Recuerdo la primera vez que escuché Baloncesto. Lo flipé. Me quedé con la boca abierta. Había algo irresistible en la melodía de esa canción, una estrofa y un estribillo con una letra que tan rematadamente bien le venía a La Prohibida en su repertorio y que uno deseaba aprender pronto para poder cantar ese estribillo tan pegadizo que te obligaba a imaginarte «reflejada siempre en los espejos del infierno«. A la tercera escucha ya supe que era un temazo y me dio pena que semejante maravilla se fuera a quedar para unos pocos, que éramos los que en ese momento escuchábamos a La Prohibida. El caso es que me equivoqué y por poner un ejemplo el vídeo en youtube lleva la friolera de tres millones de visionados que en la música de este país no todos pueden decir lo mismo. Algora era el compositor de aquella maravilla y resulta que ha vuelto a hacer una nueva Baloncesto para la humanidad aunque tal vez pase un poco inadvertida dentro de la maravilla que es el nuevo disco de La Prohibida y Algora, del que ya di elogios más que de sobra aquí. El tema se llama Pasodoble a Socrates y reconozco que no destacaba en las primeras escuchas pero un día me saltó a las narices el vídeo que Blue Angelo había creado para esta maravilla y me caí de espaldas. Pasen y vean esta maravilla que sin ser imágenes originales, encajan con la canción gracias al currazo de Blue Angelo (al que hay que seguir porque tiene remezclas y vídeos muy chulos).
La grandeza de Pasodoble a Socrates es que quedaría igual de bien si lo pasas a ranchera, bolero, copla o un baladón porque tiene lo más importante una línea melódica fastuosa, una letra que te hace querer aprendértela rápido para cantarla non stop y un estribillo perfecto. La canción imagina la última noche del filósofo Socrates después de que fuera condenado a beber cicuta, pero con la presencia aquí de su amado que elige correr la misma suerte con el envenenamiento. Un momento dramático convertido en una confesión de amor desaforada al más puro estilo Manuel Alejandro, que derrocha romanticismo enfermizo y que lleva el estribillo a las cotas más altas de intensidad pero de la buena. Que además el ritmo marque el pasodoble en la estrofa me ha hecho acordarme de otra canción de culto del pop español, otra maravilla que le daba lirismo a un momento dramático escogiendo un género de canción clásico pero esta vez protagonizado por un nazi a ritmo de bolero.
Al grupo murciano Klaus&Kinski lo echamos de menos a todas horas por maravillas como esta, una canción que aprovechaba una autopsia de Mengele para convertirla en una declaración de amor a su víctima. Un hecho real transformado en un bolero que usa sus mismas imágenes románticas pero para hablar de algo terrible. Puestas ambas canciones juntas el universo lírico a mí me parece parecido y no lo digo como negativo ni tampoco porque se parezcan musicalmente hablando, pero mientras una usa el pasodoble, la otra usa el bolero. En una el protagonista es Socrates y en la otra, Mengele pero las dos han conseguido hacerse un hueco muy especial en mi cabeza y no sabes como te agradezco esta canción, Víctor. De corazón. Lo que me pregunto es si la canción será un sleeper como Baloncesto y dentro de unos años podamos decir por aquí ¿Ves? Te lo dije.
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