Si os hablo de Bill Viola es posible que no os suene absolutamente de nada. La verdad es que hace unos meses era un completo desconocido también para mí.
Un buen amigo comenzó a hablarme de su obra y a mostrarme algunos retazos. En un principio me pareció un videoartista sin más, pero la curiosidad encendió la mecha de mi interés e investigué.
Viola no se limita simplemente a grabar y montar unas performances en video sino que va mucho mas allá: transmite su enorme fascinación por los ciclos de la vida, por el misticismo, las pasiones e incluso la devoción religiosa de una manera bastante impactante. No utiliza palabras pero si el sonido de los cuatro elementos ancestrales: agua, fuego, aire y tierra.
No quiero aburriros con su biografia, historial artístico y demás información que podéis consultar en la red, así que iré al grano.
Hay una exposición de este buen señor llamada VIA MÍSTICA repartida en cuatro espacios del casco histórico de la bellísima ciudad de Cuenca y yo estuve visitándola a primeros de febrero.
Las cuatro sedes escogidas no pueden ser mas apropiadas: las Casas Colgantes y su Museo de Arte Abstracto, la Escuela de Arte Cruz Novillo, la Iglesia de San Miguel y la Iglesia de San Andrés.
Se visitan cómodamente paseando por esa hermosa villa y puedo asegurar que las 17 grabaciones expuestas no dejan indiferente, sobre todo por la ambientación realizada en las dos iglesias al dejar sus naves completamente vacías y en la mas completa oscuridad con posibilidad de tumbarse sobre la cálida moqueta del suelo para contemplar las grabaciones.
Es algo distinto sin duda y un buenísimo pretexto para ponerse mirando a Cuenca pero de verdad.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo.