Los más viejos del lugar (y tú, cigoto prepúber, lo puedes comprobar gracias a Netflix) recordarán en «Friends» cuando Mónica rompió con Richard. Sabía que era la decisión adecuada y prefería tener un bonito recuerdo antes de que la relación se fuera estropeando y estancando… Pero un día, acabó adorando una bola de pelo de su ex que había quedado en el desagüe de su baño (y claro, todas nosotras haríamos lo mismo si nuestro «Richard» fuera Tom Selleck), mientras fumaba los puros y veía un documental sobre la guerra civil americana… Regalos que le había comprado y que llegaron a destiempo.
Así me siento yo con «Lost Tapes» de Röyksopp. De los grupos que más me engancharon en su día: «Remid me» y su minimal electro o la vena «crying at the disco» de mil singles posteriores fueron la banda sonora de varias horas en el coche y en la calle, protegido de la realidad por unas gafas de sol y unos auriculares.
Svein Berge y Torbjørn Brundtland decidieron, con buen criterio, finalizar su carrera tal y como lo entendemos el público que sigue comprando música en formato físico. Y qué mejor que después de un ep colaborativo con Robyn o su «The Inevitable End» (la pista está ya en el título, maricón); así que, si después de «Never ever» te quedaste con ganas de más, en Spotify tienen una lista de reproducción con rarezas, caras B y descartes anteriores, que irán completando cada cierto tiempo… Temas que, a lo mejor no estaban a la altura de aquellos cortes que sí entraron en sus lp, pero que, ahora después de haber desaparecido ese «amor», te vuelven a traer recuerdos y a darte cuenta de lo jodidamente buenos que eran (y que son):
Música para sentirse bien….