Queríamos al Niño Gusano. Y cuando visitábamos Zaragoza no faltaba una visita al Fantasma de los ojos azules. Tras 14 años editando preciosas canciones pop, que forman parte del imaginario de la música independiente en España (esas que se escriben en grande y subrayadas con una luminosa tinta de estribillos para no olvidar), acaban de publicar su octavo álbum de estudio:»El don del vuelo sin el arte hermano del aterrizaje». Y de aquí, por poner un ejemplo, – por tirar un dado y que salga cualquier número-, hemos escogido esta maravilla de la rima. Una canción, que como muchas otras del grupo, te acompaña en cualquier viaje hacia ese paraíso sonoro, del que nadie como ellos ha sabido sacar provecho. Será el pasado del que transportan esas imágenes que sólo ellos saben proyectar. Con un efecto lupa que hace grande lo que parece enano. Y, por siempre, estas notas que sabemos que cantará Sergio Algora desde algún lugar de este universo. Fantásticos entre pinos, circos lusos y siempre hacia el huracán.