Querido Alan

Cuando yo era pequeño recibí muchas hostias por maricón. Digo pequeño pero podría decir con doce, trece, catorce años. Entrar al vestuario era una de mis peores pesadillas. Sin profesores al lado y con chavales que necesitaban demostrar su naciente hombría como fuera, las humillaciones eran constantes.Unos humillaban y otros callaban cómplices mientras se les escapaba una media sonrisa. Tener a quince, a veinte chavales mirando el espectáculo de las risas que daba el machacar al maricón de la clase no es plato de buen gusto y el resquemor me duraba horas, días, convirtiendo la hora de gimnasia en una pesadilla .

Pero no sólo en el gimnasio. Era bastante habitual que en el camino de vuelta a casa me encontrara a dos o tres chavales, muchas veces cinco o diez años mayores que yo que, aburridos, decidían que no había mejor manera de pasar el tiempo que hostiar a un maricón. Me rompían la ropa, la cartera, los libros, acababa con sangre en la cara. Nadie sabe la de kilómetros que corrí, huyendo, o la de vueltas que llegué a dar por calles alejadísimas de mi casa por no pasar por zona de peligro donde sabía, a ciencia cierta, que encontraría el dolor. En mi cara. Con un moratón. Sin embargo, daban igual las carreras en una huida sin sentido porque  no tengo en la cabeza ni un solo día de mi infancia en que no me sintiera preso de una maldición, de una señal que sin yo saber cómo, me marcaba delante de todos como un apestado al que se debía odiar y actuar en consecuencia. No había excursión, actividad, recreo o paseo donde algún chaval no me recordara groseramente mi condición de apestado. Por eso había un daño colateral y menos perceptible pero a la larga más dañino; el acoso te aboca a la soledad; poca gente se te acerca, se hace dificil tener amigos hasta bien entrada la adolescencia..De alguna manera, te acostumbras a vivir con el terror y lo asimilas, lo haces tuyo como lo son tus piernas, tus ojos o el pelo. A lo que nunca me acostumbré fue a llegar a casa y ver la cara de mis padres al descubrir que de nuevo, me habían pegado y la sensación de ir acumulando más culpa encima de ti; no solo era culpable de las hostias que recibia por maricón, también de la desesperación de mis padres. A veces, algún profesor valiente me echó una mano pero no siempre era así. Yo lo entiendo y no los culpo. era demasiada presión social. Igual que esos chavales que sin pegarme, callaban cómplices, no todos los días de la semana los profesores podían convertir la clase en una lección de tolerancia, no siempre podía ser yo el defendido, no siempre. No siempre yo. Recuerdo que un profesor un día me dijo «Ignóralos». Je. Olvidó decirme cómo se hacía eso. Dónde podía esconderme, como se hacía para que las hostias no dolieran y a su vez, ignorar el dolor.

De todas las palizas, las humillaciones y las fechorías de mis compañeros, recuerdo una especialmente como la más triste y dolorosa.Yo tenía once años y la profesora esa tarde no vino. Como no había quién la pudiera sustituir, nos quedamos solos los treinta alumnos. No sé qué les pasó aquella tarde a mis compañeros, pero junto a los chavales, también las chavalas se unieron y durante varias horas la clase se convirtió en una pira donde no sé cómo ni porqué, había que quemar al maricón; me tiraron papeles, me dibujaban en la pizarra con bolso y tacones, rodearon mi mesa insultándome, gritándome hasta tenerlos solo a unos poco centímetros de  mi cara. Cuando dicen que la infancia es inocencia, me acuerdo de esa tarde y me echo a reír. No obstante, esa tarde no pude más y en un arrebato de locura, cogí dos botellas de cristal del armario del profesor y se las tiré sin acertar, pero montando un terrible estruendo que hizo que otros profesores de otras clases acudieran a ver que había ocurrido. Se hizo el silencio Me miraban con asco pero también, como si estuviera loco. Por primera vez les hice frente y me tenían miedo. Aquello casi me cuesta la expulsión del colegio. En la junta de profesores, en un llanto acumulado de once años, tan profundo que ni me dejaba respirar, les dije que no podía más, que era insoportable aguantar aquello, mientras la mirada tristísima de mis padres se me quedaba pegada en la memoria y ya no me abandonó. Expulsaron a los dos instigadores del acoso y yo me quedé, no tuve que cambiar de colegio. Aunque el acoso continuó con otra gente, sentí que el mundo era justo y que, al menos esa vez, no ganaban los malos.

No sé la de veces que deseé en aquellos años quitarme la vida, morirme, desaparecer y dejar de sufrir yo y mis padres, porque mis heridas podían ser llevaderas pero la  mirada de mis padres que me llenaba de culpa, no. Así que aprendí a esconderme y  a no contar nada haciéndome un experto en camuflaje y  mimetismo. Fantaseaba con lo dulce que sería no existir. Hice un censo de las posibles muertes que menos dolerían y tenía controlados qué sitios serían los ideales para morir y cuales no. Soñaba con la ventana abierta y yo atravesándola, con la bañera llena hasta el borde de mi sangre y cuando en alguna película, alguien se suicidaba, una enorme sensación de paz me subía por las piernas. Y es que pensaba que ya siempre mi vida sería igual. No imaginaba que en breve, a la vuelta de los años, la naturaleza y los genes me daría más altura en centímetros que a mis compañeros, sí, pero más cabeza y neuronas para labrarme un futuro, también. Y valentía. Y gente que sin tener que explicar nada, me aceptaba tal cómo era. A punto de entrar en la mayoría de edad aún me sorprendía a mí mismo cuando hacía nuevas amistades y no había ni rechazo ni humillación. Tantas hostias me habían quitado el miedo y con los años, ya no fui una victima más. No sólo eso, Me considero una persona valiente, que no se achanta si algún macarra se pone chungo y pude hacer una vida tan buena o tan mala como el resto y más aún; el destino me llevó durante unos años a trabajar con niños y, al menos delante de mí, que ninguno se atreviera a machacar al débil o se las vería conmigo; daba igual si era  la gordita, el gitano, la gafotas o al maricón.

Han pasado décadas y la mayor victoria es no tener rencor y no acordarme ni por casualidad de aquella época excepto para lo bueno, porque después de todo tuve una familia con la que me sentí querido, casi na. No lo he hablado con mis padres, pero es posible que ni se acuerden. Aunque siempre pensé que aquellos años de acoso escolar no dejaron huella, puede que ahora sepa mirarme mejor y sin duda, sí lo han hecho. Tengo tics, reacciones, maneras de afrontar ciertas cosas que son el legado de tantas palizas y tantas hostias que nadie supo detener y aunque es posible que hubiera necesitado un psiquiatra, soy muy fuerte y espero que algún día, aunque sea ya entrando en la vejez, me pueda curar.

