Con la pandemia muchos han tenido que reorganizar su vida y otros tan tenido que cambiarla totalmente porque no hay hueco ni sitio para su trabajo. Djs, músicos, bandas, promotores de conciertos y demás gente del gremio musical son de los más afectados porque hay pocas posibilidades de organizar un evento y que salga rentable. DELAPORTE tuvo la mala suerte de sacar un disco tan fenomenal como Las montañas en lo peor de la pandemia y siendo un grupo hecho para el directo (¿Aún no los has visto en concierto? Pues no sabes lo que te pierdes) se hubieran visto paralizados sino fuera porque tienen el culo muy inquieto y muchas ganas de hacer cosas.
Su solución ha sido darle una nueva vida al disco pidiendo ayuda a varias voces femeninas de este país que ya se consideran imprescindibles. La primera colaboración de la que supimos fue con Eva de Amaral y el empaste de las dos voces es de poner los pelos de punta. No voy a comentar nada de que a Eva se le está poniendo cara de profesora de inglés en un colegio de monjas porque lo importante es ese vozarrón que tan bién le sienta a Las Montañas.
La segunda colaboración que conocimos tuvo a los vascos Belako de protagonistas. Muy astutamente, han escogido la canción más rockera y guitarrera de un disco de preponderancia electrónica, porque a Belako era lo que mejor le podía venir. Y es que todas las colaboraciones que han pedido son voces de mujeres que en un disco que hablaba de empoderamiento y conciencia femenina (y feminista) le viene de campanillas.
A la espera de gente como Rozalen o Zahara (porque han decidido ir regalando una canción cada poco tiempo, a ver si mientras se diluye la pandemia), la tercera voz invitada que hemos conocido es la de Rigoberta Bandini. El resultado no puede ser más espectacular.
Lo que está haciendo Delaporte es tan grande que no tengo mas palabras que estas. He dicho.