Las reinas de Ascot

Esta semana se celebran las carreras ecuestres de Ascot y, cari, lo importante ya sabes que no son ni los caballos, ni la Reina Lily de colorín, ni las libras esterlinas que se dejan los burgueses en las apuestas. Aquí, lo que importa en el hipódromo, son los sombreros y aquí os traemos lo más destacado de este año.

A Antoñita le ha vomitado el armario de la cocina de la Bella y la Bestia durante la hora del té. Ella no ve nada pero es más feliz que una mierda de colorines.

Romualda se puso un par de horquillas antes de salir, pero como es muy torpe, se tropezó y se enganchó en la mesa de camilla de su abuela Bernarda. Decidió salir así porque es fan del bolillo y del hato de cristianar.

Norberta vive hecha un lío, una maraña, una escuerza cerebral. Está liada con un butanero desde 1997 y tiene una pelear de órdago con su marido porque él quiere pasarse a Gas Natural. Y mira, chica, ¿quién le va a preguntar entonces eso de «se la meto dentro»?

Romualda este año tenía presupuesto y el segundo día cambió de sombrero. Esta vez vino de Caballero del zodíaco, de Aries concretamente, porque a ella le gusta mucho meterse en el horno con ajo y perejil.

Remigia suele ir a Ascot los años bisiestos. Estos últimos 3 años se ha visto los capítulos antiguos de Cuarto Milenio y está convencida de aquello de los satélites que nos leen el cerebro. Ella se protege con 345 latas de atún.

Teodosia ha querido innovar este año. Es fan de Camela y se sabe deprimida por la marcha del de los teclados. Ella lo ha elevado a un nivel más clásico, con paloma incluida. Todo esto la ha alejado de Vitaldent este año.

Gertrudis pierde el equilibrio por el tinto que ha bebido de camino a Ascot por lo que se sujeta a su tocado. Una patata frita de jamón y queso es lo que ha usado intentando hacer homenaje a la bandera del Orgullo. Pero se le acabaron los Plastidecor y se quedó a medias.

A Primitiva la critican mucho en el pueblo porque le gusta hacerse con la maquina de coser de su madre los modelos de la Telva. A ella le dicen eso de «si es que tienes una flor, Primi«, y aquí está, con tóa su flor. Una flor pequeña le tapa el ojo pero ella dice que está acostumbrada porque su novio a veces le salpica nosequé que la deja ciega.