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Todo esto lo cuento porque de pronto me entero  que un chaval transexual se ha suicidado en Cataluña. No tenía ni dieciocho años. Tuvo que cambiarse de instituto, fue diagnosticado con una depresión y empezó en un nuevo instituto donde. de nuevo, recibió acoso como respuesta. El infierno en vida.Tuvo que pensar que, hiciera lo que hiciera, no había ni escape ni salida posible. Harto del acoso, ha decidido poner un fin a su vida de una manera que duele solo con imaginarla y eso que había hecho historia al ser de los primeros en poder cambiar su nombre en el registro civil. Quiso llamarse Alan y así fue.

Por mucho que haya pasado el tiempo y piense que no queda nada que curar, noticias como esta me meten en una cueva oscura y profunda, llena de unas tinieblas y brumas tan oscuras como ese pasado que a veces, vuelve a ser real.. Y vuelvo a esos años y se me abre la herida supurando el mismo dolor y la misma angustia. Y lo entiendo. Y lo compadezco. Y quisiera correr todos los cientos de kilómetros que separan mi ciudad y la suya y decirle que todo pasará, que llegará un día en que habrá gente que lo aceptará tal cómo es, que nunca tendrá que dar explicaciones, que habrán personas que lo querrán sin tener que explicar de donde viene biologicamente y adonde va. Que incluso, aunque le parezca lo más difícil e inalcanzable del mundo, si él quiere, encontrará el amor, una persona que lo querrá por dentro y por fuera y ya nunca más tendrá que explicarse ni  contestar a preguntas que no debería hacerse ni hacerle nadie  Como lo hicieron sus padres, aunque él no lo viera, aunque el dolor fuera tan fuerte que anulara todo lo demás.Me quiero morir agarrado de su mano al imaginar lo que habrá pasado, que tormentos habrá tenido que sufrir  Y por mucho que yo escriba desde esta página, poco se puede hacer ya. Esta es una carta sin sentido porque tú, Alan, ya no podrás leerla ni te podré disuadir. Tampoco la leerán todos aquellos que te hicieron la vida imposible. No servirá para calmar a los que te quieren, a tus padres, a los que estuvieron alrededor echándote una mano y ni siquiera así pudieron salvarte. En realidad es una carta que escribo desde el egoísmo, por puro  desahogo, un grito que mucho me temo que servirá de poco aparte de para que lo lean cuatro gatos y poco más. Pensaba que un día, al ser adulto, vería como estas cosas habían desaparecido y nadie tendría más una infancia de mierda como la tuve yo, pero me equivocaba. Ahora los odiosos tienen otros medios y un arma tan poderosa como internet y las redes sociales y siguen habiendo chavales y chavalas que sufren y que no querrían vivir más. En pleno 2015.

Podría decir que no hay culpables, que seamos todos buena gente y nos amemos los unos a los otros porque es Navidad,  pero sería mentira y como que no me da la gana. No estoy dispuesto a poner la otra mejilla, lo de ser victima ya no . Es Navidad y sin embargo, Alan se ha suicidado. La muerte sí que no tiene cura y sus padres no tendrán capacidad para encarrilar su vida sin sentir el zarpazo del horror máximo que es ver como tu hijo se quita la vida sin poder hacer nada para evitarlo. Pero ya que  voy a hacer el tremendo esfuerzo de ahorrarme los insultos y las ganas de gritarle a unos cuantos improperios sin fin, me voy a permitir el lujo de señalar. Porque claro que hay culpables. Son culpables los padres de los chavales que hicieron del odio al distinto, una educación. Esos padres cuyos hijos acosaron a Alain son culpables por hacerles creer a sus hijos que son superiores a otra persona solo por su sexualidad o por haber nacido en un cuerpo distinto. Culpables por no haberse interesado por su hijo y haberlo convertido en un matón de tres al cuarto que ni siquiera tiene agallas de atacar de tú a tú, necesita a la jauría para hacerse valer. Son culpables todos los profesores que miraron a otro lado sin decir nada, los que con su silencio y un «no quiero problemas» pudieron dormir mejor; espero que ahora la conciencia no les deje dormir durante muchas, muchísimas noches. Culpables los miembros de una junta directiva que ignoró los problemas y en vez de expulsar a los chavales que acosaban, provocaron que Alan tuviera que cambiar de instituto, él, que no había hecho otra cosa más que querer ser quién era por dentro aunque su cuerpo no lo acompañara, él, que debería ser un ejemplo y no motivo de escarnio.. Culpables los poderes fácticos por no protegen al acosado y víctima y si lo hacen es cuando ya no hay remedio ni solución. Y también son culpables por no haber creado un protocolo de actuación que sirva para todos los institutos y colegios. Culpable también es la iglesia y algunos de sus miembros que se dedican a sembrar un odio larvado y pocas veces disimulado amparados en una asquerosa y cínica moral que olvida que «Dios es amor». Culpables los medios que usan la transexualidad como chiste, los adultos que trasmiten que existe «lo normal» y que usan insultos homófobos y transfobos como norma. Y culpables, esos chicos casi a punto de entrar en la mayoría de edad que espero que tengan un escarmiento que no se les olvide en la vida, a ver si aprenden de una puta vez, después de todo ellos tendrán una segunda oportunidad, cosa que le negaron a Alan.. Yo he sufrido acoso y es muy fácil saber quienes lo han cometido. No digo yo cárcel, pero unas sesiones de terapia les vendrían muy bien. Que me los dejen a mí unas horas que les voy a explicar y lo van a entender sin tocarles un pelo.

Sin embargo, no quiero llamarlo homofobia, transfobia ( palabras que ni siquiera el corrector ortográfico tiene reconocidas y me subraya en rojo, me cago en su estampa) o lo que toque. Es salvajismo, es necesitar de machacar al otro para tú sentirte mejor, es la ausencia de empatía o inteligencia que se pueda considerar humana, es la negación del ser humano como tal. No son homófobos; son gilipollas y merecen todo el desprecio y el aislamiento social y en este tema, no vale quedarse de brazos cruzados; o estás de su lado y lo permites con tu silencio, o te pones del lado de Alan, aunque ya por él no podamos hacer nada. Pero quedan muchos y muchas  como él, y vendrán otros que necesiten de tu ayuda. Nunca vuelvas la cara, no mires a otro lado, no eduques a tus hijos, tus nietos o sobrinos sin explicarles lo que nunca deben hacer con otra persona; enséñales respeto y a valorarse por sí mismos sin que tengan que machacar a los demás. predica que la normalidad no existe, que somos todos distintos y huye de las generalizaciones. Ama sobre todas las cosas al niño que será adulto sin que importe con quién folle, como lo haga y porqué, enséñale que esa es la ley que más lejos le llevará, al menos con las personas.

