A veces el mundo es justo y es una suerte que yo no sea productor de series. A mí me viene alguien con un guión en la mano y me resume su proyecto con:
» En los años cincuenta, una mujer de la alta sociedad judía de Nueva York, se separa y encuentra una vía de escape haciendo monólogos humorísticos»
Me hubiera reído en su cara porque sería imposible que algo parecido saliera bien.
Pues bien; me habría equivocado estrepitosamente, porque la serie The Marvelous Mrs. Maisel existe, se ha emitido y les ha salido per-fec-ta a los de Amazon, Lo curioso es que arrasó en los Globos y en los Emmy y que ya lleva dos temporadas (con una tercera en proyecto), pero por tierras españolas sigue siendo una semidesconocida..¡Tremenda injusticia!
La serie tiene tal calidad que alcanza niveles de alta comedia, manejando conceptos que parecen imposibles de unir y derrochando buen gusto, musicón de banda sonora, vestuario y escenarios en los que te gustaría quedarte a vivir. El uso del color es digno de estudio, destacando el vestuario de la prota que hará que los aficionados a la moda se vuelven locuelos. A mí la ternura con la que se retrata a los personajes me recuerda a Billy Wilder y el reparto se adapta de maravilla a esos personajes, destacando la prota que interpreta con un talento gigante Rachel Brosnahan. Sin ella no sería posible que una serie así hubiera sido creíble, pero también es verdad que el resto de reparto está igual de espectacular, Hay que estarlo para manejar esos diálogos chisposos, ágiles, cínicos con los que al principio sonreirás y acabarás la serie a carcajadas, porque como las grandes obras, hay que dejarla que vaya creciendo poco a poco y enseñe sus cartas.
¿Y qué más ? Pues tiene muchos chistes judíos, un retrato de la amistad femenina (entre la prota y su representante) que da gloria verlo, un análisis genial de cómo funciona el trabajo de monologuista, con sus éxitos, dificultades y problemáticas. También hay gags divertidísimos, frases ingeniosas y momentos descacharrantes (todo con inteligencia, estilo y sutileza). Pero sobre todo, lo mejor, lo más increíble, lo más asombroso es…
¡¡Su feminismo!!
Sin sermones ni monsergas ni victimismo, su discurso sobre las dificultades de una mujer brillante para ser algo más que sufrida esposa, digna hija y adorable madre, es para levantarse y aplaudir. Es inteligente, sutil y muy divertido, derrochando un optimismo y buen rollo que te deja con una sonrisa durante horas. No hay maniqueismo porque su marido es tan víctima como ella de una sociedad que lo obliga a ser el cabeza de familia, a ser un chico duro y tener éxito monetario en la vida para ser reconocido por los demás. En tiempos donde algunos pretenden que volvamos a las cavernas, quemar a las brujas en la plaza y retroceder veinte años en derechos y libertades, The Marvelous Mrs. Maisel no sólo es una serie importante. Es una serie imprescindible.