El diario de EcoMelania Trump

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Esta web ha tenido acceso de forma exclusiva al diario de Melania Trump y, como primicia, les mostramos algunos fragmentos acerca de los sucesos acaecidos en el jardín de su residencia:

«Tener que levantarme pronto no me gusta nada. Tener que hacerte el ojo antes de las 11 de la mañana es de pobres y lo sabes. Y no hay más que discutir. Pero hoy era el día en que tenía que seguir con la labor de la culona de la Obama y hacer como que me interesa cuidar el huerto ecológico y dar ejemplo a América. Que si no, me tiran al paro. Yo, que sólo sigo la dieta de chupar hielo, no estoy muy en el tema de la comida, pero parece que da igual, que hay que hacerlo por ovarios.

He decidido ponerme algo de trapillo, así que la camisa de Balmain de 1800 dólares me servirá. No creo que nadie objete hoy sobre mi outfit. Juro por todo mi bótox que me estoy esforzando en colocarme un color y modelo que vaya a juego con esta parafernalia campestre. Me calzo unos tacones de cultivar, que no son iguales a los flotantes que me puse en Texas el otro día. Le echo pienso a Barron en la jaula, me pongo las gafas-pantalla y salgo al exterior.

Comprobado que mi equipo de seguridad haya despiojado a unos niños negritos, hago como que me súper agrada todo e intento sonreír mientras pienso en un peeling de juanetes. Esto me gusta tanto como cuando se me parte una uña pasando hojas de la Vogue. Hablando de uñas, como necesito no joderme la manicura me he puesto unos guantes rojizos a juego con la camisa que son un primor. He escuchado que parecía dispuesta a fistear, pero como no lo he entendido, no he hecho caso.

Recojo una cosa que dicen que es un pimiento en grande pero parece el pene de mi perro Potus. Y un puerro. Los puerros son fantásticos para muchas cosas. Creo. Yo que soy más fina que el pellejo de una mierda tampoco es que toque esas cosas. Así que he terminado de cultivar en playback.

Dejando rápidamente esas pavadas agrícolas en una cesta que sostiene una desdentada, me limpio las manos con un chorrete de Chilly y les he dicho ¡Chao, Pescao, no comáis Bollycaos! A tomar por Tiffany´s.

Vuelta a casa a examinarme las puntas abiertas».