Una última cosa; si los padres de Alan me leen (cosa que dudo) desde aquí quiero hacerles llegar mi infinito, enorme y grandísimo amor. No os conozco pero os mando el abrazo más fuerte y más grande que sea capaz de dar una persona. No os castigáis, no sufráis porque hicisteis todo lo que estuvo en vuestra manos; fuisteis padres de un futuro que aún está por venir, os adelantasteis al tiempo y los precursores muchas veces lo pagan con lo más preciado. Espero que  el tiempo los ayude a vivir un poco, al menos, en paz. Que sientan que aunque Alan se fue, ellos hicieron todo lo que estuvo en sus manos y deben sentirse muy, muy orgullosos. Escribo esto sabiendo que no hay palabras para traer un consuelo que posiblemente, nunca acabe de llegar, pero habrá  gente en este país que haremos todo lo posible por no olvidar su nombre, el de más valor porque fue el que quiso tener; A-L-A-N.

Escribo mientras  que, más que lágrimas, me cae sangre de los ojos que no se detiene. Pero si sirve de algo, sabiendo de la historia de Alan y sus padres, hoy me he sentido tan cerca de ellos  que no me importaría que ellos hubieran sido mis padres y seguro que Alan no los hubiera cambiado por nadie.Su pena y su dolor, por desgracia, estaban más allá de lo que ellos pudieran hacer.

No ha sido el último, ni el primero, pero algún día, gracias a padres como los de Alan, toda esta mierda cambiará. Y los suicidios por acoso se habrán convertido en una mala pesadilla. Y ojalá nunca, nunca, nunca, tenga que escribir algo parecido a lo de hoy.

Por Alan.

Nunca más.

PD: Y aunque parezca una frivolidad, no lo es. Te invito a que vuelvas a ver el vídeoclip de Will Young protagonizado por alguien que tiene mucho, muchísimo que ver con Alan y es una estupenda manera de meterse en su piel. Casi literalmente.

89 comentarios en “Querido Alan”

  1. Pingback: Querido Alan

  2. Otros recibieron insultos de los gays y lesbianas que iban saliendo del armario hacia chavales/chavalas que sin serlo simplemente íbamos despacio con esto de tener novia/novio. Eso de pintar a tu colectivo como víctima siempre no cuela.

    1. ¿De verdad?

      ¿Existe algo que haya escrito el autor en este artículo con lo que no estás de acuerdo?
      ¿De verdad era el momento después de la muerte de un menor de soltar ese comentario en vez de solidarizarte con la víctima?
      ¿Comparas el recibir insultos (lo que es totalmente reprochable) a recibir palizas, y hacer la vida de alguien insoportable hasta el punto de querer quitarse la misma?
      Lo que denota tu comentario es mucho rencor. Y me temo que los que te insultaban por no demostrar tu tardía sexualidad no eran únicamente homosexuales pero sí son a los únicos que culpabilizas. Deberías tener conversaciones contigo mismo para mitigar ese odio. No te está haciendo bien.

    2. Sólo la más abyecta imbecilidad y repugnancia moral justifica esta estúpida respuesta al texto leído.
      Qué asco me da compartir el mismo oxígeno contigo, joder…

    3. Cotilla Misántropo

      Vete a cagar. Te mereces todos los insultos que te dirigieron, pero por infraser. Te deseo una vida tan infeliz como está claro que te corresponde.

      1. Tío? Que te pasa? Pero relajate man, esta muy mal eso de desear mal a nadie

    4. Cómo eres capaz de poner a las víctimas como verdugos ? Si habláramos de las víctimas de violencia de género o de las mujeres violadas y las pusiéramos como las culpables se pondría el grito en el cielo y con razón, pero claro, las marcas y los bollos son muy malos. Cuántos puede haber de los que tu dices ? Un porcentaje ridículo en comparación con los que reciben bulling, discriminación y odio.

    5. No has entendido nada. Pero no te preocupes, alguna vez tu egoísmo desaparecerá y te dejará ver las cosas más claras.

    6. No se si eres cortito/cortita o solamente cruel. No se que parte de acoso-victima-suicidio es la que no te cuela. No se como no se te cae la cara de vergüenza. Solo se q ni tu opinion ni tu me gustan. Aunque supongo que esto tambien te dara igual.

    7. Es en serio¿? Acaso se puede tener tan poca empatía y tacto para hacer este tipo de comentarios?

      Hay judíos asesinos y por esr motivo se niega el holocausto ¿?

      Hay africanos asesinos, terratenientes y x eso se niega la segregación o la esclavitud..

      Aaay madre, que falta de miras!

  3. El perro de Toni

    Vaya, parece que era el momento de reivindicar el ‘orgullo hetero’, ¿no? Justo ahora. Muy bien «Seriedad». Te felicito. No es fácil ser tan rematadamente miserable.

    1. El perro de Toni

      Y, por otro lado, enhorabuena a MM por el post. Espero que sirva para que todos esos chicos y chicas que, por el motivo que sea, lo están pasando mal sepan que sí, que hay futuro.

  4. Bravo por tus palabras, tu sentir, tus pensamientos, tu empatía y todo lo que genera cada una de tus frases. Estoy emocionada…. Es horrible, me da una pena infinita este caso y que haya personas que abusen y se sientan superiores vete a saber por qué. Me da pena ese adolescente que fuiste y me daban ganas enormes de retroceder en el tiempo y hacer que mi yo adolescente te propusiera ir a tomar algo y echarnos unas risas.
    Me quedo especialmente con que ellos/ellas son ejemplos para los demás, ejemplos de superación, de lucha personal, de evolución y crecimiento constante. Así deberíamos verlos.

  5. De un hetero

    Yo, siendo hetero, tuve que soportar la humillación que describís. Y en mi caso, siendo mentira, escuchar y sufrir los insultos y los golpes de quienes se creían muy machos y que yo no lo era. Me identifico completamente con lo que describis. Y lo repudio. Y hacer sufrir a alguien hasta el punto de que decida huir hacia la muerte no merece mas que repugnancia por mi parte. Hace falta mas comprension por parte de todos. Yo apliqué en mis hijos la tolerancia en su educacion, el hacerles ver que hay que respetar la diversidad de ideas y de orientaciones sexuales, y los animé siempre para que apoyaran al debil, a aquel dejado de lado por la masa de gente. Si los padres hicieran esto mismo, evitariamos en el futuro que se repitiera lo de Alan. Mas empatía por el compañero o compañera, mas identificarse con sus problemas y entender cuando uno es distinto a uno mismo.Yo, quiera o no, arrastro alguna secuela de cuando fui «el maricon» sin serlo. Aportemos cada uno un poco para que eso no se repita.

    1. Me alegro de leer tu escrito mm. Me gustaría dar mi apoyo a todos aquellos y aquellas que son víctimas de la generalización social. Yo fui y soy muy afeminado además de heterosexual. Pude y puedo en la actualidad escapar de la burla, pero no debería ser necesario.
      Me hubiera encantado conocer a Alan. Ofrecerle mi amistad y apoyo en los momentos difíciles.

