La comedia es ese género tan difícil y efímero del presente; que no se premia en festivales y que mejor se cuela en la memoria colectiva de nuestras pantallas a base de zarpazos trágicos, para que el drama suelde el tono cómico de una obra. Todo esto ayuda a que los giros del guion se balanceen entre la risa y el llanto en segundos, para ayudar a que el entretenimiento corra como una montaña rusa de 40 ó 50 minutos en estos episodios de las series actuales. Ocurre en la primera temporada de la, por otra parte, muy divertida y entretenida «Esto te va a doler», donde su protagonista es un hombre que roza lo insoportable, en su agudeza verbal y la desidia de su vida y los que le rodean.
No se sabe bien si la gilipollez le viene de fábrica o heredada de la madre, que cualquiera le lleva la contraria si dice que el jamón de york es un pata negra de bellota. Ben Wishaw, que en su perfecto papel tiene un novio atractivo, buena persona y que le soporta sus ínfulas de ego, piensa que el novio y el pez, frescos han de ser, y de esta manera vemos corretear su relación de pareja a la par que se van sucediendo los casos de hospital y la relación con sus compañeros de trabajo; algunas veces, soltando su bilis rompiendo «la cuarta pared» y haciéndonos partícipes de su osadía. De entre todos los personajes, pocos son los que no lancen sus dardos envenenados de rabia, ironía y sarcasmo sobre los comportamientos establecidos, forzándonos a identificarnos y a pensar, con más vergüenza ajena que otra cosa que, las más de las veces, hemos pensado lo mismo que esta colección de arrogantes.
Con un tercer episodio soberbio, la serie demuestra (una vez más), la facilidad, agilidad en su guión y la excelente cantera de actores británicos de la actualidad. El Reino Unido es el número uno en calidad de series actuales. Nadie como ellos saben congelar la risa con esa causticidad. «Esto te va a doler», aunque pienses que se «pasen de la raya», es una serie descarada y atrevida. Donde, a la vez que se ven muchos partos, te provoca una cesárea mental que te abre en canal tu tranquilidad emocional para provocarte desde el primer momento. Abstenerse cobardes y amantes de las series turcas de hijas, madres, infieles y demás extravagancias.