Finalizaba el mes de julio y hacia semanas que se venía anunciando algo completamente inesperado: un nuevo concierto de Niños del Brasil tras su despedida de los escenarios en 2017.
En el fondo muchos sabíamos que ese adiós no iba a ser tal, solo un hasta pronto, pero la pandemia no auguraba nada bueno y mucho menos en casos como NDB, pues muchos grupos no han soportado sus efectos y han suspendido su actividad cuando no se han disuelto como azucarillos en un café caliente. Así que, con el pretexto de celebrar los 30 años de su disco más vendido «Mensajes al viento», decidieron desempolvar los instrumentos y ponerse a punto para saltar a las tablas.
Por fin llego el momento: 31 de julio de 2021, El Jardín de Invierno en Zaragoza y una organización un poco caótica comparada con otros eventos en plenas restricciones a los que hemos asistido: el escenario con su patio de asientos, muy juntos unos con otros, estaba completamente separado de las barras y no se podían llevar bebidas al espectáculo ¿Perdona? ¿A quién se le ocurrió tal cosa sabiendo cómo son los seguidores de NDB?
Hubo conciertos en los que se organizaron sistemas de mesas con un servicio de bebida e incluso comida por app móvil bastante eficiente. Si no estaba permitido ponerse en pie y mucho menos bailar, al menos te podías tomar algo mientras veías y escuchabas a tu grupo. Muy mal por la organización, y no me duelen prendas al decirlo. Quizás por eso los teloneros: Xavi García y Alex Hyde tuvieron poco público: estábamos todos en la inmensa y lentísima cola para las bebidas y demás.
Bueno, tras el pataleo vamos a por lo que interesa. Menudo conciertazo se marcaron los Del Brasil.
Con todos sentaditos y debidamente embozados, se atenuó la iluminación y sonó su entrada entre unas proyecciones y un juego de luces brutales. Saltaron los cinco a la palestra, de negro casi riguroso, y Santi Rex comenzó a desgranar ‘Dame tus manos’ oculto tras la cruz en medio de una inmensa nube de humo… Salió al frente y devoró el escenario literalmente. El sonido más que perfecto con Nacho Atmósfera a las programaciones y teclados, Nacho Saldaña a la guitarra, Antonio Estación entre las cuatro cuerdas del bajo y, a la batería un animal de las baquetas, de nombre Adrián Garcés, que se encargó de que todo encajara perfectamente. Los cuatro veteranos del grupo y el nuevo baterista lo hicieron posible: se derramó la magia por todo el recinto. El jardín de Invierno tiene buena acústica, pero la calidad fue realmente fabulosa.
Sin apenas tomar aliento encadenaron un tema tras otro con un Rex sobre el escenario que fue ganando presencia y encanto, pleno de voz, con ese savoir faire que dan tantos años sobre las tablas y, por encima de todo, el alma de un gran divo, de un hechicero que sabe administrar las dosis necesarias de veneno para mantener al público entregado, coreando cada estrofa.
A pesar del viento y el frío, porque hizo bastante pese a las fechas, la conexión entre el escenario y el público iba subiendo de temperatura alcanzando puntos de fusión con ‘Viernes’ y sobre todo ‘Sed de Venganza’. Huelga dar razones.
Sonaba ‘X’ cuando Santi desapareció del escenario para emerger entre el público y cantar con todos para terror de los encargados de seguridad, todo un detallazo pasearse entre los mortales.
Cuando tocaron ‘La Modelo’ trataron de cerrar pero los aullidos el público fueron tales que regresaron al escenario para regalarnos dos temazos extra: ‘Al Oeste’ y ‘Tu Futuro’ En este punto los de seguridad se dieron por vencidos y pudimos despedir al grupo coreando en pie, dentro nuestro pequeño espacio, los últimos acordes del concierto, una hora y tres cuartos de gozo.
Personalmente quedé encantado. Hacía muchísimos años que no asistía a un directo de Niños del Brasil y creo que no exagero si digo que, esta vez, ha sido el mejor de todos. Pero ¿sabéis algo aún mas bueno? pues que Radio Patio dice que pronto volveremos a tener alarma de Niños sueltos por los escenarios.
Que sea pronto, por favor, necesitamos música en directo así.
Envidia!