      Debe haber sido horrible para él y para su familia. Me duele el alma solo de pensarlo

  6. Como te acabo de poner en el muro de ElPutoJackTwist, por muy Serrano que quiera facebook, que se ponga, me he quedado en estado de shock. Yo sufrí de pequeño en el colegio y me acuerdo del bofetón que me pegó un maestro por decirle que jugaba con mi hermana a los recortables. ¡Te vas a convertir en maricón! Me dijo. Yo tenía ocho años y no tenía la más remota idea de que era ser maricón. Yo lo único que hacía con los recortables de mi hermana era ponerlos en el espejo de su costurero y con una linterna proyectarlos en el techo, con la habitación oscura, y con las sombras hacerme un cine, porque mis padres no tenían dinero para comprarme un cinexin por reyes.
    Sufrí, pero no tanto como tú lo expresas – y cómo lo expresas – Qué duro. Si me permites, cuando pase todo este tiempo de navidad en que la gente está desconcentrada y vive en un mundo imaginario, yo quiero leer este texto en la radio en la que estoy, en Jerez. La gente necesita saber esto. Abrazos. Y te sigo, ni idea de tu existencia. Cuánto se pierde uno por no saber.

    1. En estos temas, cada uno hace lo que puede y yo lo que sé hacer es escribir, peor que mejor pero ahí queda. Si sirve de algo, si se difunde y a una sola persona le cambia la cabeza, bien estará.

      1. Rita Martinez Gude

        Has relatado con precision el drama atroz que sufren los que son diferentes en los centros educativos Me has emocionado porque yo soy docente y en muchas ocasiones he tratado de defender a alumn@s como Alan y tu. Siempre me indigno el abuso Enhorabuena.Con escritos como el tuyo se contribuira a cambiar las mentes. Un saludo

      2. Claudia Orlandini

        No sabría que decirte pq no soy nada de Alan. Tansolo una conciudadana. Pero ante todo soy madre y me comprometo a que mi hijo y los futuros que puedan venir no tengan pensamiento ni tiempo para hacer el mal y espero poder darles todas las herramientas posibles y ayudarles para que no sean acosados ni acosadores. Lamento lo que te ha sucedido y lo que le ha sucedido a Alan y lo que les estan sucediendo a otras muchas personas y seres vivos a causa de su condición o apariencia. Te quería felicitar por tu carta por abrirnos tu corazón, pq si te leen los padres de Alan creo que les ayudará de algún modo. Quería solidarizarme contigo por compartir tu diario del terror. Aunque lo sabes, pienso que eres una persona muy fuerte y te felicito por seguir batallando.
        Desde Rubí, te mando un fuerte abrazo.

    2. Cuando hablas de ese maestro, como yo he sido maestra, me siento culpable. No sé si supo atender a la diferencia de cada uno. Ójala que sí

  7. Muchas gracias por tu artículo, me siento totalmente identificado. Por desgracia el problema del acoso crece cada día más, especialmente en los colegios, desde muy pequeñitos, antes de iniciar siquiera la primaria ya han definido una jerarquía y los líderes machacan a los raros, a los poco obedientes o al último del escalafón, si no hay otro más a mano. Los profesores miran hacia otro lado y si miran, ven el problema en el acosado y les dicen a los padres que tiene que aprender a valerse por sí mismo. Hemos vuelto a las notas y la excelencia. Los profesores y las familias quieren que sus niños sean competitivos, ganadores y uniformes. Educan en el cinismo del trabajo en grupo, del discurso políticamente correcto, pero a la hora de repartir reconocimiento, enaltecen al más crecido y hunden al que está en la miseria. Los niños han aprendido bien la lección y dan una cara al profesor y otra en el recreo.

  8. Completamente de acuerdo en que lo hay que tener es respeto para ganarlo. De verdad que tienes mucha razón. Pero aunque parezca absurdo hay que ser respetuoso tratando a la gente que le hace mal a otros. Precisamente para que se den cuenta que los problemas se resuelven con soluciones basadas desde el respeto.

    Como bien dices una persona segura de su sexualidad no tiene problemas con los gustos sexuales de los demas. Juzgar a alguien por sus gustos, identidades o sentimientos en base a su sexo es algo infantil y una falta de respeto. Lo sangrante de la sociedad es que personas adultas se comporten de esta forma y no siendo ya de por si decepcionante no se educa o reprime al adulto que muestra estos comportamientos.

    Espero como tú que seamos conciente de lo importante que es tratar a todos las personas que te rodean con respeto. Que gracias al respeto estas cosas dejen de ocurrir por que tengamos a adultos capaces de hacer frente a estas humillaciones. Todo mi apoyo y un fuerte abrazo.

  9. Es triste que en plenas navidades se den estos sucesos y que todavía ocurran historias como la tuya o la de Alan entre los adolescentes y los niños. Se me rompe el alma cuando veo cosas así. Es ver como la injusticia se adueña del mundo,o como quieran llamarlo.
    ¿No es el ser humano un hermano potencial? A mi eso me lo enseñaron de pequeña en la escuela, y eso daba igual lo que dijeran los demás pues los cimientos si estan bien aposentado, sobre la ética.
    El pensamiento antiguo como yo lo llamo sigue habitando como si de un neandertal ávido por adueñarse del mundo (por no nombrar a la religión, la politica,la justicia, la moral, disfrazadas de espectáculo o panacéa) y como si de un cáncer en metastasis se tratara ,ha centrado su razon de ser en la estética y no en la ética. Hay que saber ver mas allá de la piel y los gustos personales y dar importancia a las dendritas y las ondas cerebrales y tener como eje lo que una persona aporta al mundo por su valía y no su «precio de mercado».
    Así quizas la belleza, con un poco de ética y estetica sea mucho mas verdadera y auténtica y no como se intenta malenseñar en ocasiones removidos por las emociones cancerígenas del hombre antiguo. Porque no tienen otro nombre, se instauran en las personas y como marionetas ejecutan actos sacados de una viñeta recaricaturizada del san benito de la inquisición.

    Y precisamente por ser estas fechas hay que focalizar las emociones negativas que cohexisten aun entre las sociedades,aceptarlo, y aceptar que aun somos como sociedad, un niño de 5 años. Nos perdimos en el momento en el que la tecnología superó nuestras espectativas de futuro.
    Si uno mismo no hace examen de conciencia (o tristemente no sabe) ni se pone a meditar para avanzar en comunidad, el problema seguirá así.

    Todo creo que radica en que los malos gestos siempre llevarán un mal resultado, por muy buena que sea la causa, el camino es lo que importa y no el resultado.

    Para cambiar realmente algo hay que buscar un enfoque y hacer que un tragedia de estas caracteristicas no sea en vano.

    Quizás así realmente todas las personas que han muerto por no sentirse aceptadas, puedan ver un rayo de luz desde la tierra.

    Al fin y al cabo la inteligencia y el amor tienen que ir de la mano ya que si no se pierde la esencia de lo que es ser humano.
    Y para todo esto no esta el change.org?

