Bowie cantaba: «Podemos ser héroes por un solo día» No le faltaba razón pero hay personas que lo son cada minuto de su vida.
Hoy os traigo a una de las personas más increíbles que tengo el gusto de conocer, hay muchos adjetivos para calificarla pero la lista sería tan larga como la de los títulos que ostentaba Doña Cayetana. En este caso voy a escoger como principal el de Valiente y en la faceta de Corresponsal de Guerra.
Con independencia de lo dicho anteriormente es necesaria una pequeña descripción: MUJER -con mayusculísimas- menuda, cabello de platino, con grandes ojos y aspecto frágil, pero nada más lejos de la realidad. Ella es de acero quirúrgico: dura, incisiva e implacable cuando la ocasión lo precisa. Luminosa, y deslumbrante siempre.
No es de esas periodistas que se trasladan a los lugares en conflicto para permanecer dentro de las zonas de seguridad y escribir sus crónicas desde los balcones de sus alojamientos. Ella baja hasta la misma boca del infierno para ver y relatar en primera persona lo que sucede. Y allí es donde encuentra otros héroes cuyas terribles vivencias trata de dar a conocer a toda costa, sin importarle lo mas mínimo las consecuencias de su honestidad y arrojo que, a lo largo de su carrera, han sido muchas y bastante desagradables.
Ella es Paloma Aznar, la misma que firma con el pseudónimo de Vampirella cuando le parece oportuno.
Algunas de esas historias han sido escogidas por si misma y compiladas en un pequeño libro. Pequeño en formato y extensión pero enorme en su contenido. Son siete relatos estremecedores que reflejan situaciones y experiencias demoledoras en el más amplio sentido de la palabra que fueron tomadas de la boca de los propios protagonistas en distintos lugares en conflicto (Cisjordania, Siria…) todo ilustrado con dibujos realizados por niños de un refugio de Tsepelovo, un lugar situado entre Grecia y Albania
Este libro se titula HÉROES. No puedo imaginar nada más apropiado.
Pues bien, el pasado jueves 28 de marzo Paloma presentó esta obra en el Centro Riojano de Madrid acompañada por su colega Sol Alonso, la presidenta de Amnistía Internacional Arancha Vicario, Gloria: la representante oficial de la Casa de la Rioja en Madrid y Sara: la editora del libro (Editorial Plumágica). El lugar no fue seleccionado de cualquier modo, lo hizo recordando a uno de sus grandes amigos ausentes: Leopoldo Alas, un ilustre riojano que algunos pudimos conocer en persona.En estos nobles salones tuvimos el honor de acompañar a Paloma bastantes amigos, algunos mas cercanos que otros pero todos incondicionales. No faltaron grandes palabras, música de violonchelo -fabuloso Angel Santiago Iznaola- muchas anécdotas, un poco de alboroto por cuenta de Sergio Pazos con Tonino Guitián, un toque de color proporcionado por dos amabilísimas azafatas y el incombustible Paco Clavel mas la música del cocktail a las mágicas manos de mis queridos Vurdalaks -David y Franc- Un gran grupo sin duda y un ambiente casi festivo que no hizo sombra en absoluto al protagonista del evento: ese libro tan abrumador que deja todo lo demás en un simple acompañamiento y del que no voy a dar más detalles: hay que leerlo.
El título de esta entrada ha sido inspirado directamente por la propia Paloma, quien me firmó su dedicatoria con estas mismas palabras.
Desde aquí aprovecho para recomendar encarecidamente que compréis este libro en https://grupoplumagica.com/libro/heroes/ ya que toda la recaudación obtenida con su venta será donada a Amnistía Internacional.
No se puede ser más grande.
DMalignus, me encanta esa frase, yo vivo cerca de Diego de León, y paso mucho por Lista….
Muchísimas gracias por todo. Me han emocionado tus palabras.
Un abrazo
Paloma, esa frase es de mi madre: madrileña gata y chispera que tiene cientos de coletillas de ese tipo. Verla discutir con sus hermanas es todo un espectáculo.
Tu siempre nos emocionas con tu trabajo, ya es hora que alguno hagamos el esfuerzo de emocionarte a ti. De mil amores, ademas.
Otro abrazo para ti.