Era de esperar que el estreno de Twin Peaks, 20 años después, dejara con sabor a decepción a todos los seguidores de la famosa serie. Ni somos los mismos, ni las series son las mismas ni David Lynch es el mismo. El director, que lleva años diciendo que jamás regresará a un rodaje, está ahora interesado en otros asuntos y se le nota, vaya si se le nota. De todas maneras, poca sorpresa debería haber si uno revisita la astracanada que algunos osan llamar peli de culto y que se rodó como epílogo a la serie. Se llamaba Fire walk with me y era una puta bazofia pretenciosa (¡Alguien tenía que decirlo!).
El día que dejemos a la nostalgia (tan engañosa) de lado, a lo mejor no nos venden más basura descendiente de Starwars, Xfiles o Alien, pero solo a lo mejor. Con Twin Peaks pasa lo mismo. Lynch debería haber aprendido de Riverdale, que ellos sí que han sabido actualizarse sin morir en el intento y mira que también era un ejercicio de nostalgia. O eso pretendían. La serie está basada en los famosísimos dibujos de Archie, de los que es imposible que te acuerdes en su momento porque sino serías de la edad de Marujita Díaz y claro, estarías muerta.
Los creadores de RIverdale han sido listísimos y se demuestra en varios conceptos. Primero que han pasado de llamar a la serie igual que los dibujos y así se ahorran llantos de fans (si es que queda alguno vivo). Luego se han planteado actualizar la serie, así que todo el tema de la música y los grupos adolescentes queda en un muy segundo plano (se agradece) porque además son las partes más blanditas y absurdas.
Se mantiene, eso sí, el instituto como escenario y eso significa que verás a cheerleaders, jugadores de futbol americano, el amigo mariquita y mil cosas más que por mucho que hayas visto, te siguen gustando (o al menos es lo que me pasa a mí). Hazte una idea de que vas a ver a mucho adolescente fornido sin camiseta y eso siempre es bien.
Sin embargo, lo más interesante de la actualización es ese cierto aire a Twin Peaks para adolescentes con picores que le han dado. Y es que resulta que en el pequeño pueblo han asesinado a un estudiante y en las manos de nuestra pandilla protagonista estará el averiguar quién es el culpable. En el trayecto de ese viaje, descubrirán que todos los vecinos tienen secretos, que sus propias familias podrían ser culpables y que lo que aparantemente parece un pueblo norteamericano tipicamente feliiz, esconde tanta basura y secretos que malabarismos deberán hacer si quieren sobrevivir a ello.
Sin estar en las listas de lo mejor del año ni aspirar a premios, la razón fundamental para verla es porque es ENTRETENIDÍSIMA. Y lo pongo en mayúsculas para que lo asumas. No pasan ni diez minutos sin una sorpresa, una catfight como Dios manda o un salto de guión que te deja turulato. Y encima sale la desaparecida icono de los ochenta Molly Ringwald ….
O Luke Perry (treinta años después) haciendo el mismo papel que le dio la fama en Sensación de vivir (porque no sabe hacer otro) . Ahora tiene las arrugas de la frente tan marcadas (de tanto arrugarla, claro) que parece un homenaje al Cañón del Colorado.
Si tantas pretensiones, sin tanto pestazo a culto, sin tantas expectativas, Riverdale consigue que tengas muchísimas ganas de una segunda temporada sin necesidad de apelar a la nostalgia. A ver quién reclama una segunda cuando acabe este truño del nuevo Twin Peaks.
Esta en Netflix?
Hay que ser mala puta para decir que la Lynch hace bazofias. No vales ni media bogetada
Pues decirle a alguien hijadeputa y dedicarle una media BOGETADA por una opinión sobre un director no sé cómo definirlo, eh? Pero tú misma con tu mecanisma.