    Feliz Navidad
    Miau

  10. He contenido las lágrimas a duras penas. No eran lágrimas por Alan, ni por sus padres, ni por la verdad que contienen tus palabras. Hubiesen sido lágrimas por una sociedad enferma, sucia, inadaptada, en la que no sabemos ver que, parafraseando, a Dios -si existe- le gusta la variedad y por ello somos diferentes, y en nuestra ceguera no queremos vislumbrar la belleza de cada ser humano.

    Que poco valoramos la vida de los demás, hasta tal punto que algunos desdichados deben renegar del principio mas básico (la supervivencia) por no soportar el edor de los que hacen su propia vida insufrible. Por no soportar su pena y la de aquellos que si les aman.

    Hetero, trans, homo… Palabras vacuas: seres humanos, por desgracia no todos… Soy padre: no tolero comportamientos dañinos de mis hijas hacia nada vivo y mataría a quien hiciese algo similar a mis hijas. No es la rabia la que habla. Es la supervivencia en un entorno hostil con todo aquello que no comprende.

    Un enorme abrazo de alguien que no callaba con media sonrisa y que siempre ha pensado que las hostias se pueden repartir entre más, o devolver.

  11. Es aquí donde lo clavas:

    > Me considero una persona valiente, que no se achanta si algún macarra se pone chungo y pude hacer una vida tan buena o tan mala como el resto y más aún; el destino me llevó durante unos años a trabajar con niños y, al menos delante de mí, que ninguno se atreviera a machacar al débil o se las vería conmigo; daba igual si era la gordita, el gitano, la gafotas o al maricón.

    Yo sufrí ser el gafotas debilucho y empollón (sin ser realmente ninguno de los dos últimos) al que los macarras escolares tomaban por comparsa. Me rompieron la camisa o me llegaron a atropellar con una bicicleta. Básicamente porque era el único que no me amedrentaba ante sus ataques. El que les devolvía los golpes físicos y morales. Esto ha moldeado mi carácter de tal forma que como adulto controlo mucho mejor cuándo hablar causando impacto y siempre defiendo al débil (con el matiz de que éste quiera ser defendido, porque ya recibí hace tiempo disgustos por defender a sujetos muy felices siendo víctimas).

    Hasta que no consigamos eliminar la confrontación por motivos absurdos no conseguiremos progresar en la tolerancia de las diferencias. Mis simpatías por ayudar a los débiles que aún necesitan aprender a defenderse y ver que el futuro no es tan negro como el presente.

  12. Cotilla Misántropo

    Suscribo cada palabra. El psicólogo de mi colegio me dijo, en confianza, que «había descubierto» a través de los tests, a «trabajar maricones y dos bolleras». Yo tuve suerte, mis padres plantaron cara y era una época muy distinta. Tuve la surte también de ser valiente y, aunque lo soporté casi todo el colegio e instituto, fue dos años antes que todo acabó cuando acepté que, efectivamente, era homesecual y me gustaban los rabos. Forré la carpeta con tíos en bolas y me expresé en libertad. Y todo acabó, con eso ya no podían, ni con la valentía ni con quién se ama y se celebra, y me he esforzado y me esfuerzo por transmitirlo a todxs los que me he encontrado en la misma situación. Sirva esta entrada como otro grano de arena, otra palanca con la que mover el mundo. Gracias.

  13. Sin palabras. Comparto. Tus palabras si llegan lejos. Muy lejos. Hasta los que creemos que cbiar las cosas educando es posible. Gracias por ponerle letra. Un abrazo

  14. Magnífico post y maldita la sociedad que da lugar a hechos como el que lo motiva.

    En el fondo es el odio al diferente y el hecho de que esta humanidad, desde su más tierna edad, tiene que elegir entre ser torturador o torturado. Yo sufrí acoso por ser vizco hasta que me pusieron gafas, a partir de ese momento pasé a sufrir acoso por ser «gafitas».

  15. No sé cuántas veces intenté suicidarme por las vejaciones, insultos e indiferencia de mis padres y profesores, es más, uno de ellos también me insultaba, con el tiempo mi madre también lo hizo. A veces me sorprende pensar que siendo tan pequeño intentara suicidarme. Qué dolor más extremo, qué difícil compartirlo y que los que tendrían que defenderte no lo hicieran, no lo hagan tampoco en estos tiempos.
    Los profesores deberían pasar test psicológicos, no solo aprobar una oposición.
    Lo triste de que suceda algo así es que te marca para toda la vida, aunque te hagas fuerte y te rodees de gente que te quiere cuando ya eres adulto, pero la infancia te la han destrozado y en la madurez nos queda el consuelo del remiendo y la esperanza de que algo cambie. Tengo claro que si tuviera un hijo nunca lo llevaría a un colegio, le educaría en casa y le haría socializar en entornos de educación y tolerancia.
    Con mi sobrino he tenido que ver cómo le re-educaban ante comentarios tipo «me gusta mi amigo Pedro». Sin saber él si eso implica ser «gay» o no.
    Es muy triste pero pienso que esto va a seguir sucediendo.

  16. Recuerdo con rabia, que en la piscina de Floridablanca (esportiu Rocafort) un niño se cambiaba en el vestuario con las niñas. Parece ser que el club deportivo no había encontrado inconveniente. Pasado un tiempo, un grupo de madres expresó su malestar porque algunas niñas lo encontraban «incómodo». Me pareció una soberana gilipollez, le pregunté a mi hija de 8 años por la situación, bueno, ella ni siquiera había reparado en la excepcionalidad. Comprendo que hay situaciones infantiles delicadas en la heterosexualidad y en la homosexualidad y que de ninguna manera deben obviarse porque en cuestiones de educación nos jugamos el futuro. Pero no pude por menos que sentir que la «incomodidad» tenia origen en los adultos y que aquellas mamas no tenían un mínimo de empatía, ni solidaridad con la compleja situación a que se enfrentan otros padres. Un tiempo más tarde mi hija me expresó su «incomodidad» con respecto al mismo niño en otra situación compleja, siempre jugaba con ellas en el patio, pero siempre se quería quedar con el papel de cenicienta, hada buena, princesa durmiente, que no, que se fuera a jugar con los niños o que asumiera el papel de príncipe… jajaja, momento de oro para darle una lección, no no tiene que irse a jugar con los niños, lo que tenéis que hacer es rifar los papeles y si te vuelve a tocar el papel de príncipe, pues sé el mejor príncipe y despiértale, ponte de rodillas, coge su mano y a la voz de «princesa» llévale al altar de boda. En cuestiones infantiles, el gitano, el gordito, el gafotas y el marica …son un valor para dar a nuestros hijos la verdad sobre la maravillosa riqueza y variedad del ser humano. Mi hija ahora tiene 16 años, amigos de todos los colores, amigos con las cejas depiladas, amigos de variados formatos y estoy orgullosa de ello. El azar ha querido que ella sea la bajita (con 8 años no se apreciaba esa diferencia), sin embargo no le afecta en absoluto porque tiene clarísimo que eso no es un problema, que el problema lo tienen los que son tan gilipollas como para recordárselo. Por otra parte me dan mucha pena los padres que no han sabido aprovechar esos momentos excepcionales y dar a sus hijos los valores para que en el futuro disfruten de la variedad de los maravillosos seres que nos brinda esta vida. Te felicito por el texto ….una joya para la educación.

