales, recuerdo como la pusiste de jamona p´arriba en su residencia en Las Vegas, añadiendo que bailaba como una foca, que te dio para muchos chistes en los que no se te notaba nada los prejuicios y la gordofobia.
Ahora es muy fácil subirse al carro de un personaje que ha quedado redimido pero deja que te de un consejo ¿Qué tal si aprendemos la lección y dejamos de una puta vez las antorchas en el suelo? Que mira que nos gustan las cazas de brujas y las humillaciones y tormentos en la plaza del pueblo, cosa que las redes sociales no han hecho más que engrandecer.
Ella ha seguido sacando grandes discos y temazos y tú te reías. Lo sé porque si se me ocurría comentar algo en las redes sociales, enseguida venías tú (o alguien como tú) a darme lecciones de buen gusto, diciendo que parecía increíble que me pudiera gusta LA Britney o comentarios por el estilo, esos que ahora no reconocerás que has dicho.
Una vez soltado este sermón, voy a darte una oportunidad de redimirte dándolee un repaso a la discografía que más locatis me vuelve de la femme fatale, que aunque llena de tropiezos brilla más que el 80% de los aciertos en el resto de la música pop. De nuevo, mi repaso no es pormenorizado, lo resumo al máximo por no aburrir y escojo mis favoritos, eso por descontado. No te cortes y elije el tuyo si no aparece aquí.
IN THE ZONE (2003)
Briney se tomaba un descanso de su relación con Justin Timberlake (otro que se ha portado con ella de manera muy miserable) y mientras hizo un cuarto disco que mostraba a una cantante que saltando a la madurez de un pop comercial que asumía riesgos, manejaba un porrón de estilos conseguía un trabajo fresco y coherente. Dentro estaba Toxic, que es la canción con la mejor producción de todo el siglo XXI y no admito discusiones sobre ello, oye.
BLACKOUT (2007)
Los augurios eran de lo más pesimista cuando el mundo descubrió espantado una de las portadas más horreznas de la historia. El disco veía la luz en de su época más difícil (rapado de cabeza y paraguazos incluidos) y no apostaba por ella ni su vecina del quinto, la que le llevaba rosquillas todas las mañanas para desayunar y la llama «tesoro». Para sorpresa de todos, la chavala nos regaló uno de los trabajos musicales más influyentes de la historia de la música popular. Es cierto que fue bien recibido por la crítica y entendido en su momento, pero sigue sin aparecer en las listas de «Los 20 discos más importantes del siglo XXI» (ya avisé de que sería muy subjetivo…) porque claro, hay mucho músico serio que jamás se lo reconocería a LA Briney. Da lo mismo: es un disco cuya influencia es tan evidente y tan definitiva que puede decirse que lo cambió todo. Si ahora escuchas en la radio horas y horas de canciones con con voces hiperproducidas, ten claro que es gracias a Blackout. Un disco que fue capaz de mezclar honestidad y crudeza con un envoltorio de caramelo pop y que sigue tan brutal como el primer día. Hay que reivindicarlo siempre.
CIRCUS (2008)
El disco llevaba más lejos la formula de Blackout y la afinaba para hacerla infalible, de nuevo con una honestidad que no escondía ni sus miserias ni el petardeo cuando tocaba. Tenía tantos buenos temas que se permitió el lujo de dejar para la edición de lujo un temarraco como este:
Para ser valorado en su justa medida, pensemos que su single de salida fue Womanizer, la canción que hace que siempre saques la maricona que llevas dentro sean las circunstancias que sean. Porque a petarda y mamarracha, no la gana nadie
Y de remate, una cançión tan perfecta como Unusual you que ni fue single.
FEMME FATALE (2011)
Se acabó el sufrimiento. Vuelve la Britney más petarda y divertida que hasta es capaz de reírse del personaje. Un disco que entra como un tiro y se escucha en un periquete, adictivo y juguetón y siempre dan ganas de volverlo a escuchar otra vez ¿Te acuerdas de esta barbaridad?
Y es que está abarrotado de himnos perfectos para la pista de baile que más mola; la que no tiene prejuicios en disfrutar.
BRITNEY JEAN (2013)
Por estas fechas la deriva musical de la cantante era más que evidente, porque aunque la calidad seguía estando por encima de la media, las decisiones de marketing dejaban mucho que desear. Sus dos primeros singles dejaron a todos sin dar crédito porque no podían ser más contrapuestos y el disco estaba lleno de malas decisiones en la producción o en el orden de las canciones, deperdiciando joyas que quedaban relegadas a salir en ediciones especiales.
PD: Perfume nunca debió ser una balada. Atención a esta remezcla para caerse al suelo.
Nos queda la gran pregunta…¿Tendrá ganas Britney de otro disco ahora que ya es libre y puede hacer lo que le salga del moño? Qué intriga, oye.
No soy fan de ella, nunca lo fui, pero hay que reconocer que tiene temazos.
Y también me alegro por ella. Se ha deshecho de unas garrapatas muy gordas y venenosas.
Si saca disco seguro que será un bombazo.
Enhorabuena, Britney: eres libre.