Frenética, disparatada, entretenidísima, loca y muy original. Lo mejor de la peli neozelandesa Shadow in the cloud es que no te la esperas y dentro de su metraje tiene al menos cinco giros de guión que te dejarán con la boca abierta. Supera cualquier umbral de credibilidad porque es puro PULP, nada gafasta y de hecho podría ser facilmente un episodio de Twilight Zone. Si necesitas unas coordenadas conocidas para disfrutar de un largometraje, esta no es tu peli, porque desde luego no está hecha para todos los públicos y si entras a leer valoraciones que le dan en distintos foros de cine. verás como hay gente pero muy cabreada, que la cosa tiene guasa.
Y es que si por algo se puede definir Shadow in the cloud es por su carga feminista brutal (tiene a una directora detrás, Roseanne Liang y se nota). Pero hablo del feminismo que inauguró la Teniente Ripley en Alien, de mujeres empoderadas, luchadoras y sin miedo, que se come con patatas todo lo que se ponga delante. Para interpretar a la prota se necesitaba a una actriz de altura y cumple de sobra Chloë Grace Moretz, que durante más de tres cuartos de película ocupa ella sola la pantalla y consigue que no quieras ver a nadie más. Menudo festival hace la tía, que andaba muy perdida tras unos comienzos muy prometedores y acaba de redimirse para siempre, por escoger semejante proyecto y por salir victoriosa y con honores. Es gracioso porque mira que ocurren cosas inauditas en la peli, que incluso se pasan por el orto las leyes de la física, pero en esos mismos foros que decía arriba, lo que más mosquea es que la prota sea una mujer piloto de la Segunda Guerra Mundial…¡Son tan previsibles! Que masculinidad tan sensible que hasta por esa tontá se siente herida.
Por como cantea el croma, tiene pinta de que ha debido costar dos euros y medio, pero es que eso encima le da mucho más valor en un mundo de ficción donde ya no hay sorpresas, donde todo parece estar dicho y donde ya no hay quién te sorprenda. Pues no. Shadow in the cloud te sorprenderá y lo hará sin que te aburras ni un segundo, sin sermones ni otra intención que no sea más que entretener. Y vaya si entretiene. No puedo explicarte más nada del argumento porque desde el minuto uno hay sorpresas y la gracia es llegar virgen y sin ninguna pista de lo que te vas a encontrar. Así que dale al play y disfruta de estar viendo una peli que se hará de culto.