Un texto de Franc Vurdalak
Björk, honestamente, otra de nuestro club, el club de las que no sabemos envejecer bien.
En lugar de ser más esencial cada vez, e ir más a lo universal cada vez, es pretendidamente más rara y extravagante, en una especie de huida hacia el esnobismo infinito.
Y eso que este disco no es de los mas RarorarorarorrR… Es un poco vuelta a lo de antes, pero lleva tanto tiempo en tantos lugares remotos para los seres mortales, que este podríamos clasificarlo de «Accesible».
A mi me gusta la experimentación, la creatividad y la novedad, pero lo rebuscado y lo pretencioso no, y lo snob mucho menos. La línea entre un lado y otro, se entiende muy fina, y la intuimos al igual que sabes cuando un helado se esta derritiendo o un vino está demasiado frio o caliente, también…
Cuando algo experimental se convierte en una búsqueda de lo raro para destacar, una impostura, y no es buscar una forma nueva de comunicar lo universal, no es mostrarnos nuestro reflejo en otro espejo nuevo, es mas ver como se nos muestra ella en su propio espejo, bastante deformante.
En general todo es un despropósito que viene de los 90 y de cuando se pretendía hacer Pop de siempre pero con máquinas super novedosas, como si las máquinas no tocaran las mismas notas de siempre, una sobreproducción para parecer modernos y que en realidad resultaba ser una cosa muy superficial, pero que hasta cierto punto, esos sonidos que nunca habías escuchado antes interesaban, pero claro, Björk en su huida hacia adelante y en ese «voy a molar más que ninguna de las de mi generación», dio el salto a la música clásica contemporánea y a los sonidos de vanguardia que también están más que trillados desde los años 70 y mucho antes; disonancias y percusiones no convencionales, y tambien cacerolas, flautas, palos y pianos.
También añadió todo el tema ese de hacer ruidos con la boca, bastante trillado y aburrido a mi modo de ver.
La cosa es que si añades todas esas chorradas diversas con voluntad de pinchar en museos y encima consigues hacer Pop que es lo que pretendes y conectas con el inconsciente colectivo, me parecería maravilloso, pero Björk hace mucho que no lo logra, hemos de admitirlo, no logra hacer hits y yo creo que le da igual y no lo pretende ya.
Le preocupan más las máscaras de vagina de mariposa, las flores exóticas, los ovillos de lanas y telarañas colgantes de colores.
Resumiendo, todo esto podría estar fantástico, si como decía antes, lograra hacer Pop nuevo, no lo logra y para colmo con su voz, que es en lo que realmente destaca, sigue haciendo básicamente lo mismo, las mismas cadencias y todas las melodías vocales te recuerdan a otras que ya ha hecho si no fuera por los cencerros y cacerolas de fondo que no comunican nada si no es mas que extrañeza.
En fin, sigo sin recuperar el interés por ella, y como no lo he dicho, os he de decir que antes me gustaba mucho, muchísimo… Sólo que de un tiempo a esta parte, y ya tiene más discos plastas que de los otros, ya si que ya no me gusta nada. Que rabia.
Muy a favor, pero de tus palabras.
Mas entradas así, por favor. Y si son de tu puño y letra, mas.
Gracias Franc.
Creo que no te has preocupado por documentarte sobre cómo se ha hecho técnicamente el disco y creo que ni de escucharlo porque si las letras y las cuerdas de la canción homenaje a su madre te dejan frío es o eso o que no tienes sensibilidad.
Hay que hacer los deberes antes de trabajar!!!!
Como dice Bjork, no hay excusas para no conectar… salvo no preocuparse de escavar en algo (escúchalo con unos buenos auriculares, lee las letras y cuando encuentres la conexión entre ambos, disfruta algo que para la crítica con formación musical es un notable)
Yo he escuchado un par de temas y sí me han parecido emotivos. Pero también te digo que me da pereza ponerme con todo el álbum… aunque no tanta como con el de Beyoncé :p
No he querido escribir ningún post hasta tener una audición mediodecente del disco. Y bueno…la virgen santísima.
Técnicamente muy bien producido pero no inventa nada nuevo. Quizás es incluso más duro, crudo, contundente. Pero no veo nada que no haya hecho en los últimos 20 años. ¿Que es innovar por innovar, una salida adelante o que la mujer no puede tirar más? Yo qué sé. No estoy (ni querría estar) en su cabeza, gracias.
En el contexto de la discografía de Björk: Incluso desde Vespertine (y sé que tiene cortes muy buenos) yo ya tenía la sensación de «tía, aquí estás patinando un poco, ¿no?»). Lo que vino después, que lo escuché pero ya ni lo retengo, me cambió la vida…en sentido contrario a lo publicado antes. Taaaaaaaaan universal, pero taaaaan alejada, lejoooos lejoooos. Personalmente entendí eso que se llama «evolución del artista». Venga, vale, no me vas a grabar más canciones en el váter de una discoteca, chocho, pero haz algo que me haga saltar del sofá a la pista de baile o me haga llorar en medio de ella como Hyperballad. Y yo, como buena maricona desencantada de la vida, el arte y los hombres, me fui a pastar a prados más verdes. Vive y deja vivir. Entendí que aunque «la artista no se vende al mercado» tiene un suelo de consumidores que le mantienen los contratos, un aura de artie que ya pasa a upper eyebrow (y en el que afortunadamente no me identifico) y unas conexiones con el arte multimedia y multiplataforma que serían la envidia de cualquier centennial. Y claro, uno de mis defectos es que tengo memoria (recuerdo, memorizo…) y pensaba «¿Tía, tú hacías mucho más moviendo menos recursos, verdad?»
