Descubrimiento Atroz: Balada Electrónica para Judas.

Desde luego, el nombre de esta obra de Aitor Vaquerizo llama bastante la atención, por no hablar de la ilustración que luce como portada. Por encima de su sencillez presenta algunas incógnitas interesantes ¿Por qué Judas?, ¿Se trata de un relato religioso?, ¿Tiene que ver con la música?, ¿Por qué electrónica?, ¿Qué representa esa cruz exaltada?

Reconoce que Tarantino ha influido en esto, pero vais a tener que leerlo para desvelar todos esos interrogantes, porque Aitor se estrena escribiendo sobre lo que podría ser una historia cotidiana dado el nivel de distopía que vivimos en la actualidad. Es ficción, claro, aunque quizás no del todo. Desvelaré que es una obra concebida como guión pero terminó en novela.

Y no temáis, el apellido del autor no indica relación alguna con ese sujeto ridículo e insoportable que pretende ser una estrella a toda costa.

Al hilo. La trama ronda en torno a una muchacho atrapado en una vida mediocre, cuajada de estereotipos más o menos actuales con los que no se identifica, pero asume y soporta.  Por distintas circunstancias, se convierte en coprotagonista de una truculenta sucesión de acontecimientos casi delirantes, y recalco el ‘casi’ porque, el que aquí escribe, ha visto muchas cosas en primera persona y algunos de los escenarios presentados me resultan tremendamente familiares.

Podría decir, sin destripar contenidos, que muchas veces la vida se las arregla para llevarnos a lugares insondables. Pero, en el fondo, todos vamos en busca de lo que intuimos o creemos que nos falta y eso, para una persona a punto de alcanzar su nivel 3.0, con muchas carencias emocionales y sin ninguna referencia positiva sobre la que apoyarse, puede suponer gloria e infierno a la vez, y en proporciones nada equilibradas.

Nuestro protagonista comienza una fase vital que se dibuja como la prolongación de su existencia lánguida y gris, la cual da un giro radical cuando una chica irrumpe en su rutina, haciendo que salte por los aires, como esas escenas donde un coche arrasa la barrera de un paso a nivel en plena huida, persecución o lo que sea.

 

Esa nueva situación le hace sentirse vivo por un lado, pero atropellado por otro, convirtiendo su existencia en una montaña rusa de experiencias y sensaciones completamente exóticas.  En tal proceso, van apareciendo el resto de los personajes, cada cual en su micromundo particular, con otro protagonista como nexo en todas las situaciones disparatadas que van sucediendo.

Jeremy, que aún no habia identificado a nuestro amigo, ve con desesperación como todo se va retorciendo a su alrededor y toma conciencia de que ha perdido cualquier control sobre su propia vida, si es que alguna vez lo habia tenido desde el momento en que aceptó entrar el juego.

La sucesión de calamidades vierte en un final quizás algo sorprendente, pero tambien esperado.

Y hasta aquí puedo y debo contar.

Ahora toca hablar del demiurgo de esta historia.  Aitor es un madrileño que vino a este mundo en 1988.  Estudió en la Escuela Superior de Artes y Espectáculos obteniendo la licenciatura en Cinematografía y una especialización, con mención honorífica, en Guion, y es Técnico Superior de Imagen. Como no sabe parar quieto, se matriculó tambien en Sociología pero la abandonó, según sus propias palabras, “porque los exámenes me daban ansiedad”.

Tras frustrarse intentado hacer carrera en el mundo del cine, decidió opositar, pero tampoco salió como esperaba, así que ahora es otro preso del mundo laboral.

Activista LGTBIAQ+ y sindicalista absoluto. Twitero bien conocido hasta la degeneración de esa red social, lo que le ha hecho dar con sus huesos virtuales en BlueSky, como muches de nosotres.

Aitor comenzó a escribir este libro como guion en 2014 y lo pasó a novela en 2020,  pero se publicó en marzo de 2022, autoeditado en Rubric, quien también es responsable de las ilustraciones que iluminan las tapas.

 

 

Si queréis saber más de Aitor, o comprar el libro que nos ocupa, podéis seguirle en Instagram y BlueSky.

(Se de buena tinta que esta escribiendo de nuevo…. Miedo me da)

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