La carrera de la canadiense Nelly Furtado es digna de estudio. Empezó timidamente pero con reconocimiento de crítica para con un tercer disco llamado «Loose» (2006) petarlo de una manera que daba susto. Producido por el entonces rey Midas de la producción (Timbaland), consiguió numeros unos con casi todos sus singles y vendió la friolera de once millones de discos…¿Cómo se recupera una de semajante éxito? Pues Nelly ha dado la impresión de que no se recuperó. Errática musicalmente y con algún fracasazo de los que le ha costado un porrón de años recuperarse, siempre ha dado la impresión de quererse soltar de las riendas de una industria musical que la tenía atrapada y encadenada y en ello se ha dejado su carrera, al menos para el gran público. Ya no suena en las radios, ya no protagoniza portadas, ya nadie la recuerda entre los millenial. Y sin embargo, su último trabajo, The Ride, es un discazo. Un discazo que salió la friolera de hace un año y que ni yo mismo me he acordado de escuchar o hacerle una reseña, cómo será la cosa. En su momento, para promocionarlo, subió esté vídeo donde cuenta muchas cosas, el montaje está muy chulo y ella aparece con su nueva imagen de pelo corto y mofletes de mantequilla.
«The Ride» hace de lo que lo podría ser su mayor defecto, una virtud. Y es que sus canciones son cada una de su padre y de su madre (cosa bastante habitual en la canadiense, por otro lado). A la larga resulta un gustazo porque dentro de lo dispar de los estilo, tiene coherencia y es homogéneo y ahí es donde Nelly se hace valorar. Huyendo de lo comercial como de la peste, el primer single con vídeo ha sido Pipe Dreams, un medio tiempo poco radiable y con un vídeo rodado en formato vídeo (o algo peor) . Es posible que engañe a alguien con un supuesto aire amateur, pero a mí me huele a que discográficamente la tía es más pobre que las ratas como para pagarse un vídeo con presupuesto y se ha tenido que conformar con esto:
Cuando se escucha The Ride las primeras veces, no te encuentras ningún jitazo evidente y al disco hay que dejarlo que suene unas cuantas veces para que te enganche, pero al final lo hará. A parte de que se la nota haciendo lo que le da la real gana, maneja como pocas un pop con aroma indi, con sus toques de electrónica y su folk. Pero no te dejes engañar porque la Nelly de canciones espectaculares y estribillos de belleza esquiva aún sigue ahí. Mucho más apreciable cuando las canta en directo (pero que alguien le recomiende un estilista, please!)
Aunque no es de mis favos, todo el mundo habla maravillas de esta canción (no te pierdas su versión en directo)
Live sí que es mi favo del disco, que aunque hubiera necesitado un pulido en su producción, me parece directamente un puto temazo de estribillo desquiciado y maravilloso.