RAYE es una explosión de talento

RAYE es una jovencísima londinense con ancestros repartidos en varios países que incluyen Ghana o Suiza. De pequeña acompañaba a su madre a la iglesia donde cantaba y empezó a hacer composiciones con tan solo trece años, por eso no es de extrañar que a los diecisiete ya tuviera su primer contrato con una discográfica. Pero para que te voy a contar más rollo si lo vas a entender todo cuando veas su directo en el Royal Albert Hall. Abre bien las orejas porque esto es ORO.

 

 

El 2023 ha sido el año de consagración de RAYE teniendo un número uno en UK que la ha encumbrado a la cima musical gracias a un temarraco como Escapism.

 

 

En nuestro país no nos hemos enterado mucho del discazo que es My 21st Century Blues, un trabajo que ha compuesto y que ha interpretado y joder como interpreta. La voz de RAYE es un prodigio que es capaz de adaptarse al soul, el R&B, la EDM, al hiphop, el jazz y todo lo que se le ponga en el moño porque su belleza, su profundidad y su amplitud vocal es alucinante, al alcance de muy pocas. De hecho, en mi inmodesta opinión RAYE tiene en su haber la mejor canción de tooodo el 2023, un disparate de estructura compleja y que a cada escucha se hace más adictiva y más grande, porque no es un tema, es un monumento.

 

 

Aparte de ser una interprete estratosférica, es una compositora de relumbrón que ya lo había demostrado para otros pero en My 21st Century Blues se destapa con un talento que corta el aire. Parece increíble que su antigua discografía le prohibiera durante siete larguísimos años sacar este disco lleno de dolor, oscuridad, incoherencias, complejos, fracasos amorosos o abusos sexuales, tal como ella misma cuenta en la desoladora Ice Cream Man con un vídeo que pone los pelos de punta.

 

 

Con sus composiciones ocurre igual que con su voz, que parece increíble que sea capaz de tanto y tan variado y siento que dentro de ese album no hay nada que pueda calificarse de mediocre o relleno y por eso pueden pasar meses y sigue sonando en tu reproductor que escuchas con la ilusión de la primera vez. Y para redondear su talentazo muy lejos del alcance de cualquiera tiene una presencia y una ejecución en directo que apabulla y deslumbra.

 

 

El pequeño concierto que dio para Tiny Desk demuestra todo esto que te digo y más.

 

 

No quiero dejar en el olvido sus anteriores canciones con la discográfica abusona que (aunque ella renuncie a su pasado) resulta que también allí tiene temazos de lo más salvable, sin esa dureza y honestidad que ahora tiene pero con un gusto a caramelico pop que da gozo.