Buscamos trabajo a los de Qué Tiempo Tan Feliz

Amigos atroces, os tengo que comunicar algo muy triste.

Piensa en algo triste: la extinción del canguro arbóreo en Australia, el fondo de armario del C&A de un concursante de Pasapalabra, el funcionamiento neuronal de tus exs, el día en que la reina Sofía se enteró del nombre que Bárbara Rey le había puesto a su hija, Mari Cielo Pajares rellenando un currículum, la portada de Pablo Motos en Men´s Health.

Vale, pues nada de estas cosas supera en tristeza a la noticia que os tengo que dar. Un contratiempo tan espeluznante que antes de contároslo os voy a poner frases de ese locuelo que es Mr. Wonderful para que cojáis fuerzas.

Después de este atracón de Mr. Wonderful, de este coma etílico de cuquismo ofensivo y positivismo mongolo, de este optimismo pasivazo, creo que ya estamos preparados. A ver. A ver, por favor. No puedo. Las letras se quedan en las yemas de mis dedos y no quieren salir. Venga, cojo carrerilla y me lanzo al vacío: El programa de María Teresa Campos Qué tiempo tan feliz ha sido cancelado de la parrilla de Telecinco.

Lo sé, yo también me he quedado con las córneas suspendidas en la pantalla del ordenador y con el culo torciéndose en la silla cuando lo he leído en El País. Todo ese imaginario embalsamado, comatoso, en constante estado crítico; ese restyling de Historias de la Cripta en versión musical; esa raja en el espacio-tiempo que nos permitía comunicarnos con seres del otro mundo entre increíbles siestas de baba caída, nos regala su último hálito.

Pero se acabó el tiempo de llorar. Porque ante las tragedias de la vida solo puedes hacer dos cosas: dejar que la pena te arrastre o actuar. Y nosotros, vamos a actuar. Por supuesto que vamos a actuar. Desde Atroz, desde este bukake informativo donde tú siempre eres el centro, nos hemos propuesto buscar trabajo a la peñita de Qué tiempo tan feliz.

Vamos a analizar todas las fortalezas, skills, talentos, de estos currantes que se dejaron la piel en el plató (y algunos quirófanos) para reinsertarlos en la sociedad, y evitar que acaben de relaciones públicas en un bingo de Benidorm.

 

María Teresa Campos 

Mirad, queremos que María Teresa trabaje. Porque ella, a pesar de su edad, sigue siendo una mujer capaz, resuelta, y sobre todo, porque como le tengamos que dar la jubilación que le corresponde en función de lo cotizado, el PIB se nos baja 15 puntos por lo menos. ¿Pero de qué podría trabajar? Aquí le damos dos soluciones:

• Como pantone humano.

María Teresa no entiende por qué tiene que elegir cuando puede tenerlo todo. Esto es justo lo que le pasa con los colores de sus estilismos y con sus estampados rabiosamente llamativos, embrutecidos, violentados, cromáticamente inclusivos.

• Influencer de Lacas Nelly.

Pero que no se nos pase por alto una cosa: María Teresa tiene un gran problema, algo que nos complica mucho la tarea de encontrarle un trabajo: María Teresa está enamorada. Y todos sabemos como esto atenaza nuestra capacidad de raciocinio, la recesión neuronal que supone padecer esta abyecta enfermedad. Porque seamos sinceros, cuando estás enamorado tú te ves así:

Pero en realidad eres así:

 

 

Terelu Campos

Bueno, qué fácil por favor. Terelu está más que preparada para ser el doble de acción de todas estas personas:

Pero aquí debo abrir un paréntesis imaginario por una cuestión de ética profesional. Yo conozco a Terelu y tengo una extraña conexión con ella. Porque Terelu significa para mí una época maravillosa en la que trabajaba en Antena 3 y pasaba mis días en ese Hermano Mayor urbanístico que es San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. Una época cuyos viernes por la noche siempre salíamos por la Plaza de La Moraleja, siempre al mismo pub: La Boutique, y siempre estaba ella. En la puerta, fumando, con las tetas en la papada y hablando a grito pelaó, mientras alternaba el andaluz con el castellano neutro y esperaba el amor, expectante, ávida, entregada a sus designios. Y esto, honestamente, me impide ser objetivo con ella.

 

Los Supersingles

Este Hacendado de la música, esta oda a la heteronormatividad y a la medianía, lo primero que debe hacer es cambiarse el nombre. El nombre «Los Supersingles» es un sonrojante intento de un grupo de ancianos de querer conectar con la modernidad pero la modernidad está comunicando; el nombre de «Los Supersingles» es algo así como un padre con una gorra puesta al revés diciéndole a su hijo adolescente «claro que sí, tío, efectiwonder».

Una vez hubieran cambiando este nombre, podrían optar a uno de estos puestos de trabajo:

• Hilo musical de Guantánamo.
• Ser una de las parejas de los geles frío/calor Durex.

• Modelos de la marca de ropa del Lidl.

 

Bigote Arrocet

En esta caso no nos detenemos en el nombre artístico. Como tengo que acabar el artículo este mes, mejor vamos con otros aspectos.

Bigote Arrocet pertenece a esa clase de hombres que se creen guapos, seductores, atractivos, pero que solo ellos lo creen.

También forma parte de ese colectivo invisibilizado y socialmente silenciado que son esos hombres que se planchan el pelo.

Y estas son las salidas laborales que le proponemos:

• Sommelier por las mañanas y aviador de un aeroplano por las noches.

• Packaging de Just For Men.

• De extra en lugares de crusing.

 

Sé que hay mucha más gente que ha hecho que este gran programa sea posible. Pero de momento lo dejo aquí, por si hay una segunda edición. La tendréis que pedir si la queréis. Pero ya sabéis lo que se dice: las segundas partes, siempre son atroces.