    1. Joe….. Enhorabuena. A ti por ser tan buena madre. A tu hija por tener la suerte de tenerte cerca. El post en si ya es ejemplar….ademas tu comentario me ha gustado mucho.

  17. María López García

    Gracias por la carta y por el vídeo. Soy profesora de música en un instituo público he intento estar atenta a este tipo de comportamientos. Los paro de inmediato y aunque mi trabajo se puede olvidar al salir por la puerta del instituto, intento que algo quede. El vídeo me parece muy bien traído y lo utilizaré en alguna de las actividades que haré con cuarto de la ESO. Gracias de nuevo.

  18. Tan triste como la noticia q lo ha provocado. El acoso tiene un culpable unico: la sociedad al completo, q no educa para el respeto a la diferencia, sea cual sea. Todo mi animo a la familia d Alan y, por extension, a las d todos los q sufren por este motivo

  19. Tu carta es un valioso y conmovedor testimonio que nos llena de indignación y ternura. En una cosa no estoy de acuerdo: que surge del egoismo. No me parece justo llamar así al impulso de elevar la propia voz para poner una gran cruz que señale el lugar donde se cometen tan brutales agresiones en nombre y defensa de la normalidad, donde reina un silencio tan grande, que como un gran muro, apunta tan solo a invisivilizar el daño infringido en persecución de la normalidad. Espero que entre todos podamos hacer llegar tu carta a los padres de Alan, a quienes sin duda podrá reconfortar, en la medida de lo posible. Por último solo deseo añadir que esto, NO ES NORMAL. Nunca lo ha sido y nunca lo será. A aquellos que se sientes superiores ante los que no son como ellos, les diré sencillamente, que son ellos los que no existen, los que carecen de identidad, y que eso que ellos entienden por «normal» no es sino una mezcla malsana de temor y cobardía porque es tan enorme su falta de personalidad que temen parecerse a aquello que han aprendido a odiar. Que no olviden que han sido domesticados y que, como Seres Humanos, están lejos de existir. Lejos de ser buenos esposos, buenos padres, buenos hijos, buenos trabajadores, buenos amigos, buenas personas y, en fin todas aquellas buenas cosas con las que les han lavado el cerebro y que sin duda no alcanzarán ni en sueños mientras no comprendan una sencilla verdad: todos somos iguales en nuestra maravillosa diversidad.

  20. Manolo Crespo

    MM, me ha emocionado leerlo, pues me siento identificado 100%. Aún recuerdo esas palizas en el colegio, en el barrio,el rechazo de los profesores. Muchas gracias por escribir tan bien y saber expresarlo tan bien

  21. Qué dolor tan grande que siento al leer esto! Se me parte el alma, me lloran los ojos, no puedo leer sin parar a respirar profundamente!
    No imaginas cuánto puedo llegar a comprender las palabras que has puesto! No por mi condición sexual,sino porque el acoso existe seas como seas , la maldad del ser humano está latente en algunos desde que nacen! Cada palabra me ha traído recuerdo, cada sentimiento soy capaz de vivirlo de nuevo.
    No hay derecho a que esto siga ocurriendo! Por favor no tengo palabras para expresar todo lo que siento!
    Es un horror!
    Tengo dos hijos y los he educado en el respeto a cualquier ser vivo, a cualquier ser humano! Indiferentemente de cuál sea su condición sexual, su color de piel, su creencia religiosa, etc…. y me siento orgullosa porque tengo un hombre y una mujer , porque son personas con las que me quito el sombrero, lo he hecho bien con mis hijos y así es como debería de hacerlo todos los padres para que esto no ocurriera más!

  22. Josu Mendía

    No confudamos la homofobia con la transfobia; no utilicemos una noticia tan dolorosa como esta para hacer un relato en primera persona. Por favor, intentemos dejar el ego de lado ante desgracias de esta magnitud.

  23. ♥Pink Lover♥

    No tengo palabras para describir lo que siento(en el buen sentido). Sin duda, eres una persona estupenda y admirable. Cuantas personas perdieron la oportunidad de tener una gran amistad contigo. Dios mío desearía personas como tú en mi vida ♥♥♥♥♥
    GRACIAS por todo guap@!♥

  24. Independientemente de la orientación sexual de cada persona, es detestable cualquier actitud de acoso en el grado que sea. Mis condolencias a la familia de Alan y a todas las personas que han sufrido o sufren la inseguridad y estupidez de los acosadores.
    Conmovedor artículo.

  25. El tiquismiquis.

    Echar pestes del corrector ortográfico es un privilegio de los que conocen la lengua mejor que el propio corrector.

    La palabra «homofobia», etimológicamente, significa «miedo a lo idéntico». En cuanto a «transfobia», bueno, no acierto a imaginarme qué puede significar.

    Se trata de palabras mal formadas, mal empleadas y, como bien apuntas en tu artículo, innecesarias. Porque los que te acosaban a ti, los que acosaron a Alan, y los que siguen practicando el acoso escolar cada día no lo hacen porque personalmente tengan algo en contra de los homosexuales o de los transexuales en particular, sino por miedo a la diferencia en general. Porque el miedo a no encajar, tan fuerte en la adolescencia, se canaliza en forma de odio hacia otro que desentona más, para desviar la atención de las propias inseguridades y asegurarse la aceptación del grupo.

    Si tuviéramos, no obstante, la necesidad de expresar el rechazo hacia las personas homosexuales en una sola palabra, entonces la correcta sería homosexualofobia. En mi opinión, sin embargo, es más sencillo y mejor hablar simplemente de «discriminación sexual», por ejemplo. Por elegancia lingüística, pero también porque centrarse sólo en una parte de un problema mayor no suele ayudar a resolverlo.

    Curiosamente, si tuviéramos que acuñar una palabra para referirnos al problema de fondo, es decir, el miedo a la diferencia, la correcta sería «heterofobia».

    Sé que a muchos puede parecer frívolo que venga yo a dar lecciones de lengua en este contexto, pero todos tenemos nuestras causas. Tú has escrito un artículo excelente sobre el acoso, sus causas, sus efectos, y la esperanza que hay más allá; y es tan bueno que, aunque comparto plenamente la causa que defiendes, no tengo nada que añadir. Así que me dedico a otra causa que también me importa y que de momento nadie ha defendido aquí.

    Para despedirme, te felicito por tu artículo y te deseo que tenga la difusión que merece.

  26. Felicidades MM! No tengo palabras, ayer me quedé en shock, con lágrimas en los ojos y una rabia hacia aquellos que hacen sufrir a otros simplemente porque son diferentes.

