La desolación que deja «The Last of Us»

No me explico como me ha gustado tantísimo The Last of Us. Una serie que demuestra que no hay pandemia ni hongo destructor que se acerque a la maldad y la mezquindad del ser humano y es terrorífica en su pesimismo y en su desolación. Una serie que está basada en un videojuego y que empecé a ver de mala gana porque no tenia otra cosa más interesante a mano, ya que hasta ahora no había encontrado una serie o una película basada en un vídeojuego que me haya gustado. De hecho estuve viendo los dos primeros capítulos con la ceja levantada. Pero entonces llegó el tercer capítulo que llamaron Long, long, time, ocurrió lo de las fresas y casi me caigo al suelo.

A partir de ahí, rendición absoluta y cada lunes me he puesto delante del televisor sabiendo que iba a sufrir, que algún personaje al que le tomara cariño iba a desaparecer, que me iban a dar algún disgusto y que acabaría el capítulo con un amarguísimo sabor de boca. El caso es qe no me he equivocado ni un pelo pero la he visto ansioso hasta el final, deseando que llegara el último capítulo que me ha dejado hecho una mierda, por supuesto, pero feliz de saber que habrá segunda temporada pese a las críticas desaforadas del facherío que no soporta que en una serie supuestamente para machotes se hable de cosas como homosexualidad, comunismo y una copa menstrual.  Su furia ha sido tan grande que hasta han ido raudos y veloces a castigar el maravilloso episodio tres en las puntuaciones de las webs que se dedican a calificar pelis y series. Una cosa como muy madura, muy adulta y MUY HOMÓFOBA DE MIERDA que se esconde en esas pataletas que ahora tienen los incels porque jo, han puesto a  dos maricas en la que iba a ser una serie de zombies. Antes ya se quejaron de que saliera alguien de color en la saga de La casa del dragón, La sirenita, Starwars o Obi-Wan Kenobi. Lo curioso de estas polémicas es que no se montaron con el exitoso videojuego en su día, lo que demuestra que no es que haya una agenda oculta de inclusión de minorías en la ficción sino que más bien se trata de un movimiento reaccionario que pretende que todo siga siendo como en los últimos cien años en el cine o en la televisión donde solo nos enseñen una realidad blanquita y heteruza. Te aseguro que esa gentucilla me da más miedo que cualquier infectado por Cordyceps que se me ponga por delante porque les preocupa más un beso entre dos tías que Ellie le arree una ristra de puñaladas a un tipo. Sexo no, violencia sí y esos son sus valores.

La suerte que tenemos los fans es que la serie está hecha por HBO, porque con Netflix la continuidad no estaría tan clara. La plataforma tiene muy claro qué clase de serie quiere y se nota, porque todas estas críticas se las pasan por el forro y ya hay firmada una segunda temporada para descanso de sus fans que somos más aunque los haters se escuchen más fuerte. De hecho, ya es la serie más vista de HBO en España y eso teniendo en su catálogo exitazos de audiencia como Juego de tronos.

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El mérito de HBO es mucho, porque en los últimos años hemos asistido en la ficción a una avalancha de apocalipsis y zombis que no hacían esperar nada nuevo (ni bueno) y Craig Mazin el artifice de Chernobyl, ha sabido encontrar el equilibrio prefecto entre acción y drama. Sé que hay mucha gente que habla de capítulos de relleno o de tramas infladas pero a mí no me lo ha parecido para nada, porque todo tiene un sentido para retratar como progresa y evoluciona la relación de los dos personajes protagonistas, unos Joel y Ellie a los que veremos pasar de la desconfianza al cariño gracias a la grandísima elección del actor y actriz que los encarnan, que están estupendos, que saben darle a los personajes la emoción y la profundidad que requieren y que (tal vez) no tenían en el vídeojuego. Especialmente en esa conversación del último episodio donde Joel pone encima de la mesa el argumento que explica los últimos minutos de la temporada. Porque no fue cuestión de tiempo…

