Ay, dalai…Este verano, del año malo, ha dado de sí muchas cosas: malas y malas. Muy pocas buenas, que yo recuerde. Nos han salvado los libros y los discos, a muchos, a muchas, de morir de tristeza y calor, por ese orden. Pero bueno, no vamos a subrayar nada que no haya sido expuesto, cientos de millones de veces, en todas las redes, en todos los medios, en todas las esquinas del chisme y patios de vecinas varios. Vamos a morir todos y eso es algo con lo que ya convivimos alegremente. En el 83 se pensaba en otra cosa. La vida se veía en PalColor y se notaba, vaya que sí. La resaca del Mundial 82 y las expectativas socialistas, para un gobierno de esperanza rosa, Rumasa, la despenalización del aborto, la emisión del primer capitulo de la serie El Equipo A, el 12 a 1 a Malta…Y Mecano. Claro. También resacosos, por aquello de trasnochar entre burbujas de champán, y por el éxito abrumador de su primer disco. En el 83 llegaba el segundo álbum, «Donde está el país de las hadas», grabado con prisas y mal, muy mal producido. Un elepé que vendió, entonces, más de doscientas mil copias a pesar del resultado de sus tres singles: el éxito absoluto de «Barco a Venus», la risión, absoluta también, de «La Fiesta Nacional»—otro éxito rotundo, le pese a quien le pese—, y la desidia ante una de sus mejores canciones de todos los tiempos, «El amante de fuego». Esto último hacía prever que la cosa comenzaba a flojear y que lo de Mecano tenía los días contados. Ya…
Pues fíjate bien como se lo montaban con cuatro luces, tres redes de pesca y unos muñecos confeccionados por la propia Torroja y su madre. Llenos de tizne todos, hasta el apuntador. En el Canal Mecano de Youtube colgaba, el pasado agosto, este documento de un concierto realizado en Valencia, en la plaza de toros. Esas pintas tan radicales jamás se volvieron a repetir. Eran otros tiempos con menos prejuicios y menos jueces de la moral dando tortas a diestro y siniestro. La vida en rosa, como aquella portada del disco que aquí presentaron ante su público.
Ya se quitarían la espinita del disco rosa con el «Ya viene el sol», que es una maravilla.
Sobre quién elegía los singles habría que hacer un estudio, porque teniendo canciones tremendas, escogieron Hawai-Bombay y Busco algo barato. Imagino que Japón no tuvo el eco esperado y tiraron al populamamarrachismo. No vendieron una mierda. Vi un concierto de presentación de ese tercer disco y fue una pasada.
En ese disco fue un sacrilegio no meter, «La Extraña Posición». Como singles yo habría elegido:
Japón
La Estación
No pintamos nada
y Aire, como último cartucho
Japón, Aire, La estación, Ya viene el sol (me fascina) y El mapa de tu corazón.
Bueno, Mocho, vendieron unos 100.000/150.000 discos. Que, para la época, no estaba nada mal (aunque, comparativamente hablando con lo anterior y lo posterior, pues sí, una merde).
Cásate conmigo
El que elegía los singles era Capi
En directo ganaban mucho, la verdad….
Eran Modernos
Bueno……. Digamos que daban bien en directo. Para moderno Tino Casal, por ejemplo.