Sí, lo sé, la RAE no acepta «monstruas» y es el genérico «monstruos» el que engloba ambos géneros. ¿Y qué? Si he conseguido llamaros la atención pues bienvenido sea.
A principios de Noviembre pude cumplir uno de mis deseos que llevaba años y años sin poder cumplir; que era ver actuar en teatro a Concha Velasco. Alguno de vosotros podréis pensar «¿Y no era una bukake? Pues qué mierda!» Pues no querid@s lectores/as, llevaba muchos años queriendo comprobar en mis carnes si, como todo el mundo decía, era un monstruo que se comía el escenario y te enganchaba da igual la obra que hiciera.
Yo tuve el lujo de ver «Reina Juana», un monólogo de 90 minutos sobre la vida de Juana la Loca. Tengo que reconocer que el principio me pareció un poco pomposo, pero Concha tiene el don de meterte en el personaje, de parecer que habla para ti y sólo para ti en determinados momentos y, de ponerte la piel de gallina en los momentos clave. Sí, es dura, pero tengo que reconocer que la obra se me pasó volando viendo como una pedazo de actriz de 77 años rememoraba la vida de aquella pobre reina que fue ninguneada, riduculizada, encerrada y separada de sus hijos hasta el fin de sus días. Al igual ríe, llora, baila o se pone a gritar, no ves a la actriz, ves a la reina y eso muy poca gente es capaz de hacerlo.
Tras este buen sabor de boca me puse a recordar la suerte que he tenido viendo a grandes actrices en el teatro: Nuria Espert y Rosa María Sardá en «La casa de Bernarda Alba»; Carmen Machi en «Agosto, condado de Orange»; Blanca Portillo en «Barroco» y así muchas otras más. Creo que el teatro español tiene una calidad muy alta y las actrices españolas, dentro de un mundo hotil y machista como es el que vivimos, brillan con luz propia luchando contra los avatares de la vida.
Sí, en el teatro español hay mucha comedia mala que dan ganas de prenderle fuego al teatro, que se lo digan a Arévalo y a Bertín, y que triunfa (cianuro por favor). Pero a la vez hay mucha creatividad, mucha gente dispuesta a arriesgar y a innovar; ya sin contar con el repertorio de obras clásicas nacionales (no creo que haya mucho que envidiar al país de Shakespeare) y nuestra capacidad para hacer propio de lo ajeno trayéndolo a nuestro terreno.
Algunos pensaréis que el teatro «está muerto» o que es un «bodrio para pseudointelectuales» pero mirad el ejemplo de «La llamada» cuyo salto del teatro al cine ha sido un éxito (ahora con una Angy en teatro MA-RA-VI-LLO-SA). Así que yo os animo a que vayáis al teatro, a que lo disfrutéis, a que lo viváis. Ya sea un musical, un monólogo, un dramón o una comedia. Y sobretodo, sé que tenemos grandes actores también, este post es sobre esas pedazo de actrices que tenemos y que os recomiendo que no os perdáis sobre las tablas.