Querido Alan
Cuando yo era pequeño recibí muchas hostias por maricón. Digo pequeño pero podría decir con doce, trece, catorce años. Entrar al vestuario era una de mis peores pesadillas. Sin profesores al lado y con chavales que necesitaban demostrar su naciente hombría como fuera, las humillaciones eran constantes.Unos humillaban y otros callaban cómplices mientras se les […]