    La gente que ha pasado por esto, que ha sido discriminada o vejada; tú, yo, todos nosotros podemos decir que no estamos solos, que hay gente buena y creo que es un mensaje que hay que transmitir para los que sufren hoy en día.

    Un besico muy grande.

  27. Estremecedor e indignante. Por la valentía de haber contado tu historia, abriendo las carnes de tu doloroso pasado a todo el mundo, con el fin de denunciar la situación que ha llevado a Alan al suicidio para impulsar una conciencia colectiva hacia la tolerancia en todos los ámbitos, te mereces todo lo bueno que te pase, y ser plenamente feliz hasta el fin de tus días. Esto es el Atroz. Un blog donde todo cabe, que es capaz de sacar lo mejor de nosotros mismos. Una vez más, gracias.

  28. Meg (@mejugenia)

    A ver cómo empiezo.

    Increíble lo bien que has enlazado cada idea, cada palabra, te mereces un aplauso bien fuerte y cerrado, de esos que se dedican a los grandes cantantes líricos cuando la ópera termina. Y un abrazo largo.

    Me ha sorprendido el que digas que quizá tus padres no se acuerdan de esas veces que llegabas con moratones o sangre del colegio. Se acuerdan. De cada día, de cada lágrima, de cada portazo que diste en la puerta de tu cuarto para no tener que darles explicaciones, se acuerdan.

    Soy abogada adscrita al Turno de Oficio de Menores y, por desgracia, el acoso entre adolescentes está más enraizado que nunca. Antes era más evidente, más visible, pero ahora, con los móviles y las redes sociales, la red que atrapa al diferente es tan extensa que nos sorprendemos de hasta dónde ha llegado cuando algo así se denuncia. Las veces que he tenido delante de mi, como cliente, a un menor acosador me han dado ganas de estamparlo de una buena hostia en la pared del Juzgado. Por no hablar de esos padres que te justifican a sus hijos, como si el acoso fuera lógico y normal. Me siento como si defendiera al violador que justifica la violación porque la mujer va vestida con minifalda. Sé que el 99% de las veces, el discurso que les suelto con la empatía no les llega.

    Hay que ser muy fuerte para superar el acoso. Y para que esos niños y niñas sean fuertes se hace necesaria u a educación tanto parental como institucional.

    Ojalá el suicidio de Alan, el de Carla, el de Jokin y los de tantos otros adolescentes anónimos sirvan a esta sociedad para crear mejores ciudadanos.

  29. kiara ahumada

    nunca me había sentido tan retratada con una carta , tbn fui víctima de acoso, y como tu bien dices hay secuelas y heridas q nunca se curan , hoy vivo feliz y satisfecha de lo que me he convertido y quien soy, pero muchas noches aun sigo teniendo pesadillas con recuerdos de aquellos años … espero algún día poder superar del todo aquello q vivi , gracias x tu carta de verdad muchas gracias!

  30. Yo soy transexual, me dedico a la prostitución porque no vi salida, bueno no es el tema.
    No he visto gente tratarme mal en España en la calle, si cuando era adolescente en mi país, me trataban como a un bicho, era insoportable.

    Aquí siento más un vacío, hombres que entre cuatro paredes se revuelcan con nosotras y hacen el «maricón» y luego en la calle con los amigotes haciendo el machote hetero y si ven dos gays de la mano les dirán algún insulto.

    Hay mucha, muchísima hipocresía.

    Increíblemente los pocos insultos que recibí fueron por parte de puteros, escondidos detrás de un móvil, nunca a la cara.

    Y en Cataluña más precisamente.

    Yo no me dejo pisar por nadie, hay que plantar cara y luchar. Yo no les tengo miedo. Ellos me meten a mi XD.
    Tener dni acorde al sexo que siento me ha facilitado mucho la vida y estoy esperando este año que quizá sea el broche de oro y pueda cambiar mi sexo.

    Una pena lo que le ha pasado a ese adolescente, no tuvo la suficiente contención familiar, ni de sus amigos.
    No puedo creer que pasen estas cosas en España, no me lo imaginaba.

  31. Gracias x sus palabras…ahora este nudo en la garganta me ha dejado paralizado….AMEN asi… sin tilde.

  32. Los mismos maestros son ignorantes o homofobicos o transfobicos o bifobicos, yo voy en la universidad y estudio psicología y todo el. Tiempo escucho comentarios muy homofobicos y bueno nosotros los bisesualesmpaa colmo ni existimos. Es triste, siempre fui muy luchó a y la verdad nunca padesi de buling porque quien se esta con migo se las veía negras a pesar de la estatura. Pero asta la fecha se recibe descrinacion y mas triste aun muchas veces de las misma personas homosexuales hacia nosotros los bisexuales! :( si se trata de educar nos en la diversidad!

  33. Soy transexual masculino. He sufrido y sufro acoso. Antes en el colegio y en el instituto. Me llamaban bollera. Luego, cuando supieron lo que era, de todo. Me han pegado, insultado y destrozado libros/apuntes para que quedara mal ante los profesores. ¿Y qué hacían ellos? Nada. Sólo actuaron cuando agredí a alguien que me pegaba.
    Con 19 me jodieron en la universidad.
    Actualmente con 29 lo hace mi ex en su página de FB. Tiene 400 seguidores y publica insultos hacia mí. Lo ha bloqueado en España para que no pueda denunciar.
    Por su culpa tuve fobia social y un retroceso en mis tratamientos. Si bien, me he hecho fuerte.
    Si hubiese conocido a Alan posiblemente le hubiese dado algún consejo y le hubiese tendido mi amistad. Me encanta conocer gente y hablar de todo, incluso de temas que me traigan monstruos a la hora de descansar.
    Al perlas que hace golpe de pecho de orgullo heredó le diré que sí, que el bullying es cruel para todos, pero estamos aquí para hablar de un colectivo que incluso es a veces insultado por parte de la GLTB y olvidado por la opinión pública.
    Me gustó tu artículo aunque es jodido que se saquen estos temas por cosas tan lamentables como ésta.

  34. Bravo MM. Yo a mi hija le enseño que todos somos iguales, que debemos respetarnos e intentar comprender al prójimo, y que mirar algo malo y no hacer nada nos hace malos también. Debemos plantar esa semilla, la del Amor. Solo esa nos salvará a todos. Gracias por compartir ese rincón íntimo. Un gran abrazo desde Barcelona.

  35. Todos tendrían que leer esto! Pero leerlo de verdad! Concentrados y entendiendo el significado de cada palabra, sintiendo con toda la intensidad posible lo que aquí se explica! A mi me ha sido muy fácil porque de alguna manera yo también fui protagonista de una historia parecida! Solo que a la larga fue una suerte para mi porque gracias a » ellos» todos esos que me despreciaron ,ridiculizaron, me llamaron niña o maricon o callaron o sonrieron (incluso algún profesor del cuál nunca olvidaré sus nombres) me hicieron mas fuerte, mas sensible, mas imaginativo, mas seguro…y a la larga entendí que eso, el ser diferente es un don…no una maldición! Por eso digo a todos aquellos que son víctimas que no desesperen! Que al final despiertas de la pesadilla …y a todos aquellos que sueltan un maricon para hacerse el graciosillo deseo que al final sean conscientes del mal que están haciendo!

