Cycle han vuelto, sí. A hacer lo mismo, también. Hace años que la formula Cycle sigue rodando sobre la misma pista y parece que la cosa no va a cambiar con el anuncio de un nuevo álbum del que ya conocemos el single oficial. ‘Three Little Piggies’ ya formaba parte del recopilatorio «Stereoparty 2017» pero la sorpresa es el anuncio de ese nuevo elepé que será una realidad en otoño. Siguen siendo los pioneros del mejor electro-rock del país y, como la etiqueta funciona, en este nuevo single vemos como la fuerza de las guitarras, la rabia en la voz y la presencia «mística» de la China Patino siguen siendo piezas fundamentales para un concepto de banda creado para bailar, para «festivalear». La web Jenesaispop hacía las veces de maestra de ceremonias para la puesta de largo del videoclip dirigido por Daniel Gonzalez y Fran Agulló. En este caso está protagonizado por nuestro queridísimo, Javier Delgado «Tocho»; actor de contrastada versatilidad que se presta a todo tipo de vejaciones por parte de la banda. Y para ser sinceros, lo mejor del videoclip es él, así que aprovechamos para repasar algunos de los momentazos de este GRAN cómico.
El videoclip tiene como denominador común; la rabia y la venganza. La huida hacia ninguna parte de un empresario corrupto al que no le salen bien las cuentas. El papel era para este hombre, estaba claro. Su presencia física es una de las cualidades del actor. Impone su estatura, su mirada (de cerca no) y su barba ensangrentada.
Pero Tocho es mucho más. Fue (le conocimos) a través de este anuncio «ecológico» para la eliminación de las bolsas de plástico de un conocido centro comercial. Él era el hombre. EL HOMBRE.
Ha participado en innumerables series de televisión: desde Cuéntame hasta Aída, pasando por Águila Roja, Hospital Central y un largo etc. Miguel Albaladejo le abrió las puertas del cine en 2004 con la película Cachorro, donde fue uno de los amigos del protagonista, José Luis García Pérez.
Pero sobre todo fue una de las piezas fundamentales para que el montaje Iván-Off se convirtiera en leyenda. Sí, esa revisión del clásico de Chejov que llenó la mítica Casa de la Portera durante años, que hizo visible un circuito de teatro cuya principal virtud era la de eliminar la cuarta pared. Hacer que el público respirara la obra, a los actores, que bebiera hasta sus lágrimas. Él fue el auténtico Conde Mateo, el indispensable, el que acompañará, para siempre, el recuerdo que tenemos los que disfrutamos de esta maravillosa obra de teatro en off. El espíritu de Iván-Off permanece entre esas ocho paredes, las de las dos habitaciones en las que se desarrollaba el drama. Tanto es así que se intentó liberar la esencia de la obra, colocando, entre espectador y actores, la mencionada cuarta pared, llevando el montaje a la italiana por teatros, buscando,quizás, explotar la gallina de los huevos de oro, cambiando el reparto…Error gravísimo para los intereses del ideólogo. Ivan-Off desapareció en cuatro bolos. Desapareció, sin más.
El puto negocio, que sigue primando por encima del talento, de la verdad de las cosas. Hay que comer, claro. hay que intentar vivir de esto, por supuesto. Pero no a cualquier precio. Ahora esperamos, casi con ansiedad, que Javier vuelva a las pantallas:a los pequeños teatros, a los anuncios, a disfrutar de una vocación tardía para la que invirtió muchos tiempo; muchas horas, mucho trasiego y más alegrías que penas. Este videoclip es una de esas cosas bonitas del oficio. Seguro que vendrán más, o eso esperamos.
La verdad es que Ivan Off en teatro quedaba muy rara; las soluciones para que la obra estuviera más cercana al público no eran gran cosa y eso de que los actores se sentaran al borde del escenario quedaba muy ortopédico.
Porque intentar hacer caja a toda costa tiene sus consecuencias. Nació un concepto de teatro que, para mí, es irrepetible