Merece la pena pararse a contemplar los trabajos del gran fotógrafo australiano Troy Schooneman. Sus figuras, de una belleza evocativa, provocativa pero nada que sobrepase lo sugerente, reflejan el cuerpo del hombre en estado puro.
Con una elegancia que asusta. Por supuesto, eligiendo el rostro de unos modelos de incuestionable belleza, entre lo clásico, lo moderno y lo atemporal; idealizan la idea de una fotografía, que sobrepasa los límites de la imagen, para calcar auténticos cuadros, sin lugar a dudas, estimulantes.
Para dejar durante un rato los modelos brasileños de Instagram y abandonarse a un síndrome de Stendhal, admirando el trabajo de este gran artista. Todo, para ver y no tocar.
Visitar su trabajo, aquí.
Yo solo tengo una crítica a este post…
Pocas fotos jajajaja
Me encantan , la verdad