  36. Me identifico totalmente contigo…creci en una época bastante intolerante y sufrí acoso por mi condicion,no me pegaron nunca,pero las palabras también hieren…creo que incluso más.Las heridas fisicas se curan,pero las otras no se te borran de la cabeza.Cada vez que veo casos como estos los recuerdos te vuelven a machacar….y creeme duelen en el alma.

  37. Soy madre de tres hijos varones y cada dia me esfuerzo por educarlos en tolerancia y respeto. Siendo niña sufri acoso por parte de mis compañeras de cole (un cole de monjas). Cuando tienes que estudiar con personas dos años mas mayores que tú y eres una «friki» porque tu C.I esta por encima de lo normal, no es tan guay ni divertido, solo te utilizan tus compañeras de cole para hacerles los deberes porque eres un cerebrito y como tienen dos años mas que tú, te roban la comida, hacen que te arrodilles y te hechan las migas por encima de la cabeza, cojen tus libros y los tiran desde un tercero, no te hablan te aislan. Es una mierda. Pero no te quedas pequeñita para siempre y en mi caso cuando llega el estiron eres mas grande que ellas en altura (que suerte) y años despues….estas en un restaurant comiendo con unos colegas del curro y de repente ves entrar a una tia (de las que cobran) acompañada de un señor bastante mayor y te das cuenta que es una de tus acosadoras. Y otro dia te encuentras con otra de tus acosadoras y si no pesa 100 kilos no pesa nada. Y algo hace click en ti y no me alegro de sus desgracias, ni de las de nadie; pero no voy a mentir senti cierta tranquilidad extraña. Hoy en dia, tengo un marido maravilloso, tres hijos preciosos, pude estudiar lo que quise y trabajo en lo que siempres soñe. Alan donde estes mi brindis de fin de año sera por ti. UN BESO DONDE ESTES. Alex!

  38. Yo sufrí sólo durante un año un poco de bullying en el instituto, no fue grave, pero suficiente, era nuevo, venía solo, y era super buen niño…ya me dirás tu, simplemente por ser el blanco débil…y ya me afectó durante años, y hoy en día, aún cierta inseguridad me queda de aquella época…nunca entendí porque si no les hacía nada se burlaban a la mínima que abría la boca…no me quiero ni imaginar por lo que habrá pasado Alan y todos los demás que sufren estos temas en mucha mayor intensidad…tiene que ser un horror…Hace poco han hecho una serie de tv3, que recomiendo a todos los catalanes que tengan acceso a ella, para que la vean con sus hijos…se llama Merlí, un profesor excéntrico de filosofía (espero que algún día la compren otras cadenas igual que con Pulseras Rojas). Precisamente en un capítulo se trataba el tema del bullying y la homosexualidad, y el profesor paraba la clase de inmediato, y hacía levantarse de la silla a los que habían hecho la burla…y les decía a todos, que no iba a tener ningún tipo de tolerancia ni piedad con estos comportamientos…ridiculizando al agresor. Ojalá haya ejemplos iguales en la vida real. Mi apoyo a la familia, y gracias por esta carta tan desgarradora y real. La comparto.

  39. Textos como este deberían ser de lectura obligatoria en las escuelas. Ayudarían a que se acabe de una vez con la crueldad imperante en nuestra sociedad.

  40. Te felicito por la claridad y valentía al escribir este post. Lo veo como una forma de repudio a cualquier forma de violencia «humana» contra la misma vulnerabilidad humana, ya sea por condición o preferencia sexual, por genética, por origen de raza o credo, etc. Parece que es condición vital destruir a quien se intuya o descubra diferente o vulnerable, parece que la exclusión y la eliminación son los medios de ejecución por preferencia de los más «básicos». Y con post como el tuyo, pones un granito de arena para ir concientizando de estas conductas que nos hacen cada vez menos libres, menos humanos y menos felices. Gracias por tu contribución a la «no violencia» y encantada de leerte. Un beso y un abrazo.

  41. A mi también «se me abre la herida supurando el mismo dolor y la misma angustia»… porque también lo viví… lo padecí… yo se la dedicaría a la iglesia católica, a los asquerosos cerdos jesuitas que fue donde tuve la desgracia de estudiar. Que nos hacían parar delante de todos los demás, como en un paredón de fusilamiento, a que nos bombardearan con sus «razones» para considerarnos «marginados» como a los curas les gustaba llamarnos. Si, marginados por ser «marico», sin siquiera saber en realidad que significaba eso, porque el solo hecho de ser mas delicado o educado ya hacia que te etiquetaran como gay… o gordos, o flacos… todo esto observado de cerca por curas, profesores y alguno que otro padre representante que nos acompanaban, porque no solo ocurria en clase, en el colegio… no, ocurria tambien en los paseos que los curas organizaban… Y me horrorizaba no solo pasar por todo aquello y los insultos y las burlas y que me golpearan o me empujaran por las escaleras… me horrorizaba el que mis padres se enteraran de lo que sufria… de causarles esa pena… y asi callaba y aguantaba. También yo pensé «que un dia siendo adulto vería que estas cosas habían desaparecido». «Claro que hay culpables»… Dediquemos ésta carta a la Iglesia que sigue fomentando la discriminación y el desprecio, a los curas que en gran mayoría son unos depravados que a lo largo de la historia han acumulado una interminable lista de atrocidades contra el ser humano, a los que la siguen como enfermos y transmiten esta enfermedad a sus hijos, a los profesores y «su silencio» , a los padres de los acosadores porque bien saben lo que hacen sus hijos y en muchos casos son quienes fomentan ese odio…

  42. Toda la razón! El acoso escolar es algo muy común y es una de las fuentes de los suicidios juveniles! Triste… pero cierto. Deberían parar con esto.
    Por desgracia estarán los 4 gilipollas de turno que criticarán tu escrito, pero yo de todo corazón te digo que tu opinión vale muchísimo! Te admiro.

  43. C. del Palote

    Enhorabuena MM. Has conseguido emocionarme de nuevo con tus palabras escritas y no solo tú, sino todos aquellos que desde los comentarios se han atrevido a plasmar lo que sufrieron por sus diferencias de todo tipo. Sueño con que algún día cambie la situación y no tengamos que hablar más de esto y que todo el mundo respete al prójimo solamente porque todos somos seres humanos y las diferencias son solo morales o sociales. Espero que algún día los acosadores y los que miran para otro lado cambien de actitud y miren a los demás sin prejuicios ni superioridad.

  44. Sigo dándote gracias, nene. Por darte así.
    Me emociona tu post así como me emocionado estoy tras leer todas las respuestas que has tenido.

    un abrazo

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