Yellowstone no sería igual sin Beth

Vamos a ir directos y disparando de frente. Como ella. El personaje de Beth Dutton en Yellowstone, hija del sempiterno vaquero John Dutton (un Kevin Costner que aprovecha al límite sus limitadas cualidades faciales expresivas), es uno de los mejores y más apasionantes personajes que ha dado la televisión en los últimos años. La actriz británica Kelly Reilly, que pasó desapercibida en «True Detective», da vida y pasión desmedida al parchís de tirar los dados y, con su ficha roja, comerse al resto de los colores de todos sus compañeros de reparto. Cada vez que aparece en pantalla, la serie sube tantos enteros, que deja a los hombres cubriéndose «sus partes» con el sombrero. Se burla tanto de la virilidad y vanidad del mundo que le rodea, que se ahorra el hecho de bostezar. Y ni siquiera la portentosa presencia de Rip (una imagen digna de cualquier calendario junto al horno más caliente de nuestros sueños) le provoca la más mínima molestia.

 

 

Su papel en la serie, una combinación de gesto altivo, femenino, arrogante y descarado; entre el desprecio, la chulería y al límite de lo insoportable, posee (gracias a sus diálogos) una enorme cantidad de aristas. El doble sentido de lo que escupe por su boca es digno de enmarcar. Por supuesto, la serie se cuida mucho en guardar los mejores diálogos para ella. El par de palizas que le dan, también son de campeonato. Pero siempre tiene un segundo para, con el cuerpo hecho unos zorros, sentarse en la acera y fumarse un cigarro; si no tiene un vaso y una botella de whisky cerca. No hace falta que no les gusten las series del oeste. Ya sólo por ver a Kelly Reilly actuar, tienen el entretenimiento asegurado. Y, si quedan enganchados, pueden seguir con «1883», «1923» y «Landman». Todas de la mano del apolíneo Taylor Sheridan. Y, pueden terminar con «Justified», que es muy recomendable.

 

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