Bicep, a la lista de mejores discos del año

Vienen de Irlanda del Norte (Belfast) y están afincados en Londres. Como la inmensa mayoría de gente que ha hecho cosas importantes en la electrónica,son dos los que forman Bicep y tras varios adelantos su segundo disco (ISLES) salió en enero y tienen chocheando a toda la crítica especializada con razón.

Manejando el trance y el house, con bases rítmicas que vienen del D&B, aires étnicos que lo impregnan todo (coros búlgaros, música hindu, rollete turco o gregoriano…) y sin abandonar unos aromas místicos muy sui generis. Si la música no era suficiente, atención a sus vídeo ideales para ver con una buena dosis de LSD.

Es cierto que no han descubierto nada nuevo, pero nadie podrá negarles que tras escuchar el disco por entero, han creado un sonido personal y diferenciable, lo que los situa en la liga de los importantes a falta de que demuestran su potencial en directo. Y vaya, tiene toda la pinta de que van a dar conciertazos en tal que la pandemia lo permita.

Sin haberlo planeado, es posible que este sea el disco ideal para este principio del 2021, una música que se escucha en un chill sin que tengas que bailar, con un par de amigos en casa viendo amanecer y dejándose llevar por unos ambientes sonoros que te envuelven y te elevan.

Por un lado, hay un punto casi espiritual en su música (muy bien traído) ya que querían reflexionar sobre la educación religiosa. Además, el conjunto de canciones que conforman ISLES tienen un punto nostálgico por las fiestas que tuvimos y que a veces da la impresión de que no regresarán jamás. Pero también hay nostalgia por los grandes grupos electrónicos de los noventa, de Orbital a Underworld, pero también a Enigma y Deep Forest, un homenaje o una manera de continuar una tradición de la que se consideran herederos. En resumen; este que es un disco que podría darte perezón con toda esta verborrea que te cuento, hará que caigas de rodillas a la primera escucha y te rendirás apasionadamente. Palabrita del niño Jesús.