Y entonces vino Vulnicura. Una cosa es que Björk no me guste, otra es que le desee mal. Eso no. Podría deseárselo a unas cuantas, pero ya conozco lo que pasa con el resentimiento: el veneno que te tomas esperando que haga daño a otro. Pero (put the blame on marketing) ese disco narraba el contexto de duelo y recuperación de una pasada relación de Björk, me gustó mucho y no era sadismo. Algo pasó. Las mismas técnicas musicales y vocales, pero hubo sintonía. Hubo empatía. No en plan Sálvame o telefilme de A3, sino transmisión de sentimientos a través de la música (algo de perogrullo, pero habría que ver qué coño transmiten las actuales radiofórmulas) y por una vez sentí …no lo mismo que la de los 90 (cuando hablaba de fugarse de la ciudad, de ideaciones suicidas, de amor fou…) pero sí el reencuentro de alguien que quizás hablaba en el mismo código que tenía casi olvidado. (Generaciones y códigos. De Björk a Rosalía; bonito título para un libro). Casi podría decirte el momento exacto del disco en el que deja de comer mierda y autocompasión y se empieza a elevar porque no queda más camino. Y como venía siendo tradición, el último corte del disco, en un estilo distinto casi premonitorio de un cambio para el siguiente. Más marchosete.
Y Fossora, llegamos a Fossora. Yo cuando vi el video me dio repelús. Yo creo que fue más la desilusión de mis expectativas, en plan «esto no lo toco ni con un palo» me dije, «esto mejor no meneallo, Juanjito.» Se vive mejor sin él y sin Twitter. Pero veo que el patio está caldeado así que me tiré al ruedo e hice una audición.
Os leo los comentarios. Hay una primera parte de la entrada en la que estoy muy conforme con lo escrito y la segunda parte…es más opinión. Afortunadamente yo puedo desparramarme en opiniones, ya sean críticas o no.
O sea, ya he sido arriba técnico y objetivo. Ahora voy a decir lo que me sale del coño, de muy adentro.
Puedo aceptar todo lo bueno que decís de la Gudmundsdottir e incluso soy feliz cuando mencionaís en las respuestas los aciertos del disco. Puedo coexistir en una dimensión con opiniones divergentes, no como las terfas, faltaría más. Ahora, nadie va a enmendarme la plana cuando hablo de lo que quiero o siento. Y este disco es para mí, y con mucho, la patada en el culo que me faltaba por escuchar de Björk.
Hay cortes que podría haber escuchado hace 10 o 15 años y confundirlos perfectamente. Sí, la inspiración de la Björk ya sabemos la que es, pero no. No me sale de ahí aguantar una canción a los micelia y los óvulos (no por el título en sí, es que para mí son las más inteligibles, imaginad las otras) En sorrowful soil los coros imitando las «virtudes vocales» de la cantante me daban risa (a ver, me imaginaba la sala de grabación y las instrucciones «Vosotros imitad lo mismo que hace ella: con la a, con la e, con la i…» ) y ha sido el único momento accidentalmente divertido del disco, pero por mi mala hostia. ¿Que te pasas al microuniverso? Pues divinamente…
Casi iba a decir a mala leche que es música para ascensores, si no fuera porque Brian Eno inventó el concepto hace décadas y os aseguro que quien salga de un ascensor con semejante hilo musical… bueno, me callo, me callo.
Luego el tema performativo…a ver nenas, nenes… ya me cansa. Es cierto que si dices Björk se te suben al carro dos videocreadores, tres estilistas, seis artistas plásticos y si la dejan hasta la cabra de los gitanos, pero hay que distinguir al emperador (emperatriz) de su traje. Y esa necesidad de ocultar, transformar e inventar el personaje a estas alturas… llamadme mariquita mala edatista, pero me recuerda muchísimo a la estrategia de Mina de jugar con su identidad en la portada de cada uno de sus discos (mientras ella envejece como un higo chumbo encerrada en su castillo). He dicho.
Me he sentido superperdidísimo escuchando el disco y encima el reproductor ha tenido la tortura de repetirme tres veces el Micellia. Y habrá quien me replique cuestionando mi capacidad auditiva e intelectual al poner a caldo a semejante tótem de la música de vanguardia. Me da igual el dedo que me señale, de donde salga y a donde apunte: haz el favor de lavártelo antes, que igual el de la caca eres tú. Pues mira: seré gilipó y no tendré razón ni criterio musical, pero soy feliz que no es poco consuelo para los tiempos que corren.