Toma una época y una temática poco tratada por la ficción, dale un reparto donde todos los actores y actrices se ajusten como un guante a sus personajes, insufla al guión una mirada distinta y personal, toma el suficiente riesgo (por ejemplo usar el blanco y negro), llena las tramas de personajes secundarios que brillen tanto como los protagonistas, unas gotitas de humor negro, un poco de perspectiva actual sobre la época que retratas y lo tienes. Tienes una grandísima serie ¿A qué parece fácil? Pues no lo es y Paco León y Anna R. Costa (los dos creadores) lo acaban de conseguir haciendo eso, que parezca fácil.
Tras Mira lo que has hecho y El día de mañana, Movistar vuelve a acertar y de qué manera con esta maravillosa recreación histórica de la vida desaforada, borracha y loca de Ava Gardner en Madrid, aunque siendo ella el centro, no sea la protagonista si no su servicio de criadas (chófer incluído) que nos sirven para recordar que cualquier tiempo pasado franquista nunca fue mejor. A no ser que fueras una folclórica o Ava, claro.
Con menos de media hora que dura cada capitulo, bien harás en dejarte una tarde de sábado o domingo libre porque los ocho episodios se meriendan con avaricia y te quedarás con ganas de más. Y hará que vayas a los libros de historia, te asomes a la wikipedia y tires de San Google para comparar fotos, hechos y movidas Todo te hará recordar porque Ava fue tan grande y nuestro país le debía un homenaje como este. La ambientación, por otro lado es una absoluta barbaridad que queda genial retratada por el blanco y negro. Desde los peinados a la ropa pasando por el mobiliario, todo es de quedarse con la boca abierta.
La elección de Inma Cuesta como protagonista no puede haber sido más acertada. En pleno dominio de su carrera y explosión de su talento, esta mujer que es capaz de hacer de todo y hacerlo todo bien y en la serie es la imagen de nuestro país por esas fechas. Coja, reprimida, servil, sin alegrías que llevarse a la boca y testigo pero no participe de lo bien que se lo pasaba Ava. Porque si Ava se lo podía permitir (emborracharse y follar con quién quisiera) fue porque no era española, si no una estrella de Hollywood, que las demás mujeres acababan usando piedras para darse en el gusto (literal).
La elección de Debi Mazar también es un acierto tan grande que hace que te olvides de la auténtica Ava durante toda la serie y ni la eches de menos. Y acabo aquí el repaso porque si tengo que dar detalles de lo bien que están todos, me faltan párrafos, aunque la sirvienta de los Perón y los mismos Perón merecieran un apartado para ellos solos porque están deslumbrantes.
Perdérsela es pecado capital. Ya estás tardando.
La serie entera es arte puro, pero la secuencia del bautizo del hijo de Lola Flores no puede ser más grande, por como está rodada, por los miles de cameos que se te ponen los pelos de punta… Sólo pido que hagan un spinn-off de las folklóricas de la época, y ahí ya es cuando me muero del gusto.
La hija de la duquesa de Alba haciendo de la duquesa de Alba es FANTASÍA!
Si a una España le sobra orgullo a la otra lo que no le falta es talento. Y para muestra otro botón.
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