«When we rise» es la serie que alguien tenía que hacer.
Producida en EEUU por ABC y emitida en España por HBO, se trata de una miniserie que repasa los acontecimientos más importantes del activismo LGTB norteamericano desde Stonewall hasta nuestros días. El primer episodio fue dirigido por Gus Van Sant y su reparto está lleno de estrellonas de la altura de Guy Pearce, Rachel Griffiths o Mary-Louise Parker, También hay un montón de apariciones sorpresa y cameos que aquí no voy a desvelar por no joder el argumento. Aciertan además en poner en primer plano a muy diferentes personajes: lesbianas, niñas hijas de lesbianas, un gay negro, varios transexuales y otros caracteres para dar un espectro lo más amplio posible de lo que muchos sufrieron antes que nosotros. Muchos de los personajes principales están basados en gente real, que existe, como el famoso activista Cleve Jones, interpertado por Guy Pierce. También hay participación de actores y actrices de Hollywood fuera del armario y facilmente reconocibles como lesbianas o maricas. En resumen; es una serie tan ambiciosa que llega a abrumar.
«When we rise» no podía ser más necesaria, porque busca convertirse en una enciclopedia del activismo (norteamericano y sin ninguna presencia del resto del mundo) para las nuevas generaciones y espolearlos para que sigan luchando y no se acomoden, con el mensaje de que todo lo conseguido se puede perder en un periquete. Es flipante que una serie que es una gran producción sea tan activista, tan cañera y tan promanifestación..¡¡ Ìncluso promanifestación violenta si es necesario!! Nada que objetar a tantas buenas intenciones. Esta serie es el «Raices» del mariconeo y su ambición es bigger tan life.
Es una verdadera pena que las intenciones no lo sean todo en una ficción. También hay que hacerla chula. Y recordable. Y emocionante. Y que pase a la historia. Y mucho me temo que las intenciones es lo mejor que tiene la serie, porque el resto de cosas que he enumerado, flojean con altibajos muy evidentes. Había tanto que contar, tantas cosas de las que dejar constancia que en los primeros episodios da la impresión de que han intentado abarcar tanto que se les ha escapado de las manos. La narración sigue durante décadas la vida de cuatro personajes y tiene entre sus puntos fuertes incluir trozos de informativos reales entre la ficción que se cuenta, para que se vea que (por mucho que lo parezca) no se están inventando nada, todo es real aunque ahora nos puedan parecer inauditas algunas de las cosas que se cuentan.
Así, la ambición en el arranque acaba por embarullar una trama ya de por sí compleja y llena de datos, hechos y personajes. A veces el argumento se acelera estrepitosamente, en otros momentos da la impresión de que las elipsis ocurren en los momentos más importantes y en otras ocasiones hay un frenazo en asuntos que da la impresión de que interesan poco al espectador. Todo cambia en los últimos episodios, más calmados y pausados, con más tiempo para profundizar en los personajes con sus buenas dosis de rollo lacrimógeno y discursitos tipicamente americanos por doquier. Por eso, pese a que la miniserie cuenta con momentos de una supuesta emoción desbordante (todos los episodios del SIDA lo son) a veces ocurre que cuesta emocionarse y lo que es peor; empatizar. Y es que en los primeros episodios uno acaba agotado en lo que parece casi una maratón arrebatada que trata de hablar de la vida personal de los personajes, de los hechos históricos, de lo que está ocurriendo en USA y de tantas cosas que pese a que dura hora y media cada capítulo, da la impresión de que el guión lo hicieron en mucho menos. Porque la intención buena la tenían, eso no lo niego. Y hay que saber que han priorizado lo testimonial a lo emocional por su intención didáctica, por eso decía antes que es una serie que debía hacerse.
Te estarás preguntando ahora si merece la pena verla después de lo que he dicho. Pues rotundamente sí. Se aprende muchísimo, se sale noqueado y se convierte casi en un imperativo moral. No pasará a la historia ni se llevará premios, pero será ideal para usarla en grupos de activistas de las próximas generaciones y hacer un buen cine forum con mucho de lo que hablar. Eso, si no la prohiben y llega un día que tenemos que verla a escondidas, porque tal como están las cosas…Pena que una de sus intenciones principales sea la de mantenerse en la memoria para dejar constancia y eso sí que va a ser difícil que lo consiga visto el resultado. Pero ánimo, adelante, ponte a verla ya.
El otro día me apareció en las recomendaciones de HBO y la verdad es que me quedé con la copla y la tengo en pendientes!! A ver qué tal!!
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