El turismo es un gran invento

Decía Luis Lucena a finales de los sesenta, con más plumas que un edredón sueco, que lo que venían a hacer los turistas era «españolear» y con eso el Lucena resumía de modo asombroso de que se trataba el turismo en España: toros, flamenco, paella y playa. O lo que es lo mismo: toreros de pueblo que se volvían nuevos ricos, tablaos con el jamón serrano a precio de cuatro jotas, la gastronomía más pesada de digerir en toda europa y playas que eran fábricas de salmonetes. ¡Pero ellos encantados, oiga! ¡Volvían al año siguiente!

Y es que en esta tierra de contrabandistas y bandoleros, de Jaime Morey y la carrera artística de su hija, de chalés y adosados por todo el Mediterráneo, la sociedad española de estos últimos cincuenta años esta basada en el turismo. Es llegar temporada alta y la costa del Mediterráneo es un hervidero de almejas que haría las delicias de cualquier aficionada al bricolaje.

Solo que en este hervidero resulta que almejas que se abren y almejas que siguen cerradas aunque no entiendan que están de vacaciones. Y vienen con cara de asco y mueca de escupitinajo, que te dan ganas de mandarles de vueltas a su avión de ryanair con sus manchitas de vómito y su olor a sobaca de los higlands de arriba.

En el BOTTOM TRES de nacionalidades bordes voy a poner a los rusos. Porque ahora son los que bailan el mambo a ritmo de balalaika (esa guitarrilla inventada en honor a la perrica que subieron a la luna) y traen su dinero y mira, oye, que esta muy bien, pero parece que no aprecian que en la costa del sol ya solo haya anuncios exclusivamente en cirílico, y vienen aqui como con desconfianza. Que no quieren aflojar dinero. Como que se lo llevan de vuelta más alla de los Urales.

No será porque no son bienvenidos, si con las escrituras de la casa que quieran comprar ya viene el DNI español, una cajetilla de Ducados, una cadena de oro con el escudo del Madrid y un vale por tres gin tonics en el puticlub más cercano. Que si no compran es porque no quieren. Y lo bien que se lava dinero negro en los concesionario de lujo del litoral español….

 

aturismo

En el BOTTOM DOS voy a poner a los japoneses, Porque para ellos es de mala educación dar propina, va en contra de sus reglas de protocolo milenario ¡Mira Hiroíto, hijo mío, que se me venga la diosa Amateratsu de las mil islas y se me abra aqui mismitico de carne viva! ¡Esaborío! ¡Dame aunque sea un billete de cinco euros, que no acabe el mes a base de pasta congelada mercadona!

Por suerte para nosotros, últimamente se lleva un turista oriental mucho más agradecido. Godzilla ha escuchado nuestras súplicas y nos ha traído a nuestros aeropuertos al turista coreano. Que es más agradecido que el japonés, da propina, se ríe, tiene más mundo, se ve que ha salido de la pagoda alguna vez.

En el BOTTOM UNO voy a poner a los argentinos. Pero los argentinos los pondría en el TOP UNO. Es que a los argentinos y a los chilenos no hay quien los entienda. Lo único que tenemos en común es el idioma, la afición al fútbol, la crisis económica…. ¡caray que son muchas cosas! Sin embargo, oye, nada, que nunca sabes a qué palo juegan, qué nota les suena, qué vino beben. Tu congratulándote de la cultura panamericana y ellos que se creen que les quieres timar. Y hay un entendimiento muy chungo, como de tabaqueras de cabaret que se hacen la competencia pero que se necesitan.

Pero vaya, a todos los tenemos que tratar a las mil maravillas, porque en España puede que vaya mal, pero el turismo siempre nos ha ido bien. Y eso hay que cuidarlo. Abriendo más aeropueAH NO ESO NO….

3 comentarios en “El turismo es un gran invento”

  1. Yo cuando veo a los rusos de turismo se me quitan los complejos de que en Españiiia somos maleducaos. Pero es que dicen que en situ, en su país, aún son peor…

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