Publicado por La Cúpula, el nuevo libro de Flavia Blondi, es otra muestra de sensibilidad y talento al alcance de muy pocas. Situada en un pequeño pueblo italiano de la Toscana, la historia detalla el encuentro de dos mujeres de las que apenas tenemos datos y serán las viñetas las encargadas de desvelar poco a poco la razón de que ambas parezcan enfadadas con el mundo, raras en su comportamiento y afectadas por algún trauma. Spoiler: no es un trauma, son varios. Con un dibujo delicado y sutil, la paleta de colores se define por los estados de ánimo de las protagonistas y van desde la familia de los ocres y naranjas al universo alrededor del azul pálido.
Los misterios se desvelan en pequeñas dosis para provocar la empatía del lector, de ahí que esos dos bichos raros que al principio te caen tan mal al final resulten entrañables y eso, amiguis, solo puede explicarse gracias a un grandísimo guion porque el amor nace del conocimiento. Y es que en esa relación que establecen las dos protas también se atisba la posibilidad de una relación amorosa que parece casi imposible, pero tal vez solo dos jarrones rotos pueden reconocerse y valorarse tal como son.
Las piezas sueltas y rotas de esos jarrones van conformando dos historias paralelas que con unas viñetas que en el tramo final dejan sin aliento hasta el final, un cierre tan emocionante que es muy difícil aguantar las lágrimas. Así la historia gráfica funciona para el lector como terapia ante las inclemencias emocionales y como aprendizaje para futuras desdichas sin perder de vista la empatía, esa que hace posible que entendamos a los demás.