Ser fan de Ralf Köning se ha convertido en una cuestión de fe y también de tener un poco espíritu de mártir. No saca álbum bueno desde hace años y tiene una capacidad de publicar cómics nuevos a un ritmo vertiginoso, a cual más intrascendente. Esta foto resume muy bien su ingente producción:
Pero luego pienso qué quién soy yo para juzgar la obra de un pilar fundamental del cómic gay que lleva tantos años trabajando ¿No tiene derecho a seguir intentándolo, aunque no acierte? ¿Sería mejor que se retirara y se durmiera en los laureles de una playa canaria? Ay no sé, aunque lo cierto es que como si de un milagro se tratara, cuando retoma a sus personajes fetiche Konrad y Paul, casi siempre acierta y esta vez también ha sido así.
Con «Pitopausia» (editado por La Cúpula) Ralf nos sumerge en el tenebroso reino de la madurez marica y lo hace hasta llegar a la última vejez en la residencia, con esta pareja avanzando de lustro en lustro para que veamos como, llegados unos años, siempre se evoluciona ¡Pero a peor!
Ralf no intentan abarcarlo todo, eh? No habla de perder la memoria, ni de perder la movilidad, ni de los medicamentos ni de las enfermedades. Ralf se centra en dos aspectos fundamentales para un marica de pro y que más risas puede darle para las viñetas; la desaparición paulatina del sexo y la decadencia del físico. Y lo cierto es que en mis 35 años aún me queda mucho para llegar a ese punto horrible de no retorno, pero después de las carcajadas que me he echado, me adentraré en esos años mucho más tranquilo. Si normalmente el uso de la ironía abunda en las historias de estos dos grandes personajes, aquí directamente hace de reírse del patetismo, un arte. Se acabó la promiscuidad porque no hay nadie que te toque con un palo, porque eres MAYORA (suena música de terror). Y si alguna vez cae la breva, veremos si se te levanta, que no las tienes todas contigo. Pero es que más tarde llegará un momento en que ni siquiera tendrás que entristecerte porque por perder, también habrás perdido el deseo ¿A que suena horrezno? Pues con este nuevo álbum de Ralf olvídate de sufrir porque hace de esas horreznidades, una risa.
A mi me ha gustado mucho, pero también lo he sufrido, porque a mis 43 ya me noto un tanto pitopáusico y ya veo cómo va la cosa…
Jajajajaja 35 años dice! Pero si hiciste la comunión con Isabel la Católica!
Muy fan del sr könig. Me parto me troncho me mondo y me requetechifla cada narizotas que pinta…