OMG ¡Viva el Chanelazo! ¿Cómo estais amigas? ¿Cómo lleváis la resaca eurovisiva? Nosotras aún tenemos las bragas tan húmedas como Concha Velasco cuando ocurrió lo del tarro de mermelada.
Hoy puedes decir que estás menos viva que la momia de Matamoros en Supervivientes si ayer no se te enganchó el gin tonic durante las votaciones de la Gran Final de Eurovisión.
Después de aguantar lo inaguantable en Benidorm, llega Chanel y se marca un pedazo de actuación que nos hizo levantarnos del sofá y dar saltos como perras por el salón. Europa vibró con la canción, el baile y la puesta en escena y Chanel ha podido darnos un puntito en la boca a todas las que en su día no creímos en su proyecto y preferíamos una pandereta o una teta gigante en escena a lo festival putideluxe.
Un tercer puesto en la tabla, pero todas sabemos que se trata de un segundo puesto en la realidad, ya que lo de Ucrania no tiene nombre y daría para hacer muchos post – apocalípticos de Jimenez LoSantos.
La gala arrancó con un maravilloso MedLey de la Pausini en el que por fin pudimos ver a la artista que todas conocemos y que tanto ansiábamos ver como presentadora de Eurovisión 2022. Eso si, un rato después, le pegó fuerte el Redbull que se metió antes de empezar la noche y tuvo que ausentarse hasta que le bajaron los calores de la «meno-Pausini».
Del mismo modo, Mika nos regaló la otra gran actuación de la noche repasando sus 3 grandes éxitos con una puesta en escena muy divertida y enfocada al amor y el respeto por todos los colores. Desde sus grupo de estilistas hemos recibido una nota de disculpa por no haber podido terminar de bordar la chaqueta a tiempo.
A continuación el tradicional desfile de banderas cual olimpiadas del Olimpo y de nuevo, arranca la competición donde volvimos a disfrutar de las propuestas de los 20 países clasificados más las 5 propuestas del Big Five que aún no habíamos disfrutado en directo.
Los 20 clasificados repitieron sus actuaciones tal y como se esperaba y sin hacer demasiados cambios. De hecho, pudimos disfrutar de nuevo del increíble MacMenú Doble BigMac de la griega. Europa también sintió compasión de la pobre chica y esto se tradujo en unas generosas votaciones que la auparon a las primeras posiciones.
Si aún tenéis dudas sobre lo más llamativo de cada una de estas actuaciones, aquí os dejamos unos links para conocer todos y cada uno de sus secretos más jugosos.
Y si no pudisteis ver todas las actuaciones del Big Five porque la cerveza os hizo pasar por el baño o vuestras amigas NO-Eurovisivas y autoinvitadas a la fiesta no os dejaron disfrutar de todos los detalles, vamos a ofreceros lo que nuestros ojos críticos no dejaron escapar.
FRANCIA: Alvan & Ahez – «Fulenn»
Y el subtítulo sería: «Menos mal». Menos mal que no llevamos a las Tanxugueiras porque hay que ver lo que le gusta a un francés una pandereta folk. Misma puesta en escena y mismo número de voces femeninas. ¿Se habrán «inspirado» en nuestras amigas gallegas? Por cierto, no han enviado un whatsapp para decirnos que llegaron bien a Galicia y que la compañía de viaje no les ha perdido el oro y las panderetas.
Los franceses nos presentan a un grupo de señoras bretonas que cantan raro y un dj de música electrónica que nos hace imaginar cómo sería nuestro mood si a las 12 de la mañana nos pinchasen las Tanxugueiras en el after de mala muerte en el que hemos terminado tras dos días de desfase en cualquier festival de verano.
ITALIA: Mahmood & Blanco – «Brividi»
Como diría el gran Caprile, estilísticamente hablando: «este paso de cebra con brillantina del chino ha sido un completo desastre».
Este extraño duo llegaba al festival hinchado por ser el número 1 en las listas de Spotify y con una propuesta que buscaba agradar al público gay pero se veía a la legua que era como una novela turca.
SPOILER ALERT: Mahmood es el pagafantas de Blanco.
Igual si hubiesen traído las bicicletas sin sillín nos hubiesen llamado un poquito más la atención, pero sin ellas, todo quedó en algo soso y poco memorable.
ESPAÑA: Chanel – «SloMo»
«SU PAPO» (para más info diríjanse al video)
ALEMANIA: Malik Harris – «Rockstars»
Alemania nos trae a este chiquillo que encontraron en la cola del chino del barrio comprando chicles con un tema armonioso, con musicalidad y que incluye un minuto de canción hablada que hasta queda bien.
Este chico es como los Trotamúsicos: el pollo, el gato, el perro y el burro; le da a todos los instrumentos aunque no suenen en directo.
¿Es raro pensar que Alemania mande a un chiquillo árabe con el pelo «blanqueado» a un rubio poll-ario?
REINO UNIDO: Sam Ryder – «Space Man»
Reino Unido desembarca en Turín con un chico Pantene aspirante a sustituir a Mario Vaquerizo como cara de la firma con un estilo polifacético que nos recuerda a grandes como Queen, Elton John o David Bowie, pasando por diferentes escalas vocales destacando su tesitura. Y como plus, sin dejar de sonreír.
En cuanto a la puesta en escena podemos resumirla en dos cosas: un escenario que nos recordó a un huevo Kinder y un vestuario que imita los monos de Ángel Cristo.
Para terminar con nuestro repaso salsero a la Gran Final, llegamos a las votaciones que ya desde hace días sabíamos que darían la victoria «solidaria» a Ucrania y que elevarían al lo más alto a los tres favoritos del público que eran Reino Unido, España y Suecia.
Así que gracias a Chanel, al esfuerzo de su equipo y las lágrimas de uno de sus bailarines, hemos vuelto a sentir la emoción de acariciar el micrófono de cristal y la ilusión de poder llegar a ser país anfitrión. ¿Veremos el año que viene cómo esto se hace realidad? Pues Eva Mora, en tus manos queda que la semilla sembrada este año florezca o se quede de nuevo bajo tierra.
Nosotras seguiremos atentas para contaros todos los detalles y os damos las gracias por leer nuestros delicados versos.
Besis. FonCole y MocoLoco
Que decepción más grandísima lo de Italia. Cantaron peor que el aliento del Conde Brácula (con B de Barbate)
Ucrania, sin comentarios.
P.D,
Sigo necesitando el modelón del muchacho de Australia pero en negro. No valen excusas: sé que existe y que llegáis tarde para darme mi regalo de cumpleaños, así que poneros las pilas.
Que no se diga que Raffaella Carrà en el escenario, que el Reino Unido parece que llevó al hijo que tuvo con Jesucristo. Aún así, a esa preciosidad de canción se le perdona todo.
Con la de España me pasa lo contrario. La sigo escuchando en Spotify y sigue sin decirme nada, pero la puesta en escena me calló la boca. ¿Qué hubiera pasado si hubieran ido otra alternativa? Nunca se sabe pero bien está lo que bien acaba.
En cuanto lo de Ucrania, pues la victoria se la dio el público, no los jurados, así que «a llorar a la calle de la llorería».