Que alguien llame a Tarantino. Que despierten de su letargo aquellos que sumaban los fallos de raccord con los jerseys de cuello vuelto. Que esto no tiene precio. No hablamos de que no hace falta ver más que esta escena para saber que esta película sea mala. Porque esto supera cualquier ficción. Aquí nada es subjetivo ni arbitrario. Todo está calculado. Esta joyaza de la serie Z (más que nada porque no hay más letras en el abecedario..), que vive en internet como la escena de una muerte, o algo así, más descacharrante jamás vista, posee la enorme virtud de estar interpretada por seres vivos. Humanos, para más señas.
Y la cámara lenta sirve para, además de dar verosimilitud a la tragedia, y ahora sí, (tómenselo a broma), para descojonarnos vivos.Y esto lo rodaron cuando no había loctite para pegar los planos, ni slim fit en los pantalones. Es de 1974, de una película turca titulada «Kareteci Kiz», o lo que es lo mismo en inglés «Karate Girl». En España a esto lo llamábamos «voyarodarcondosdurosunaputamierda». Para que digáis ahora que el cine español era malo. Como dijo Hitchcock, » existe algo más importante que la lógica: la imaginación». Puro realismo mágico. Desde el abrigo de pieles rojas y blancas de la actoraza secundaria, hasta el último disparo, la escena es digna de enmarcar en los anales de los anuarios de las escuelas de cine. Aún no sabemos en qué categoría. Aquí nació el kebap realism cinema.
Estoy hipnotizada……..