Hace unas semanas fue asesinado Edwin Chiloba, activista LGTBI en Kenia al que asfixiaron con calcetines en la boca y encontraron su cuerpo en una caja metálica. Edwin había sufrido numerosas amenazas y ataques en una sociedad que nunca le perdonó su lucha y que uno de sus mayores hobbies fuese el vestirse con ropas de mujer. Así que creo que no hay mejor homenaje hoy que recordarlo como él hubiera querido. Con sus mejores fotos y modelitos.
Es muy posible que Edwin en un país occidental fuera considerado influencer y persona a la que seguir en las redes, pero él prefirió quedarse en su país y luchar por lo que creía justo en unas condiciones difícilísimas donde se juntan prejuicios, homofobia y la influencia de los evanegélicos que tanto daño está haciendo en Africa con su integrismo homófobo nauseabundol.
Para Kapya Kaoma, sacerdote autor del informe, estas organizaciones pretenden fomentar la idea de que las relaciones entre miembros del mismo sexo no son intrínsecas a la cultura africana, sino que han sido impuestas por Occidente
Edwin Chiloba solo tenía 24 años y desde luego tenía la planta, el morro y la actitud para haberse puesto los tacones y faldas que hubiera querido porque encima le sentaban genial.
Además sabía posar, tenía estilo y permaneció firme en sus intenciones pese a las amanezas e incluso el asalto que tuvo que soportar en su propio domicilio.
Además se podía permitir usar el color amarillo como si no hubiera mañana porque a él le sentaba bien, que si me pongo yo esos colores iba a parecer a punto de un trasplante hepático.
Las últimas investigaciones sobre su asesinato implican a un fotógrafo que parece que tuvo relación sentimental con él y tres acusados más implicado en el caso.