Hace unas semanas, la autosuicida plataforma Netflix estrenó la última y nueva serie de uno de los realizadores más interesantes de la actualidad, habida cuenta de que su mundo, hipnótico y difícil por accesible, podríamos denominarlo como la «otra bombilla roja parpadeante del aturdido mundo de David Lynch», por poner alguna etiqueta. Error a favor del realizador danés Nicolas Winding Refn, que con su estilo propio ya nos había dejado una de las mejores series de los últimos años para coleccionar bajo los sueños: » Demasiado viejo para morir joven», además de su famoso largo «Drive». Un «neo-noir» firma de la casa, que marcó las señas de identidad de por dónde iban a ir los tiros, además de sumar y despachar seguidores para sus trabajos futuros. O entras o no sales. Una de dos. «Drive» nos descubrió dos cosas. Una, que los protagonistas de los trabajos del realizador iban a ser como témpanos. Otra, que Ryan Gosling era un congelador en sí mismo. Ahora, con «Cowboy de Copenhague» repite esquemas. Al igual que provoca las mismas sensaciones. Si entras, no hay director que consiga ese nivel tan alto de conmoc
Con permiso (de nuevo) de David Lynch, salvando distancia y estilos, por supuesto. He aquí unas claves que sirven de manual para el iniciado. No vaya a ser que después de verla, cambies las bombillas de toda la casa por luces led de neón rojas, te líes a tortas con el vecino sin venir a cuento o no pares de pedir por internet ropa de deporte de segunda mano de colores imposibles. 1- No esperes que la protagonista te cuente su vida y la de su familia. Aquí le han colocado un chándal abrochado hasta el cuello, no mueve los brazos y sólo te responde con monosílabos. 2- El cerdo es un animal recurrente. Tanto que, uno de los protagonistas, queda transformado en uno de ellos. Y cuando no se come las sobras, le pegan con un cinturón y grita como dicho animal, animando la historia y dándole un toque aún más cínico. 3- Todo ocurre de noche. Si duermen, la historia dura 2 minutos. Y de día los malos se ponen gafas de sol e insultan a la protagonista, como si tuviera la culpa de todo. Y ella, por supuesto, ni contesta. Es importante que no mueva ni la cabeza mientras la ponen a caldo. Y esto siempre ocurre en salones daneses, con muebles sillas y sofás que se han recuperado de cuando Ikea decoraba las pelis porno, antes de hacerlo todo blanco y darse a conocer. 4 – Todo está alumbrado con luces de neón, mayormente rojas. Es una ventaja, porque si algún actor tiene arrugas, ni se le ven. Eso sí, no busques aquí enamorarte de una actriz o actor o, ni siquiera identificar quien es. Mejor búscalo por internet. Cuando lo encuentres, verás que no se parece en nada al de la serie. 5 – La música no tiene letra y parece que la han grabado en una fábrica de lavadoras. Como mucho, cuando el actor anda tres pasos, cambia el ritmo. Con esto, que no es poco, ya puedes dejarte llevar por la primera gran serie de 2023. ¿ No dicen que del cerdo se aprovecha todo?.