Para que disfrutes este entrada debo antes hacer una pequeña introducción en plan mariculta. Nada que alguien entendido en poesía y literatura no sepa.
T. S. Eliot es una de las figuras más importantes de la literatura escrita en inglés del siglo XX. Principalmente poeta y dramaturgo, primero norteamericano, luego nacionalizado británico y en su última etapa lleno de espiritualidad cristiana, llámalo misticismo. Suerte para él porque sus poesías no quedan nada mal traducidas al castellano, cosa que no se puede decir de la mayoría de poetas en idioma extranjero. Como con la edad se le fue poniendo cara de bruja piruja, traigo una foto de sus años mozos donde puede tener un leve pase.
Pese a estar casado y haber dejado viuda, muchos son los que creen que tras su poesía, su obra y su vida, hay un pedazo gay armarizado del recopetín, aunque pruebas, lo que se dice pruebas, no hay. Podríamos saberlo si la heredera de su legado, la que fue su viuda, hubiera posibilitado que su correspondencia privada estuviese a la vista de todos, pero no fue así y quién sabe qué se ha perdido en el fuego de una hoguera purificadora heterosexual. Tenemos, eso sí, el relato del grandísimo Gil de Biedma en el que cuenta…
: «Hace días que cohabito con T.S.E. [es decir, T. S. Eliot] con gran placer por mi parte y con algo menos por parte de mi familia, que se ha revelado un tanto insensible a los encantos de la prosodia inglesa. Hablan de echarnos a los dos a la calle».
¿Y todo este rollo a qué viene? Pues a que uno de sus poemas ha sido presa de la gran esperanza de la música patria; Niño de Elche. Cuenta él mismo que fue su primera composición y de la mano del grupo Toundra, la grabaron (¡En directo!) hace cosa de medio año llamando a la formación Exquirla, Porque si estoy aquí hablando de ellos (aparte de ser el disco que más me apetece de toooodo el 2017 ( con premiso de Erasure, que mira que tengo estilos opuestos) es por la canción basada, como ya he dicho, en un poema de Eliot. Niño la había compuesto para una obra sobre la figura de Francis Bacon, un artista al que una poesía tan brutal, tan salvaje y tan dolida, le viene de maravilla. Toundra consigue darle un empaque sonoro a la canción que la lleva al infinito del amor no correspondido.
No pondría la mano en el fuego por Eliot y si en realidad era gay, pero a mí que no me digan; esta poesía que en breve voy a trascribir, huele a mariconeo a la legua. Primero por el título, en honor del patrón de los maricones como todo el mundo sabe. Luego por esa pasión larvada y salvaje que escupe cada uno de sus versos, en una desesperación por amor que muta en violencia verbal y sanguinaria; porque sino me quieres por las buenas, me querrás por las malas. La metáfora llevada al extremo de suicidarse o mutilar al otro, sólo para que por fin sea capaz de reconocer el amor del poeta. Y así, el título dedicado al santo asaeteado cobra todo su sentido. Muy de marica reprimido en el año 1914, cuando el amor homosexual ni se sabía nombrar. Y la tercera razón es a quién va dedicada; A Conrad Aiken
La canción de amor de San Sebastián
Para seguirte donde me guíes,
Para seguirte donde tus pies sean blancos
Apareceré con mi hábito de estameña
Apareceré con la lámpara en medio de la noche
Y me sentaré a los pies de tu escalera,
Y me flagelaré hasta sangrar
Tras horas y horas de oración tortura y placer
Apareceré hasta que mi sangre rodee la lámpara
Y destelle a su luz
Me levantaré y seré tu neófito
Y apagaré la luz
Hasta tu cama en la oscuridad
Donde esté tu manto blanco
Junto a tu manto, el pelo trenzado.
Y al fin me aceptarás
Porque yo era odioso a tus ojos
Y al fin me aceptarás sin avergonzarte
Porque yo estaría muerto
Y cuando llegara la mañana
Reclinaría la cabeza en tu pecho.
Llegaría con una toalla en la mano
Apoyaría tu cabeza entre mis rodillas;
Tus orejas tienen un curioso pliegue
Nadie en el mundo tiene un pliegue igual.
Cuando todo el mundo se derrita al sol,
Se derrita o se congele,
Recordaré ese pliegue de tus orejas.
Me demoraría un momento
Seguiría la curva con el dedo
Tu cabeza debajo de mis rodillas:
Creo que por fin lo comprenderías.
Ya no habría nada más que decir.
Me amarías porque yo te habría estrangulado
Y a causa de mi infamia;
Yo te amaría más porque te habría mutilado
Porque ya no serías hermoso
Para nadie excepto para mí.
Pero si estoy aquí hablando de todos ellos es por la canción. El resultado de tanta gente, tanto vaivén, tanto armario y tanto musicón es una puta maravilla de más de cinco minutos tan espeluznante como maravillosa. El desgarro hecho desesperación por un amor que no es correspondido y que debería dejarte traspuesto mientras la escuchas. Acto seguido, buscar el pliegue de la oreja de Conrad.
El despliegue que consigue aquí el Niño no se puede impostar, sólo puede partir del talento, de tener un vozarrón como no ha nacido en el flamenco en los últimos veinte años, de tener algo que contar y saber contarlo.Y es que el flamenco se inventó para llegar donde el fado, el soul o el tango no son capaces de llegar buceando en la angustia de no ser querido. La canción consigue que tengas las mismas ganas de estrangular (metafóricamente hablando) que tuvo Eliot, pero sería un estrangulamiento por amor. Amor es lo que yo siento por el Niño, por su talentazo, por ser tan trabajador y por estar dispuesto a darlo todo por el arte, sin altura ni medida, porque el Niño aún no ha cumplido los 35 y es capaz de llegar a límites insospechados…Y aún no hemos visto nada.
Que se pare el mundo mientras lo escuchas;
Si todavía no te has estremecido, posiblemente tengas un problema con tus emociones, pero que no se diga que no doy oportunidades y como el flamenco no sólo hay que escucharlo sino que también hay que verlo, mira esta interpretación de Niño en directo, pero sin Toundra… Locurón pero locurón sin nombre:
El 17 de Febrero saldrá el disco ‘Para Quienes Aún Viven’ , quedan pocos días y ya estoy nerviosillo. Que salga ya, que nos deje sin aliento, que todo lo que contenga este trabajo sea tan profundo, dolorido y bello como esta joya.
El resultado, aparte de espectacular recuerda inevitablemente al Omega de Morente. No es que imiten, es cómo si siguieran el mismo camino que abrió Morente y también un poquito de Triana. Muy evidente en este temarraco de nueve minutos que lanzan como aviso basado en un poema de Enrique Falcón :
Excelente post!! Y el disco tiene una pinta estupenda!!!
Qué guay!
Enamoradito me tiene, le estoy escribiendo algo, por cierto. Próximamente en sus pantallas, aunque no estaré a la altura de éste.
Excelente este post, tan grande como El Niño de Elche.
Yo he estado todo el verano enganchando a esta canción en el coche. A ver como es el resto del disco!!
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Por favor que entienden ustedes por arte. Esto es harte con H del verbo hartar un día va a cagarla en el escenario y os va a llegar el olor de la mierdda porque los pantalones ya se los bajo. Por favor abran los ojos