«Balas sobre Broadway«. Nunca he sido demasiado aficionado a Woody Allen, sobre todo a las películas en las que sale él, por eso mi favorita es este ácido retrato de la escena teatral, sus personajes y todo lo que la rodea- Una comedia coral con una perfecta ambientación de época donde todos los personajes bordan sus papeles dentro y fuera de las tablas.» C del Palote
«La Rosa púrpura de El Cairo» Podían haber sido otras tres o cuatro. O haber elegido la que, para mí, es su gran obra maestra: «Delitos y faltas». Pero por simpatía, por ese gran homenaje a un cine perdido, por pasar de la melancolía del blanco y negro a un color entristecido por una relación matrimonial abocada al fracaso y la rutina; por su fino humor, por no apartar la cámara más allá del medio metro del rostro ilusionado de Mia Farrow; por sintetizar con tanta precisión los anhelos y la capacidad de soñar, me he quedado con «La rosa púrpura de El Cairo». Allen ha homenajeado el teatro, el cine, la radio, el documental (¡ qué grande «Zelig»!), a Bergman, ,-por lo poco que se ha intuido de su rodaje-, también en su próximo largo donostiarra, al «Séptimo sello». En definitiva, a las relaciones de pareja, la ruptura y el amor espontáneo, con una soltura como pocos han hecho en el cine de las tres últimas décadas. De su humor y su herencia al cine mudo («El dormilón»), se volvió serio; y, entre sus obras de madurez, llegó su reconocimiento. Ahora repite su discurso. Pero muchos, le visitamos igual. Es agradable conocer su obra anual. Y, como él ha apuntado, hasta cuando su cuerpo le deje. Y «La Rosa púrpura de El Cairo» es de sus obras que no envejecerán jamás. Ángel del Olmo
«Lily la tigresa» Si cambiáramos la fórmula de la ensalada de huevo por la del nuevo gobierno progresista podríamos extrapolar el guión, los chistes facilones y las descacharrantes escenas de esta película a la actual situación de nuestro país. Y es que hay que reírse por echarse a las calles con los cuchillos cebolleros. Grande Woody desde el principio. Dc Malignus
«Match Point» Mi mejor película de Woody Allen es probablemente la menos Woody Allen de todas: , de 2005. Por varios motivos: la trama me resulta fascinante. Sale Jonathan Rhys Meyers, interpretando a un bon vivant tragicómico maravilloso, y sale Scarlett Johansson haciendo de lo que mejor se le da. Y sobre todo, sobre todo, porque no sale Woody Allen. Su cara me irrita hasta la náusea. Hilde
«Annie Hall» Voy a decir una obviedad, y es que Annie Hall no es solo la mejor película de Woody Allen, sino una de las 100 mejores películas de la historia del cine. ¿Por qué? No lo sé muy bien. Puede deberse al ingenio de los diálogos, a la originalidad de sus secuencias, a que es una comedia vanguardista que contiene elementos nunca antes vistos en su género y que sentó un claro precedente en muchas de las realizaciones posteriores desde los 80 hasta hoy o puede deberse a que es una historia de amor que no necesita acabar bien para ser arrolladoramente bonita. Importante lección esta última. Con Annie Hall Allen creó un imborrable icono para la historia del cine, el de Diane Keaton con sombrero, chaleco y corbata, una mujer independiente, culta y no víctima del amor romántico, que quizá recogía el testigo del movimiento feminista de los años 70 inspirado por Simone de Beauvoir. Annie Hall es una especie de tableau vivant de las relaciones de pareja en la treintena, cuando se empiezan a tener más claras las cosas, cuando uno comienza a conocerse mejor y a verse reflejado en el otro, lo que puede asustar y hacernos salir corriendo. Premiada con el Óscar de la Academia a la mejor película, mejor director, mejor guión y mejor actriz principal en 1978, el film ha quedado en parte como un soberbio e ingenioso testimonio de aquel romance que mantuvieron Allen y Keaton en la vida real durante seis años, después de los cuales ese tiburón que son las relaciones murió por no poder seguir avanzando. FakePlasticBoy
«Maridos y mujeres» Estrenada en 1992 en pleno terremoto Allen-Farrow, “Maridos y mujeres” es una de las tantas joyas de la filmografía del director neoyorkino (elijo esta como podría ser otra de tantas).Cámara en mano, Allen nos hace testigos directos de los vaivenes emocionales de dos parejas. Una de ellas (Sidney Pollack y una genial Judy Davis –nominada al Oscar el año del desparrame Tomei) anuncia su separación y vemos como esta afecta a su otra pareja amiga (Allen y Farrow), que acaba tomando la decisión de también separarse. Curiosamente tanto los personajes de Pollack y Allen tienen una relación o flirtean con mujeres más jóvenes (Lysette Anthony y Juliette Lewis) sin saber el director la que se le venía encima. Una vez más Allen consigue sorprendernos, a pesar de que parezca que siempre cuenta lo mismo y con parecidos personajes, apoyándose en un guión repleto de brillantes diálogos marca de la casa (también nominado al Oscar). Una película tan divertida como aguda e inteligente.₭aòticoƎ
«Otra mujer» A partir de una anécdota nimia (una mujer madura alquila una habitación para poder escribir un libro con tranquilidad, pero en el nuevo apartamento escucha sin querer las confesiones de esa «otra mujer» que va a la consulta de un psiquiatra) Allen construye uno de los mejores retratos femeninos que ha dado la historia del cine. Profundo, certero y descarnado, tiene a una Gena Rowlands de protagonista absoluta en todo su esplendor (¿Cómo fue que no se llevó un oscar?) y su mirada exceptica, sin ilusión y descreída hacia la vida que ha vivido es un poco lo que hacemos todos cuando echamos la vista atrás y descubrimos que nos equivocamos, que no tomamos el camino correcto o que una existencia se resume más por las renuncias que por los éxitos. La película no fue de las suyas más exitosas y sin embargo, deja un poso en la memoria emocional que te dura días y hace que tú misma y esa mujer madura que llevas dentro, te plantees miles de cosas sobre el modo que has elegido para vivir. MM
Es una buena selección (a excepción de Match Point, que me parece más prescindible). Yo añadiría la excepcional «Zelig», la irrepetible «Misteroso asesinato en Manhattan» y la tronchante «Love and Death» (que aquí algún tarado tradujo como «La última noche de Boris Grushenko»).
Querido Hilde; la trama de Match Point (personaje amoral que comete asesinato y queda impune sin una pizca de comedia) precisamente es un nudo recurrente en toda la filmografía del neoyorquino; sale en pelis como «Delitos y faltas» o «Irrational man» y en su versión femenina, en «Wonder Wheel»