Este portero argentino llamado Nicolás Fernández juega en el Club General Belgrano, acaba de hacer algo muy valiente que deberíamos agradecer por siempre. Muchos dirán que en pleno siglo XXI ya no tiene mérito ni es novedad, pero échale un vistazo a la liga española y verás cuantos hay fuera del armario.
Además, todo lo que dice Nicolás es de un cabal que asusta en estos tiempos de tonterías y hablar por hablar:
«Soy feliz. Gracias a quienes lo entienden. Y perdón a quién no. Un género no determina nada y mucho menos habla de quién soy como persona. Estoy enamorado y sí, de alguien de mi mismo sexo»,
Y sí, es valiente. Valiente porque el futbol sigue siendo aún la última frontera y todo lo que imagines que puede aguantar este tipo, lo aguanta.
«En el fútbol es un tema tabú. Se comentan muchas cosas. Hay gente gay que por ahí con un chiste se siente mal. A mí, no me pasa. Me pueden decir cualquier cosa, y me puedo enojar pero lo resuelvo sin ponerme mal»
Pero con una sonrisa, eso sí:
«Me gritan ‘puto’ en la cancha y yo me doy vuelta y me río. El año pasado atajé con un conjunto de ropa rosa en Atlético Santa Rosa: me dijeron tantas cosas para hacerme calentar y sacar del partido, que yo me agachaba, le hacía cualquier gesto, me reía. Les gané. No lograron hacerme enojar».
Teniendo en cuenta que en Argentina el futbol es casi una religión, me deja con la boca abierta su determinación para hacerse vale dentro del vestuario, ese sitio infernal para alguien que no sigue lo que se espera de él:
«Se hizo un silencio, pero les dije que había estado en pareja tres años con un chico, y que si alguno tenía un problema, me lo dijera. Y si no, que acá no había pasado nada. Fue simple, y los muchachos aceptaron sin ningún problema. Me sentí aliviado».
Ojalá todo le vaya bien a Nicolás. Yo con estas cosas siempre me acuerdo de Justin Fashanu, el primer futbolista que salió del armario en el Reino Unido tras los chantajes a los que fue sometido por The Sun.
En resumen; lo obligaron a salir en portada confensando o lo sacaban del armario a patadas y a la fuerza. Tras emigrar a USA como entrenador, fue acusado por abuso de menores y ante la presión y los chantajes, acabó suicidándose.
El otro caso que recuerdo en el fútbol internacional es la del aleman Thomas Hitzlsperger, pero este lo hizo una vez que ya estaba retirado, para que comprendamos como van las cosas en la cancha y los vestuarios. En España (y en la mayoría del resto el mundo, de equipos y de selecciones), seguimos esperando.
Y supongo que en España podemos seguir esperando. Porque aquí los toreros también son todos heteros, no? Pues eso.
Los toreros son todos maltratadores de animales, para mí no tienen ningún interés (los futbolistas tampoco pero tienen bonitas piernas)
No metamos a esa clase de tarados en este asunto, por favor.
Valentía.