Sí, yo también soy uno de esos millones de fans que hemos caído rendidos al encanto de Pedro Pascal, cuya carrera fulgurante ya entrado en la madurez se estudiará algún día en las escuelas de arte dramático como prueba de que nunca hay que darse por vencido. Pero hoy no toca hablar de semejante chulazo. Prefiero quedarme con la estética tan cuidada de cada episodio a lo largo de las cuatro estaciones que recorren la primera temporada. O detenerme en los momentos poéticos o estremecedores que van salpicando cada episodio y dejan un poso de belleza triste muy por encima del mal rollete que reina en la mayoría de tramas.  Escenas de ritmo pausado que se recrean en un momento especial porque saben que un discurrir vertigonoso no es equivalente a más calidad, así que se agradece horrores que no hayan sucumbido al ritmo locuelo de TikTok que tanto daño está haciendo a la ficción.

 

 

Por eso es ridículo que haya gente que critique por lento y pesado un episodio tan bonito como el 7 (“Left Behind”) porque da la impresión de que no han entendido nada de la serie si desechan momentos tan maravillosos como el encendido de luces del cento comercial o el paseo en tiovivo de Ellie .

 

 

Tras el final de la primera temporada, sigo teniendo la misma sensación de desolación y tristeza pero quiero más, quiero que no tarden en hacer la segunda temporada, quiero que sigan manteniendo su creatividad sin hacer caso a los aspirantes a Trump que desean un mundo monocrome y quiero volver a sentir lo que sentí con el capítulo tres donde se cuenta la historia de Bill y Frank porque me parece una puta joya increíble, una obra con un guión perfecto que funciona a base de tirarte a la cara escenas de impacto y emoción, mucha emocion. Que escogieran para el papel de BillNick Offerman, un actor que se hizo famoso interpretando a un ultra en Park & Recreation y que también aquí sea un conspiranoico que sucumbe al amor homosexual es solo otra muestra de lo fino que hila Craig Mazin. La capacidad de contar toda una vida y una relación en menos de una hora es una prueba del coñazo que suponen las pelis de tres horas para contar historias mucho más simples. Pero más allá de ese romanticismo enfermizo que supura todo el episodio y que me ha hecho llorar como hacía siglos, me quedo con el momento fresas. Una de las cosas más bonitas que he visto en mi vida, de las que hacen que des gracias por estar vivo para presenciarlo y no me importe pasarme de intensidad cuando digo que ya es una de las series que más me han gustado y sospecho que se convertirá en un clásico con el paso de los años.

3 comentarios en “La desolación que deja «The Last of Us»”

  1. No es una serie que me apasione. Es buena, sí, el ritmo lento se agradece, sí, pero aún puedo dormir por las noches (bueno, no puedo, pero por otros motivos). A su favor tiene que uno de los creadores de Chernobyl está en la serie (y ésa sí fue una serie de las que me quitan el sueño); la otra es que los showrunners saben y aman el producto que están tratando. Son adoradores del videojuego y, sin pretender ser más papistas que el Papa, saben cuando adaptarse a la historia principal y cuando dar un giro sin traicionarla. Del episodio tres ya di mi opinión (sí, estaba en mi momento «muera el amor» y fui vitriólico). Y del revival zombi…»Amanecer de los muertos» de Snyder, que adaptó a Romero, fue el pistoletazo de salida. Ni siquiera pretendiéndolo el mismísimo George Romero (que siempre dijo que sus películas eran metáforas sociales), el novo género se instaló en medio de un mundo en colapso por la crisis de las inmobiliarias, en proceso de putrefacción. Y vendrán más crisis, ojo. Pero hasta el blockbuster más cafre se resignificó en metáfora de una sociedad cada vez más podrida por todas lados. ¿Qué decir?¿Que nos gusta el cinema verité? Lo bueno de esta serie es que, «si no hay ley, no hay crimen»; Bill, Frank y Ellie habrían vivido realidades muy distintas antes de la eclosión del hongo. Por contra, el mundo sin ley ni orden pero mucho zombi y a tiro limpio no es muy agradable…

  2. La capacidad actoral de Bella Ramsey, cómo transmitir tanto con una sola mirada… Con los primeros 10 minutos del capítulo final acabé arrasado en lágrimas… Eso es una evolución de personajes y no lo que nos quieren tragar otras series.

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