Desde que Sebas Martin publicara «Estoy en ello» han pasado más de quince años y el mundo ha cambiado tanto que cuesta reconocerlo. Cuando salió aquella primera obra no existían las putiapps, no teníamos miedo al auge de la ultraderecha pero las relaciones amorosas y amistosas entre homosexuales eran tan complicadas como lo son ahora. De ahí nació Salvador, un personaje hecho a tinta que se parecía bastante en el físico a su autor y cuyas dudas, quebrantos, decepciones y alegrías parecían salidas de la misma boca de Sebas Martín.
La salida de «Aún estoy en ello» era un anuncio, el aviso a los lectores de que Salvador había llegado para quedarse y ser el espejo de una generación de maricas que asistía con estupefacción a un mundo cambiante lleno de chulazos pero que siempre se iban con otro más guapo.
No sabíamos en ese momento que aquel tipo barcelonés que miraba la vida homosexual con excepticismo y humor nos iba a acompañar tanto tiempo con una serie de libros que cada pocos años, se renovaban con una nueva pieza de la colección.
Y es que Sebas Martín ha construido un monumento al costumbrismo gay con una colección de comics protagonizados por Salvador (y amigos), que lo convierten en figura señera de las viñetas LGTBI de este país.
En un futuro, quién quiera saber como vivían los homosexuales (y alrededores) en la España del siglo XXI, tendrá que acercarse a sus viñetas y se llevará un retrato bastante cercano a la realidad. Menos los chulos. Porque los chulos que dibuja Sebas no pueden ser verdad. Son como los unicornios, que se sueña con ellos pero nadie los ha visto y él al menos los dibuja, que también debe dar gustirrinín.
A Salvador le han ido saliendo canas (como a nosotros), ha tenido novios de todas clases y colores (pero todos se rompían de buenos) y a su alrededor alguno se ha casado, incluso ha tenido hijos, pero su grupo fundamental sigue siendo el mismo, porque ya se sabe que los chulos cambian pero las hermanas permanecen.
Y así llegamos al 2021 con Mi novio, un virus y la madre que me parió. El libro donde Sebas retrata como Salvador ha vivido el confinamiento y con el que (de nuevo) es imposible no identificarse. Esos chulos que te entraban calentorros y luego na, esa imposibilidad de poder echar un polvo decente y encima, la presencia de un novio que no vive contigo, del que estás enamorado pero no puedes evitar los celos y las dudas de alguien que está lejos y del que solo ves fotos por Instagram. Así de nuevo Sebas Martin consigue el milagro de hacer de algo pequeño y personal un hecho universal por el que todos podemos sentirnos identificados. Una cosita antes de acabar que no perdonaré jamás a Sebas…¡¡Esa muerte ha sido muy cruel y no me la esperaba!! Eres malo!!
Lo tengo pendiente hace tiempo y ahora me apetece mas que nunca.
Hace poco me leí uno de sus comics por primera vez, con cero expectativas,y me sorprendió para bien. Me compraré varios más.
:)
Sí esa muerte se refiere a quien yo me imagino…. Me siento muy identificado con Salva. A mi me ha pasado algo parecido con el confinamiento. Ha producido un deterioro a mi alrededor del que unos cuantos no se podrán recuperar jamás.
Ahora compruebo que no es la muerte que esperaba. Pero bueno, no me parece tan inverosímil. Supongo que viene a apuntalar el deterioro de la relación entre dos personajes de la saga.