Antes de comenzar, debo ser sincero y reconocer que me ha costado muchísimo llegar a la escritura de esta reseña por distintas razones. La principal es que sufro una total crisis redactora. Pido disculpas porque no tenía intención de hablar sobre mi y, por eso, no me extenderé mucho más allá de esto: Quiero declarar que he hecho un inmenso esfuerzo al pisotear las teclas para llegar a estas lineas dedicadas a Jan J. Martí y su obra porque es un gran amigo que escribe echando el corazón por los dedos y que, si lo hiciera con la boca, lo haría dentelladas. Por eso merece el mayor y mejor de los empeños posibles. También tengo el gusto de conocer a Juan Carlos Di Pane, a quien aprecio mucho, y se vierte a pecho abierto sobre el papel a través de sus lápices y pinceles. El hecho de haber unido sus talentos da como fruto una obra que sobrepasa todas las expectativas que tenía sobre ella.
Y ahora vamos al asunto.
Promiscuidad es un conjunto de relatos cortos y concisos algunos, otros más enjundiosos y complejos, sobre las cosas que suceden cuando se mantienen relaciones esporádicas, o no tanto, entre hombres. No se trata de una amalgama de encontronazos intensos -al uso- en absoluto. No hay una línea continua y cada nuevo título te lleva a puntos y estados completamente distintos. En ningún momento resulta demasiado soez ni grotesco, a pesar del tema general que se declara en el título. No obstante, a veces echo de menos que se llegue a ‘lo mas profundo’. Cosas de mi mente sucia.
Hay lugar para el sexo intenso, para los arrumacos, para el deseo absoluto, para el guarreo, el desamor y la locura, si, pero tambien para el cariño sin fin y el amor como muchos lo concebimos. Por supuesto hay risas a carcajadas y llanto desconsolado, goce y dolor, felicidad y tristeza, pero todo sujeto a una formulación que, aunque peque de exagerado, se acerca a la proporción áurea.
En cuanto a las ilustraciones que acompañan cada relato, debo destacar que Jan escribe y Juan plasma perfectamente la esencia de cada relato, trufando los dibujos con alegorías y guiños inseparables entre texto y trazo. Tan es así que hace dudar en qué fue primero: imagen o narración. No he querido salir de la duda
Creo que no es necesario realizar una autopsia pormenorizada de este fabuloso libro porque la intención es que, vosotros lectores, extraigáis el jugo y lo degustéis a vuestra manera, sin interferencias por parte de este que os escribe.
Eso sí, no puedo resistirme y voy mencionar no un relato concreto, sino una frase que se me ha clavado en todo lo hondo. Me he visto reflejado en muchas historias, pero la que contiene estas palabras encuadra los tres últimos años de mi vida y me ha hecho llorar a mares:
<<No necesitamos llamarlo amor, pero las horas que disfrutamos juntos siento que nos queremos, que hay algo más allá de la amistad o del sexo>>
En cuanto a la edición propiamente dicha, resulta sorprendente en formato y calidad de impresión: a dos colores y en un papel fino pero de buen tacto. Igualmente agradables son los márgenes, los interlineados y la tipografía con versales. Es un libro que resalta sin ser rimbombante y cómodo de acuerdo con ese tamaño tan poco habitual.
La Fea Burguesía ha cuidado mucho esta sexta obra de Jan y creo que primera de Juan. Así que Enhorabuena de todo corazón.
Vamos con los autores.
Jan. J. Martí es un escritor bien conocido en Atroz con Leche pues esta reseña corresponde a su sexta obra como he dicho antes, precedida por “La Trilogía del Olvido”, “Ahmar” y “El síndrome de Casandra”. Nació en Ceutí hace algunos años y lleva otros cuantos escribiendo sin cesar.
Juan Carlos di Pane tambien ha bailado entre nuestras lineas donde comentamos obras como “Regenerados” y “Juego de Damas” Nació en San Juan, Argentina, y vino a España el año del corralito. Desde entonces dibuja sin descanso sobre homoerotismo y lo hace verdaderamente bien.
Pues no os molesto mas, podéis adquirir el libro en vuestras librerias de cabecera, en la editorial o poniéndoos en contacto con los autores aquí:
Espero que lo gocéis como lo he hecho yo.
Se ve que está hecho con mucho detalle. Muy identificado con muchos de los textos. Ilustraciones no dejan indiferente y eso me encanta. Fácil de leer y como regalo ya llevo sus a amigos.
Me.encanta con la naturalidad que aborda la Promiscuidad, que muchos de nosotros hemos adquirido como forma de ser, de estar, de vida…
Simplemente, divertimento sin tapujos.
Los dibujos Maravilla, aunque reconozco que sigo a Juan.C, desde hace un tiempo y por el amor que le tengo, llegue a Jan J
En definitiva magnífico…